La gran empresa catalana avala a Sánchez pero advierte: "No se arregla en un año"

  • Creen que se ha abierto "una nueva era" en las relaciones entre el Govern y Madrid, y confían en que sirva para normalizar la situación económica.
Simón Pedro Barceló
Simón Pedro Barceló

"La estrategia de abrir los canales de comunicación con la Generalitat y entablar un diálogo dejando claras las líneas rojas que no se pueden traspasar ha sido brillante. Ahora, sólo hay que esperar que todos pongan de su parte para que la situación se normalice". Estas palabras del consejero delegado de una de las empresas más populares y emblemáticas de Cataluña reflejan el sentimiento de esperanza con el que una parte importante del tejido empresarial catalán ha abrazado la 'estrategia de la distensión' con el Govern puesta en práctica por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde su llegada a La Moncloa.

La reapertura de los foros bilaterales de relación Estado-Cataluña, bloqueados desde hace años, y los gestos de normalización realizados desde La Moncloa, particularmente en el ámbito de las relaciones económicas, han sido bien recibidos por el empresariado catalán, un poco cansado ya de la situación de tensión vivida durante los últimos meses. "El cambio de Gobierno ha venido bien  y parece que ha abierto una nueva era, porque durante mucho tiempo hemos tenido la sensación de que a los políticos les iba bien generando tensión en la sociedad y que no tenían ninguna intención de avanzar hacia una solución", subraya un alto directivo de una pyme catalana del sector de la alimentación.

La Información ha aprovechado la reunión de lo más granado de la burguesía empresarial catalana en la XXI edición del Congreso Nacional de la Empresa Familiar para testar el estado de ánimo del empresariado catalán un año después de la proclamación ilegal de la República en Cataluña y de la aplicación del artículo 155. 

La mayoría de los empresarios consultados -más de media docena de empresas de tamaños y sectores diversos- coinciden en afirmar que los acontecimientos del último año han tenido un impacto negativo sobre la situación económica de Cataluña. "Es normal. Si una empresa se estaba planteando abrir una sede en España no veo por qué iba a elegir Barcelona dadas las circunstancias. Los datos lo dicen. Cataluña ha perdido inversiones", relata una fuente de una de las empresas que han trasladado fuera de Cataluña su sede social a partir del 1-O.

Con todo, ven una mejora de la situación en los últimos meses tras el cambio de Gobierno. "La situación estaba muy estancada con el Gobierno del PP, al menos ahora parece que algo se mueve", asegura otro de los empresarios consultados, que no obstante advierte: "Esto no se va a arreglar de un año para otro. Harán falta años y mucha paciencia para que la situación se normalice, pero todo lo que contribuya a relajar la situación de tensión que se había creado será bueno para la situación económica y para nuestro negocio, pero sobre todo para Cataluña".

También los hay escépticos. "Sí, hay empresas que se han marchado, pero al menos en nuestro caso todo esto del 'procés' no ha influido en la marcha del negocio. Seguimos vendiendo lo mismo fuera de Cataluña y dentro no hemos notado una caída de las ventas. No digo que no haya empresas a las que les haya afectado, pero creo que el fenómeno no ha sido tan relevante como quieren hacer ver los políticos".

En este sentido, los empresarios catalanes consultados son críticos con el discurso del nuevo secretario general del Partido Popular, Pablo Casado, sobre Cataluña. "No contribuye a rebajar  la tensión política y tampoco ayuda a cerrar las heridas abiertas en la sociedad catalana respecto a España en los últimos meses". Críticas que, por cierto, reiteran también en relación a Quim Torra, de cuyo compromiso con normalizar la situación dudan más que del Gobierno de España.

No obstante, incluso los más escépticos respecto a los efectos económicos del 'procés' agradecen que exista un intento de normalizar la situación. "Nunca creímos que la situación fuera a llegar tan lejos, en parte porque sabíamos que era imposible una Cataluña independiente, pero ha habido momentos en que la situación de tensión creada podía haber generado un estallido. A veces la línea entre la tensión social y la revuelta es muy fina. Es necesario avanzar hacia otro escenario de menos presión y a partir de ahí hablar", reflexiona otro de los empresarios consultados.

De cara al futuro, todos descartan una solución a corto plazo. "Hay demasiada gente a la que le interesa el conflicto y mientras haya elecciones cerca...".

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