Serbia y Kosovo dieron un paso hacia la paz con un acuerdo de normalización

  • Serbia y Kosovo dieron este año un histórico paso hacia la paz y la convivencia entre ambos países al firmar en abril un acuerdo de normalización de relaciones, por el que ambas partes vieron impulsados sus acercamientos a la UE.

Snezana Stanojevic

Belgrado, 12 dic.- Serbia y Kosovo dieron este año un histórico paso hacia la paz y la convivencia entre ambos países al firmar en abril un acuerdo de normalización de relaciones, por el que ambas partes vieron impulsados sus acercamientos a la UE.

Los Gobiernos de Belgrado y Pristina dejaron atrás el tenso y conflictivo pasado al alcanzar, tras meses de difíciles negociaciones bajo el impulso de la UE, el acuerdo que da a los serbios kosovares un alto nivel de autonomía aunque sometida a la legislación kosovar.

El pacto, rubricado por los primeros ministros serbio, Ivica Dacic, y kosovar, Hashim Thaci, y que muchos ven como histórico, mostró la disposición de las dos partes a ir eliminando con el diálogo los numerosos escollos que hay en sus relaciones.

De esta forma, quedó plasmado que ambos dejan de bloquear el acceso y el acercamiento del otro a la Unión Europea (UE).

"Hay que ponerlo todo en el contexto de un proceso de normalización, y al final del proceso veremos qué será. Esperamos que al final habrá una reconciliación (entre los dos pueblos), pero no es algo que se pueda solucionar en pocos años", comentó a Efe el analista serbio Ognjen Pribicevic.

Los logros en el diálogo supusieron tanto para Serbia como para Kosovo avanzar en sus aspiraciones a adherirse a la UE.

Serbia espera iniciar en enero próximo las negociaciones de adhesión comunitaria, y Kosovo empezó a negociar el mes pasado con la UE un Acuerdo de Estabilización y Asociación, considerado como la antesala para poder negociar una adhesión.

A pesar de los avances en el diálogo, las partes siguen firmes en sus posturas sobre la independencia de Kosovo: Belgrado la rechaza y Pristina la consolida.

La mayoría albanokosovar autoproclamó la independencia en Pristina en febrero de 2008, que ha recibido desde entonces el apoyo y reconocimiento de más de cien países, entre ellos EEUU y la mayoría de los socios comunitarios, aunque no de Rusia, China, Brasil, la India, España y otros.

Pristina anunció que la prioridad de su diplomacia en 2014 será buscar formas de admisión en la ONU y sus agencias especializadas.

Pero Serbia no reconoce la independencia y su Constitución sigue considerando a Kosovo como parte integral del territorio.

"Nunca reconoceremos la independencia de Kosovo, y por consiguiente nunca nos pondremos de acuerdo con la admisión de Kosovo en Naciones Unidas. Cualquier otra cosa, sería engañar el procedimiento en que el Consejo de Seguridad tiene la palabra decisiva", declaró Dacic recientemente.

El primer ministro serbio insistió en que el diálogo de Bruselas es neutral respecto al estatus de Kosovo, y que Belgrado está dispuesto "al diálogo sobre la normalización de las relaciones y la solución de los asuntos abiertos y litigiosos de interés para la vida de los ciudadanos".

Como uno de los elementos cruciales en el cumplimiento del acuerdo de abril, en Kosovo se celebraron el 3 de noviembre y 1 de diciembre las elecciones municipales, que por primera vez contaron con la participación de los serbios del norte kosovar, contiguo a Serbia, después de un tradicional boicot de cualquier iniciativa convocada por Pristina.

Aunque en la primera vuelta electoral radicales serbios, partidarios del boicot, atacaron tres centros electorales en la norteña ciudad de Mitrovica para invalidar el proceso, en la repetición de la votación y en la segunda vuelta no hubo problemas.

El norte de Kosovo fue en los últimos años en numerosas ocasiones escenario de violentos incidentes en contra de la autoridad de Pristina.

Unos 120.000 de los 1,8 millones de habitantes de Kosovo son serbios. En el norte viven unos 40.000 mientras que los restantes 80.000 habitan enclaves aislados en el centro y sur del país.

Más de 200.000 serbios abandonaron Kosovo tras la guerra de 1998/99 entre las fuerzas de seguridad serbias y la guerrilla separatista albanokosovar.

Un nuevo reto tras los comicios municipales será la creación de una comunidad de municipios serbios de Kosovo.

Ésta representará la autonomía dotada de diferentes instituciones propias con ciertas competencias, pero estará sometida a la legislación kosovar, y cuyos detalles todavía deben ser negociados.

Pristina interpreta que se trata de la integración de los serbios en las instituciones kosovares y el refuerzo de su soberanía, lo que excluye la posibilidad de una división de Kosovo.

Por otro lado, Belgrado y los serbokosovares ven la futura comunidad como un "dique" contra la independencia de Kosovo, y alegan que por primera vez las instituciones de los serbokosovares tienen el reconocimiento internacional y kosovar.

En todo caso, la futura comunidad serbia pretende acabar con las estructuras "paralelas" e ilegítimas que habían montado los serbios locales, para mantener sus vínculos con Serbia.

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