Los arroces de L’Estupendu, el mejor chiringuito al norte de Barcelona

Puede que Badalona no les suene a muchos como un destino glamuroso y tampoco se trata de convencerles de lo contrario, pero contra esas creencias la evidencia de que es un lugar muy agradable y más tras la adecuación del Paseo Marítimo acometida por el Ayuntamiento hace unos años, y el resultado es formidable. Una magnífica playa de aguas azules, arena blanca, palmeras y cactus; contribuyen a que el marco sea formidable. En los antiguos baños de la Estación, se han blanqueado las fachadas, se han pintado de azul las maderas para en un ambiente casi ibicenco, plantear una propuesta de cocina mediterránea.

Los más jóvenes se sorprenderán de ver en primera línea de playa de La Estació junto al L’Estupendu, una gran fábrica, en cuya valla exterior se puede leer “Anís del Mono”, un licor de gran consumo entre las clases más sencillas en los años setenta. Las tres chimeneas de la fábrica de Bessos que la gente asimila con cierta socarronería como La Sagrada Familia de Badalona. Al final un muelle que se adentra en el mar al estilo de los ‘piers’ californianos hasta donde llega la gente que pasea a primera hora de la mañana y los que lo hacen tras haber acabado una comida en L’Estupendu.

L’Estupendu es un establecimiento con dos espacios bien diferenciados o dos tipos de cocina distintas. Una en la que las tapas son la propuesta principal y la otra más parecida a un restaurante, en la que los arroces adquieren todo el protagonismo. Muy buenas tapas y arroces ofrecidos en subasta, de algún modo similar a lo que ha popularizado El Tintero en Málaga. Cada diez minutos aproximadamente van saliendo arroces que se ofrecen en voz alta y se adjudican en medias raciones al primero que lo solicita. Los más requeridos: el arroz del padre, limpio al estilo senyoret y el de verduras y bacalao, también muy fácil de comer.

Entre los primeros o las tapas más demandadas, los mejillones en salsa brava, las almejas con sofrito de ajo y cebolla; que hacen en el horno de brasas. Las salsas obligan a utilizar el pan para dar buena cuenta de ellas y el aroma ahumado del que se impregna con las brasas enriquecen su sabor. El pulpo a la brasa, este plato tan manido y utilizado como recurso fácil en otros locales, aquí se trabaja de forma sobresaliente. Se presenta sobre un parmentier de patata hecho de forma absolutamente casero. El pulpo se marca en la brasa y se rocía con pimentón de la vera, AOVE y sal maldon.

Para acompañar las mejores tapas, nada como un vermut que elaboran en Xampanyet. Croquetas de jamón y choco, muy crocantes y ricas. Imprescindible como en toda Cataluña, hay que tomar el pan con tomate. Ensaladas de tomates de diferentes tipos bien aliñados con AOVE y sal de escamas. Un profundo suquet de bacalao con patatas, un caldoso de pulpo y galeras muy bueno y una merluza a la llauna bastante correcta.