A dos empresas cántabras

Condenan a pagar 172.000 euros por la muerte de una electricista por amianto

El hombre falleció en 1 de junio de 2018 a consecuencia de la enfermedad mesotelioma pleural maligno tipo epitalial, que se le diagnosticó en agosto de 2016 en el Hospital de Sierrallana.

Un operario retira restos de uralita con amianto de una nave en ruinas. EFE ADRIÁN RUIZ DE HIERRO
Condenan a pagar 172.000 euros por la muerte de una electricista por amianto.

El Juzgado de lo Social número 4 de Santander ha condenado a dos empresas cántabras a indemnizar con más de 172.000 euros a la viuda y los dos hijos de un electricista de una de ellas, que falleció en junio de 2018 a causa de una enfermedad que le provocó su exposición al amianto en su trabajo.

La sentencia de este Juzgado, que puede ser recurrida, condena a pagar el 80 por ciento de esa indemnización a Ferroatlántica, en la que se comprobó que este trabajador había estado expuesto al amianto, y el 20 % a Tecnelt, firma que tuvo contratado a este profesional entre 1995 y 2009.

El hombre falleció en 1 de junio de 2018 a consecuencia de la enfermedad mesotelioma pleural maligno tipo epitalial, que se le diagnosticó en agosto de 2016 en el Hospital de Sierrallana, y por la que siete días después de su muerte el Juzgado de lo Social número 4 de Santander le otorgó una incapacidad permanente absoluta.

En su resolución, el Juzgado desestima la responsabilidad de otras empresas en las que trabajó este hombre y de la aseguradora de Tecnelt en este asunto, pero sí considera probado que el trabajador estuvo expuesto al amianto en Ferroatlántica.

La factoría de Astillero rechazó que tuviera amianto en su producción en el momento en el que el trabajador estuvo en labores de mantenimiento de sus hornos eléctricos, aunque sí reconoció que hubo ese material en años anteriores en unas cintas que manipuló posteriormente ese electricista.

El Juzgado recuerda que cuando ese material se sustituye debe haber un estudio completo de los riesgos por amianto y que esos datos tiene que quedar archivados durante 40 años, pero "en el caso que nos ocupa no existe rastro alguno de dicho registro", añade.

También ve responsable "de los daños reclamados" por la familia del trabajador a Tecnelt, por no existe "una verdadera coordinación" con Ferroatlántica en materia de prevención de riesgos, "facto que contribuyó igualmente a que no se detectaran los peligros de exposición al amianto y por ende no se adoptaran medida preventivas para proteger al trabajador".

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