Airbnb ha cambiado la forma en que nos alojamos durante nuestras vacaciones, con lugares que ofrecen una nueva dimensión para nuestros viajes. A veces, esa dimensión adicional es encantadora: un lugar único para descansar en un maravilloso vecindario o la oportunidad de vivir la experiencia como un local más.
Sin embargo, otras, se podría decir que, esta dimensión extra, no es la esperada por los huéspedes. La experiencia más reciente es la vivida por los Barker, una familia de Nueva Zelanda que descubrió una cámara oculta transmitiendo en directo desde la vivienda que tenían alquilada en Cork, Irlanda.
Pero esta historia solo es la última de otras muchas en las que se descubrieron cámaras secretas, tal y como cuenta la revista The Atlantic.
Max Vest es el protagonista de otra de estas vivencias. Según cuenta, cuando estrechó la mano de su anfitrión de Airbnb en Miami, este se presentó como Ralph, a pesar de que en todo momento había utilizado el nombre de "Ray" en los mensajes previos que intercambiaron. Vest no le dio mucha importancia, porque sus valoraciones en la app eran muy buenas, y se instaló en el apartamento junto a Ray, o Ralph, y su novia.
Cuando volvió a casa por la noche, después de cenar, fue cuando vio la luz. Dos cajas pequeñas, negras y rectangulares estaban apiladas junto a una salida en el lado opuesto de la habitación de invitados, ambas frente a la cama. Desde lejos, parecían cargadores de teléfono, pero cuando Vest se acercó, se dio cuenta de que eran cámaras y que estaban grabando.
Vest tenía miedo de lo que podría pasar si Ralph le veía irse a través de las cámaras. Logró salir del apartamento sin incidentes, subirse a su coche y hacer dos llamadas, una a su mujer y otra al equipo de seguridad de Airbnb.
En los emails que The Atlantic pudo ver, Airbnb le aseguraba a Vest que se estaban tomando su caso "muy en serio" y que la seguridad de los huéspedes es su "máxima prioridad". Pero Vest dice que Airbnb le ha tratado como un huésped frustrado cuando lo que él siente es que ha sido víctima de un delito.
Airbnb también se ha pronunciado al respecto tras el caso de la familia Barker, asegurando que ya han tomado medidas y están investigando las denuncias. Además, dicen que ya se han disculpado con los huéspedes que han vivido estas 'experiencias'.
Para tranquilizar a los usuarios, Airbnb insiste en que estas han sido situaciones aisladas y extremadamente poco habituales. La compañía asegura que "la seguridad y privacidad de nuestra comunidad, tanto online como offline, es nuestra prioridad", y aseguran que "las políticas de seguridad de Airbnb prohíben estrictamente el uso de cámaras ocultas".
Pese a esto, Kiwi Andrew Barker, que utilizó sus habilidades profesionales de seguridad para detectar la cámara escondida en la casa de Cork, aconseja a otros viajeros que aprendan a escanear las redes para ser capaces de detectar posibles dispositivos ocultos.
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