Sánchez se conjura en Bruselas para vetar la apuesta alemana de Weidmann al BCE

  • El presidente apuesta por un 'Draghi II' que siga defendiendo a los países del sur. Peleará también por aprobación de un seguro europeo de desempleo.
Pedro Sánchez y Mario Dragui este lunes
Pedro Sánchez y Mario Dragui este lunes
Moncloa

Hacía muchos años que un presidente del Gobierno español no tenía tanto poder negociador en Bruselas. Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy ostentaron una posición tan privilegiada como la que ocupa Pedro Sánchez en este momento, elegido como negociador de los socialdemócratas europeos y, por tanto, sentándose en las reuniones decisivas donde se van a repartir los cinco principales cargos comunitarios. Las jornadas de este jueves y de mañana viernes son, en este sentido, trascendentales para definir la cúpula de la UE. Y uno de los cargos más importantes para nuestro país se va a encauzar en las próximas horas: el sucesor de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE).

El quinteto de cargos en juego en estas dos jornadas en Bruselas, que se prevén maratonianas, definirán quiénes son los presidentes del Parlamento, del Consejo, de la Comisión, de la diplomacia... y del BCE. Aunque Draghi cumple mandato en octubre se trata de cargos que se reparten en base a equilibrios geográficos, de familias, de género, de tamaño de los países... En definitiva, no podría haber dos alemanes, dos franceses o dos españoles al frente de dos instituciones. Lo que harán los líderes de los 28 durante estas horas será, por tanto, postular a sus candidatos y, a partir de ahí, negociar, replegar velas y decidir perfiles

El Gobierno español es consciente de que se la juega en el BCE. Lo ideal sería un 'Draghi II'. Es decir, un banquero central que tuviera en cuenta a los países del sur. Alguien a quien no le importara repetir aquel "whatever it takes" que salvo el euro en 2012. Estas son las preferencias de España, compartidas en gran medida con la Portugal de Antonio Costa, el otro negociador socialista. Pero ahora hay que dejar paso a la diplomacia y a las maniobras intragubernamentales para amarrar puestos y también descartar rivales.

A quien en el Gobierno de Sánchez no quieren ni ver es al alemán Jens Weidmann. El 'halcón' germano, que fue asesor de cabecera de Angela Merkel para asuntos económicos y que lleva ocho años al frente del Bundesbank, ya ha comenzado a moverse y ha cortejado a Italia, según publicó La Reppublica. Sería el nuevo jefe de Luis de Guindos, pero España lo tiene claro: prefiere a un presidente en Fráncfort "que defienda los intereses de toda la UE a la hora de conducir la política monetaria" durante los próximos ocho años, indican fuentes gubernamentales. Todo un golpe al mentón a las políticas proausteridad que ha pregonado Weidmann hasta ahora. Hay otro candidatos sobre la mesa, como los franceses Benoît Coeuré y François Villeroy de Galhau, vistos con mejores ojos en el área económica del Gobierno español.

La postura española no acaba ahí. España se presenta a la Cumbre del Euro (que se celebrará después del Consejo de esta tarde-noche) con varios asuntos considerados centrales para sus aspiraciones. Uno de ellos es la creación de un instrumento presupuestario que cumpla con las exigencias del Ejecutivo de Sánchez. Ya lo peleó la ministra Nadia Calviño en el último Eurogrupo y lo volverá a hacer el presidente en funciones. El objetivo es que ese presupuesto tenga una función estabilizadora, un mayor tamaño y, en definitiva, que sirva para ayudar a los países en épocas de crisis. No va a ser fácil conseguirlo.

España también encara una Cumbre del Euro histórica, en la que se pondrá punto y final de manera oficial al procedimiento de déficit excesivo, en la que se abordará una reforma del MEDE y se avanzará en la unión bancaria para intentar abordar la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos. Sánchez, en estos aspectos, pedirá más esfuerzos a sus 27 colegas comunitarios, explican fuentes del Ejecutivo en funciones.

Otra de las reinvidicaciones que pretende abordar el presidente español y su equipo es la de la creación de un seguro europeo de desempleo. No es un asunto novedoso, pero Sánchez considera que hoy cuenta con una posición mejor para poder conseguir un acuerdo. Sería un fondo complementario a los planes nacionales y supondría un balón de oxígeno a la estabilización comunitaria, apuntan las fuentes consultadas.

Lo cierto es que los socialdemócratas, con Sánchez a la cabeza, cuentan a día de hoy con mejores condiciones negociadoras. Controlan siete gobiernos europeos, sumando a Dinamarca recientemente incorporado a su familia. Los populares, por su parte, tienen ocho y los liberales otros siete. Los conservadores retienen dos y la Izquierda Unitaria, uno (Grecia). Otro tres ejecutivos comunitario no se encuentran encuadrados en ninguna familia comunitaria: Italia, Austria y Lituania. 

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