Vox roba el voto ultra de las capitales... y de los obreros frustrados de la periferia

  • La formación de ultra derecha se ha convertido en la bisagra que puede cambiar de signo al Gobierno andaluz tras 36 años de socialismo.
Santiago Abascal y Francisco Serrano
Santiago Abascal y Francisco Serrano
EFE

Vox ha dado la campanada este domingo en las elecciones andaluzas, con doce escaños en el parlamento y nada menos que casi el 11% de los votos de su parte, lo que le sitúa como el partido bisagra que puede decidir la orientación del futuro Gobierno andaluz. El escenario ha cambiado en la comunidad andaluza después de casi cuatro décadas y las fuerzas de la derecha, entre las que la aportación de Vox será fundamental, pueden dar un vuelco a una comunidad autónoma tradicionalmente socialista y, por ende, generar un serio aviso a navegantes a nivel nacional. Un análisis preliminar de los datos, admitido por el propio Partido Socialista, reconoce que el mensaje de Vox ha calado entre los movimientos católicos de las grandes ciudades y, sorprendentemente, en el colectivo de obreros de las zonas periféricas de la Comunidad.  

El malestar de la sociedad andaluza ha pasado factura al ejecutivo autonómico de Susana Díaz y ha sido muy bien recogido por las posturas maximalistas y extremistas de una formación que plantea un discurso radical en materias como la sanidad y la inmigración, dos de las grandes losas que han pesado en estas elecciones en contra del mensaje socialista y de las formaciones de izquierdas. El mensaje de derecha liberal a ultranza de Vox ha calado en el descontento social andaluz y se ha traducido en un voto de castigo contra el socialismo y su falta de respuestas e incluso contra el PP en el territorio andaluz.

En el PSOE de Susana Díaz y Pedro Sánchez se preguntan dónde han ido a parar los más de 420.000 votos que ha perdido el socialismo andaluz. A pesar de la victoria en seis de las siete provincias, casi uno de cada tres votos socialistas del año 2015 se ha ido a otras formaciones, principalmente a Vox y a Ciudadanos. Fuentes cercanas a La Moncloa realizan un primer análisis y sacan dos conclusiones sobre ese voto que les ha abandonado: la abstención y la irrupción de Vox.

En un exámen preliminar de los resultados, en el seno del socialismo andaluz se apunta a una fuga de votos desde el PSOE hacia Vox, que se cuantificará en los próximos días, que revela al apoyo que desde esa formación se ha recabado en los movimientos católicos y ultraderechistas de las grandes capitales, si bien sus 12 diputados regionales se han logrado de forma muy repartida en las ocho capitales andaluzas.

Lo más destacable en este reparto de puestos en las autonómicas andaluzas son los dos sillones logrados por Vox en Almería, una provincia donde el voto es más obrero que en el resto de las capitales de la comunidad. Fuentes socialistas reconocen que la formación derechista ha logrado reunir a un voto obrero andaluz en localidades donde existen unas mayores desigualdades económicas y con mayor presencia de inmigrantes, muchos de los cuales han decidido votar al nuevo partido que ha irrumpido en el Parlamento andaluz. Su interpretación a bote pronto señala que se ha trasladado el fenómeno francés e italiano a nuestro país, si bien admiten que en el resultado final ha existido un fuerte trasvase de votos socialistas hacia la abstención. Lo dijo la propia Susana Díaz a las 23:00 de la noche: "Gente que se ha quedado en casa y que no ha ido a votarnos".

Triunfalismo y aviso a navegantes

Frente a esas declaraciones derrotistas de Susana Díaz, el líder de Vox a nivel nacional, Santiago Abascal, advertía en trono triunfalista que lo ocurrido en Andalucía  marca el camino” de lo que puede ocurrir a nivel nacional y es una advertencia clara de lo que su formación puede hacer a nivel nacional, después de haber triunfado ya “donde era más difícil”. Su hombre en Andalucía, el ex juez Francisco Serrano, recogía el éxito de su proyecto “regenerador”, en el que la mayor parte del programa marcado apunta a una “reconquista del Estado”, la reversión de todas las competencias autonómicas trasferidas y una apuesta por acabar con la atención a la inmigración, que azota especialmente a Andalucía. Serrano fue inhabilitado como juez por alargar un día la custodia paterna de un niño para que pudiera acudir a un paso de Semana Santa, pero ahora se ha convertido en el nuevo líder de la derecha radical andaluza.

El resultado en Andalucía supera todas las expectativas que la formación de extrema derecha tenía a nivel nacional. Las últimas encuestas publicadas apuntaban a que Vox podía tener hasta el 5% de los votos de todo el Estado y entre 3 y 5 escaños en el Parlamento nacional, algo que tras los resultados en Andalucía es mucho más verosímil. Aunque el mayor zarpazo de Vox haya sido contra el PSOE, también le ha rascado votos el PP en las grandes capitales, sobre todo porque la formación popular ha centrado su discurso en estos comicios en un mensaje más nacional que meramente andaluz, un espacio en el que la ultraderecha se siente más cómoda con mensajes de unificación y recentralización de servicios y competencias.

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