Querida Margarita, la propuesta más asequible e interesante de El Serbal

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Hacer recomendaciones sobre los mejores restaurantes, aquellos que ya han recibido el reconocimiento explícito de la crítica, las guías y el público; parece obvio y redundante. Además, por precio y por sofisticación y vanguardia pueden quedar fuera del rango de recomendaciones que nuestro interlocutor está esperando. Lo que espera todo el mundo es un establecimiento donde se coma bien, muy bien, y a un precio razonable. En definitiva un lugar en el que la relación calidad – precio sea irreprochable y Querida Margarita, la versión más asequible de El Serbal es uno de los mejores.

Si primero, en los años ochenta fue Victor Merino quien, desde El Molino, marcó la pauta de la mejor cocina de Cantabria, Jesús Sánchez, desde El Cenador de Amos, tomó el relevo y le dio el impulso definitivo. Es verdad que no fue el único, porque El Serbal, el gran restaurante de la ciudad de Santander al mando de cuyos fogones se encontraba Fernando Sanz de la Maza. Tan sólo cuatro años después de abrir El Serbal obtuvieron la ansiada estrella. Y es que en aquella época, allá por los primeros años de la década del 2000, tanto la cocina como el servicio de sala era sobresaliente, impecable.

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En 2014 Fernando dejó El Serbal para abrir VORS, un local con buena cocina y mucho encanto en pleno paseo marítimo. Mientras en El Serbal el relevo se produjo sin apenas alteraciones, de hecho sigue siendo el único restaurante de Cantabria que mantiene la estrella Michelin ininterrumpidamente desde 2003. Desde hace unos años una gran mayoría de los restaurantes con estrella Michelin, han abierto versiones más asequibles. Restaurantes para todos los públicos, versiones menos sofisticadas de cocina, salas más informales y tickets medios más baratos. El Serbal no iba a ser menos y hace un par de años abrió Querida Margarita.

Querida Margarita se encuentra a escasos metros de su hermano mayor y a tres manzanas de Puerto Chico, la zona más elegante y más demandada de la capital cántabra. Allí se hace una cocina desenfadada cuyo eje de actuación gira sobre la oferta del mercado. Su propuesta se formaliza en un menú del día a 18,50€ con una propuesta de cuatro entrantes y platos principales a elegir, así como un postre de entre 3 opciones que ofrecen cada día.

Muy buenos los canelones de langostino, intenso sabor a marisco, pero fino y elegante. Especialmente bueno el tataki de atún con guacamole y muy logrados los arroces, concretamente el de calamar con alioli. La ensaladilla de marisco merece mucho la pena. De entre los platos principales la merluza, muy delicada, pero a la que se potencia con un poco de salsa thai. El zancarrón al horno, muy tierno, se acompaña de un original puré de coliflor. De postre unas trufas ideales para los golosos y amantes del chocolate.