Rubalcaba, en plena forma

  • Madrid.- El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras varias semanas ausente de las sesiones de control del Congreso debido a su enfermedad, ha vuelto hoy al hemiciclo en plena forma, recuperando la viveza de sus mejores "cara a cara" con los diputados de la oposición.

Rubalcaba, en plena forma
Rubalcaba, en plena forma

Madrid.- El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras varias semanas ausente de las sesiones de control del Congreso debido a su enfermedad, ha vuelto hoy al hemiciclo en plena forma, recuperando la viveza de sus mejores "cara a cara" con los diputados de la oposición.

Ha respondido a tres preguntas, y para todos sus interpelantes ha tenido genuinos consejos "marca Rubalcaba", como Rosa Díez (UPyD), cuya vinculación entre la marcha de la economía y el nuevo límite de velocidad en autopistas cree una metáfora "malísima" o Soraya Sáenz de Santamaría (PP), a la que ve "regulín" en economía.

Pero el comentario más celebrado y aplaudido por los diputados del PSOE, encantados con el vicepresidente a tenor de las muchas carcajadas que han soltado durante la sesión, ha sido el que ha dedicado al inevitable Ignacio Gil Lázaro, el diputado del PP que siempre le pregunta por su responsabilidad en el "caso Faisán".

Hoy lo ha vuelto a hacer, para aconsejarle que no haga planes a muy largo plazo porque, ha manifestado, la Justicia "se le puede aparecer en cualquier momento".

"Sin ti no soy nada", le ha espetado Rubalcaba emulando la canción de Amaral, con la bancada socialista entusiasmada, y todo por el empeño de Gil Lázaro en preguntarle todos los miércoles por el "chivatazo" a ETA, algo que no ha podido hacer las tres últimas semanas por un viaje del ministro y su posterior hospitalización.

"Qué haría usted sin mí los miércoles, de qué hablaría usted y, sobre todo, señor Gil Lázaro, qué haría usted los miércoles por la noche cuando pasea por esas tertulias de extrema derecha glosando las infamias que ha dicho en esta Cámara", ha manifestado.

"Que sería de usted sin mí y sin el caso; es como la canción de Amaral, 'Sin ti no soy nada', ha rematado, entre aplausos del PSOE.

Pero más allá de chascarrillos, el vicepresidente ha tenido que contestar a cosas serias, como la planteada por Soraya Sáenz de Santamaría, partidaria de reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para fijar un techo de gasto a las autonomías.

Había propuesto en su día el PP esta modificación, pero el PSOE la rechazó y, sin embargo, según la portavoz, los acuerdos que mañana aprueba el Consejo Europeo van en esta misma línea.

Su conclusión, que el Gobierno se negó a cambiar la ley sólo porque lo proponía el PP y ahora lo va a hacer porque lo manda "el pinganillo de Bruselas, que esos son los que mandan aquí".

Rubalcaba sólo ha admitido que España tendrá que hacer "pequeños cambios" en su legislación sobre control del gasto, y como ve inconstitucional que desde Madrid se determine el techo de gasto de las comunidades ha emplazado al PP a incluir medidas autonómicas en este sentido en su programa electoral, como hará el PSOE.

Luego ha presumido de que las cuentas públicas autonómicas están cuadrando y ha aprovechado para subrayar que todo esto lo hace el Gobierno, para salir de la crisis, en solitario: "Aquí nosotros solos, con nuestras manitas, sin su ayuda".

Y ha agitado las manos, bien levantadas, en un significativo gesto.

Por cierto, en algunos momentos el hemiciclo escuchaba hoy a Rubalcaba en absoluto silencio, como si fuera el mismísimo presidente del Gobierno, quien poco antes ya había respondido al líder del PP, Mariano Rajoy.

Cree Rajoy que mientras José Luis Rodríguez Zapatero esté en La Moncloa "la recuperación económica y la creación de empleo neto va a ser imposible", así que se ha lamentado: "Estamos perdiendo un tiempo precioso".

El jefe del Gobierno le ha reprochado que oculte datos positivos sobre la economía, como el crecimiento interanual de un 25 % de las exportaciones en enero.

Y el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, cansado de que las sesiones se hayan convertido en un remedo del Parlamento andaluz por la obsesión del PP en preguntarle por los ERE fraudulentos en Andalucía, ha contraatacado lanzando el "caso Gürtel" a la bancada de enfrente, con los imputados y acusados que nunca dimiten.

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