Durante su baja por maternidad

De asistente a empresaria: así es como ha conseguido crear un exitoso negocio

Lo que empezó como un hobby para aliviar el estrés de la pandemia, pronto se convirtió en su principal medio de ingresos. Briana Zion ha logrado crear desde cero una millonaria empresa de ropa personalizada.

Briana Zion con uno de sus diseños.
Briana Zion con uno de sus diseños.
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El trabajo que una persona desempeña no siempre está ligado a lo que verdaderamente sabe hacer bien. Emily Jump, por ejemplo, descubrió su pasión por el 'microblading', una técnica estética para perfeccionar las cejas, cuando empezó a realizar cursos al respecto. Después de dejar su trabajo como responsable de marketing en un consultorio dental, decidió lanzar su propio negocio y hoy en día gana más de 7.700 euros al mes atendiendo a sus clientes.

Algo similar le ha ocurrido a Briana Zion, una mujer de Estados Unidos que ya tenía buena mano en las manualidades antes de crear su empresa de prendas de ropa personalizadas. Según explica en CNBC, un día se dio cuenta de que podía crear ropa para su hija y ahorrar en el bolsillo, por lo que empezó a utilizar una máquina Cricut para diseñar sus modelos. Desde entonces ha estado plasmando sus diseños en numerosos regalos para  amigos y familiares.

A partir de la pandemia y su baja por maternidad decidió experimentar más con este hobbie. "Fue un alivio al estrés que estaba sufriendo por el aislamiento y el embarazo. Las manualidades son mi lugar feliz", señala. Cuando dio a luz, se sitió muy agradecida por el trato del personal sanitario en el hospital en medio de la crisis sanitaria y quiso recompensarles con un regalo. Se supo manos a la obra y creó más de 3.000 piezas de plástico que permitían ajustar las mascarillas para que resultasen más cómodas. Ahí es cuando su pasión por las manualidades continuó creciendo.

Trabajo a tiempo completo

Zion participaba en algunos foros y grupos de personas con su misma afición, y un día una compañera le propuso empezar a vender sus diseños en páginas de subastas. Comenzó a vender camisetas básicas por entre 15 y 18 dólares y gracias al boca a boca su negocio fue creciendo. 

Cuando se levantaron las restricciones, la empresa en la que trabajaba como asistente del director ejecutivo decidió despedirla y ese varapalo fue aliviado por su nuevo negocio. Fue entonces cuando amplió su gama de productos y comenzó a llegar a más clientes. Uno de sus primeros pedidos fueron más de 200 prendas para un consultorio de cirugía plástica. Ahora recibe solicitudes de más de 400 piezas cada mes. Dado su éxito, ha aumentado el precio de sus productos y en 2021 llegó a generar más de 23.000 euros al mes.

La mayoría de los pedidos los recibe a través de sus redes sociales y espera que su negocio continúe creciendo. Para especializarse decidió realizar cursos de edición y asegura que está constantemente aprendiendo nuevas técnicas para estar al día. Su próximo objetivo profesional es mejorar sus máquinas y ampliar la gama de colores disponibles así como ofrecer sus propias serigrafías.

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