Madrid.- El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, viaja esta tarde a Estrasburgo (Francia) para presentar mañana ante el Parlamento Europeo (PE) el programa de la presidencia española de la UE, centrado en la necesidad de coordinar las políticas económicas para sentar las bases de la recuperación.
Se trata de una de las principales comparecencias del presidente de turno de la Unión, que deberá volver a la Eurocámara en junio para hacer balance del semestre y someterse de nuevo a la evaluación de la Cámara, de mayoría conservadora.
Antes de intervenir ante el pleno, Zapatero desayunará con el presidente del PE, Jerzy Buzek, y cuando concluya la sesión -que se prolongará durante cerca de tres horas con las preguntas de los eurodiputados- ambos comparecerán en rueda de prensa.
En su discurso, según han informado a Efe fuentes del Gobierno, habrá inevitables referencias a la crisis haitiana tras el devastador terremoto que ha asolado la isla, al papel desempeñado por la Unión Europea y a la necesidad de impulsar la política de solidaridad y cooperación comunitaria.
El grueso de su intervención, no obstante, estará centrado en la apuesta española por una mayor coordinación de las políticas económicas para avanzar hacia un crecimiento sostenible y equilibrado tras la crisis.
Zapatero, añaden las fuentes, instará a la UE a "dar un paso al frente", convencido de que sólo esa coordinación permitirá a Europa competir en un mundo globalizado.
Durante el semestre español, los veintisiete deben poner en marcha los nuevos mecanismos de supervisión del sistema financiero y aprobar la Estrategia Europa 2020, que contendrá los próximos objetivos económicos de la UE y sustituirá a la Estrategia de Lisboa, programa con efectos positivos pero "insuficiente", según reconocen desde el Ejecutivo.
Éste ha sido precisamente el origen de una de las primeras polémicas de la presidencia de turno: Zapatero se mostró a favor de mecanismos coercitivos que garanticen el cumplimiento de esos compromisos y el ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle, no tardó en rechazar públicamente la idea al interpretar que defendía establecer sanciones.
La entrada en vigor del Tratado de Lisboa implica también que España tenga que encargarse de activar muchas de sus disposiciones, desde las nuevas instituciones, con las que debe cohabitar la presidencia de turno, hasta el novedoso servicio europeo de acción exterior.
Zapatero, quien ya ha avanzado su apuesta por una UE responsable y solidaria, hará hincapié en la nueva etapa de la política exterior europea.
Entre las prioridades de esa agenda, destaca su intención de diseñar una nueva relación con Estados Unidos y la potenciación de los lazos con Iberoamérica, especialmente con Mercosur.
El programa subraya asimismo la apuesta por una Europa de derechos y libertades, que incluye la regulación de la iniciativa legislativa popular, la adhesión al Convenio Europeo de Protección de los Derechos Humanos y el impulso de la política común de inmigración y asilo.
La lucha contra la violencia de género y la protección de las víctimas tiene también un papel destacado, ya que el Gobierno quiere establecer una orden europea de protección que garantice el cumplimiento de las órdenes de alejamiento en todo el territorio comunitario.
La semana próxima desfilarán por las comisiones del Parlamento Europeo los ministros del gabinete.
Las sesiones comenzarán el lunes con las comparecencias de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, el titular de Educación, Ángel Gabilondo, y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña.
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