Actas de octubre

El BCE confía en un parón permanente de los tipos gracias al freno de la inflación

El Banco Central Europeo destaca la moderación de los precios, también la tasa subyacente, aunque pide paciencia para devolver el IPC al 2% y alerta de que la incertidumbre se ha incrementado. 

Christine Lagarde, BCE
El BCE confía en un parón permanente de los tipos gracias al freno de la inflación. 
CONTACTO vía Europa Press

El Banco Central Europeo (BCE) da por liquidado el ciclo alcista de los tipos de interés en su escenario base, aunque no se atreve a cerrar la puerta. Esta es la principal conclusión que se desprende de las actas de la reunión del pasado octubre cuando el organismo con sede en Fráncfort decretó la primera pausa después de diez aumentos consecutivos de las tasas de referencia del dinero, hasta el 4,5%, su nivel más alto desde 2001. "El Consejo de Gobierno debe estar preparado para nuevas subidas si es necesario, aunque no esté dentro de nuestro escenario base", indican en el documento. 

El banco central señal que mantener los tipos en los niveles actuales (4,5%) confirmarían el mensaje lanzado en septiembre de que esta tasa "había llegado a unos niveles que, si se mantenían durante un periodo lo suficientemente prolongado ayudarían a retornar al objetivo del 2%. Durante el encuentro que se celebró entre el 25 y el 26 de octubre, los miembros del BCE enfatizaron en la necesidad de ser dependiente de los datos y de mantenerse en una actitud "perseverante" con el objetivo de llevar el IPC al citado 2% en el medio plazo. En este sentido, el organismo presidido por Christine Lagarde pone en valor la moderación de la inflación subyacente, que se ha "movido en la dirección correcta" durante los últimos meses. 

La cifra de IPC de octubre, publicada después de esta reunión, arroja una inflación del 2,9%, frente al 4,2% de octubre y su lectura más baja desde julio de 2021, muy cerca de la meta para garantizar la estabilidad de precios en medio del repunte de los precios energéticos, "que se habían vuelto menos predecibles debido a las altas tensiones geopolíticas". De su lado, la subyacente, que excluye los alimentos frescos y la energía, también se ha moderado tres décimas, hasta el 4,2%. No obstante, han destacado la importancia de evitar un exceso de "confianza y complacencia" en vistas a los posibles desafíos. 

De hecho, admiten que la actividad de la eurozona se ha debilitado y las perspectivas económicas se han deteriorado, con una mayor incertidumbre respecto a septiembre por el conflicto entre Israel y Hamás, aunque su impacto esté siendo acotado por el momento. Todo ello a pesar de que la mayor parte de las subidas de los tipos no se ha materializado todavía. En el documento también admiten que la depreciación del euro registrada desde el pasado mes de julio había añadido más presión al freno de los precios, obstaculizando la moderación del IPC. 

En vista a los datos macroeconómicos con el PMI y las manufacturas a la baja, el BCE anticipa una caída de la inversión en vivienda para el cuarto trimestre de 2023. "Es evidente que el sector de la construcción representa una gran parte de la debilidad de la actividad", sostienen. Esto contrasta con la inversión empresarial, que se mantiene estable. "Las perspectivas de inversión habrían sido peores sin el apoyo del programa Next Generation EU", agregan, al tiempo que avisan de que el mercado laboral ha comenzado a deteriorarse desde los mínimos en los que se encuentra.

Las actas se publican después de las declaraciones del vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, que ha advertido de que algunos hogares, empresas y gobiernos de la eurozona pueden problemas para devolver sus deudas tras la subidas del precio del dinero aplicadas para contener los precios. "Los fuertes aumentos de las tasas de interés son particularmente difíciles para los prestatarios que tienen altos niveles de deuda contraída a tasas variables o préstamos que vencen para ser refinanciados en el corto plazo", apunta. Así, el exministro de Economía en España con Mariano Rajoy recuerda que los ingresos de las familias, la facturación de las empresas y las posiciones fiscales de los estados pueden sufrir "una contracción adicional" si la actividad económica decepciona o si los precios de la energía se incrementan el próximo invierno.

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