Tropas de Tailandia y Camboya siguen enfrentadas por tercer día consecutivo

  • Bangkok.- Los enfrentamientos entre las tropas de Tailandia y Camboya, que ya han causado once muertos, continúan hoy en la frontera a pesar del llamamiento al alto el fuego realizado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Tailandia y Camboya libran otro combate pese a la llamada a la paz de la ONU
Tailandia y Camboya libran otro combate pese a la llamada a la paz de la ONU

Bangkok.- Los enfrentamientos entre las tropas de Tailandia y Camboya, que ya han causado once muertos, continúan hoy en la frontera a pesar del llamamiento al alto el fuego realizado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

El portavoz del Ejército tailandés, coronel Sansern Kaewkamnerd, indicó que por tercer día consecutivo los soldados de los dos países intercambiaron disparos de fusil y fuego de artillería en la misma zona que en días anteriores.

Ese extremo fue confirmado por el segundo al mando de las tropas de Camboya desplegadas en el área, general Suos Sothea, quien por teléfono señaló a Efe que "las tropas tailandesas han empezado a disparar, primero con fusiles y después con su artillería".

Estos enfrentamientos se libran en los alrededores del templo de Ta Kwai (Ojo de búfalo) construido durante la era de esplendor del Imperio Jemer, en el siglo XII, y situado en la franja de frontera que delimita la provincia tailandesa de Surin, en el noreste del país, con la región norte de Camboya.

El templo de Ta Kwai, en la franja fronteriza, forma parte del antiguo complejo arquitectónico de Ta Muen, otro de los legados de la milenaria civilización jemer cuya soberanía es disputada por Tailandia y Camboya.

Desde que el pasado viernes, al menos cinco soldados tailandeses y seis camboyano han muerto, mientras que unos treinta militares de los dos países han resultado heridos.

Estos enfrentamientos se han producido tras los que mantuvieron el pasado febrero en las proximidades de las ruinas del templo de Preah Vihear, a un centenar de kilómetros al oeste y situadas al lado de una zona de 4,6 kilómetros de extensión que los países reclaman.

En un comunicado emitido ayer sábado, el secretario general de la ONU, señaló que el conflicto fronterizo no puede ser resuelto por medios militares e instó a las dos partes a emprender un "diálogo serio".

También el secretario general de la ONU exhortó a los gobierno de Tailandia y Camboya a adoptar de inmediato medidas destinadas a pactar un alto el fuego "efectivo y verificable".

De acuerdo a fuentes oficiales, Tailandia ha evacuado a cerca de 25.000 habitantes de las aldeas ubicadas en el área del conflicto, mientras que en Camboya y al otro lado de la frontera la cifra de personas desplazadas se eleva a unas 10.000, según señaló el Comité Nacional para la Gestión de Desastres.

Tras la reanudación de los enfrentamientos, el primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, dijo en un discurso televisado que su Gobierno "está preparado para prestar total apoyo a nuestro Ejército para que defienda el territorio nacional".

"No debemos caer en la trampa. Camboya intenta llevar la disputa al ámbito internacional, pero debe ser resuelta a nivel bilateral y sin mediación de un tercer país", apuntó el jefe del Gobierno.

La tensión en la frontera resurge cuando el Gobierno tailandés contempla disolver el Parlamento en mayo y convocar elecciones para mediados de este año, y recientes maniobras llevadas a cabo por el Ejército alimentan las conjeturas sobre ruido de sables.

A principios de febrero, ocho personas murieron, incluidos civiles, y decenas resultaron heridas en los combates librados durante cuatro jornadas.

El pasado marzo, los gobiernos de Camboya y Tailandia aceptaron negociar con la mediación de Indonesia el contencioso territorial que les enfrenta por la soberanía de una pequeña zona situada al lado del templo de Preah Vihear, también en la frontera común.

Sin embargo, después Tailandia cambió de opinión y se negó a negociar una solución con Camboya aduciendo que la presencia de observadores indonesios en la zona en disputa podía complicar la situación.

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