Actas de la reunión del 21 de julio

El BCE justifica la subida de tipos más agresiva en que se necesitaba "claridad"

El banco central considera sobre la "indeseable" persistencia de la inflación y su posible traslado a los salarios, al tiempo que subraya la debilidad del euro por la divergencia monetaria con EEUU.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
EFE

Los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) sigue preocupados por la persistencia de la alta inflación y su incipiente traslado a los salarios conforme pase el tiempo, una circunstancia que daría mayor recorrido temporal al problema con la inflación. Según las actas de la reunión del pasado 21 de julio, ese escenario dominó la discusión sobre si subir en 25 o 50 puntos básicos los tipos de interés aunque finalmente se optó por la opción más agresiva que sorprendió a los inversores.

"Se planteó la preocupación de que, si el Consejo de Gobierno se desviaba de su guía anterior y sorprendía a los mercados con un aumento mayor al esperado, esto se sumaría a las incertidumbres prevalecientes en el mercado. No obstante estas consideraciones, se sostuvo que se tenía que demostrar que el Consejo estaba dispuesto y en condiciones de responder si el panorama cambiaba. También se argumentó que, a pesar de constituir un aumento mayor al esperado, un aumento de la tasa de interés de 50 puntos básicos brindaba más claridad a los participantes del mercado", señalan.

El BCE subió los tipos de interés en 50 puntos básicos, anticipando la salida de la zona de tasas negativas, pese a que en junio había telegrafiado que solo los subiría en 25 puntos básicos. Ahora, de cara a septiembre, el banco central también considera un movimiento similar, según las expectativas del mercado, que ahora augura otra subida de gran calado. De hecho, en el mercado interbancario, los tipos del Euríbor se han disparado y el índice a 12 meses ha pasado del 1% al inicio a agosto a moverse ya en el 1,5%.

Con los datos disponibles en la reunión, la inflación había aumentado aún más, del 8,1% en mayo al 8,6% en junio aunque luego se conoció que había repuntado hasta el 8,9% en julio. "En general, las presiones inflacionarias se habían ampliado e intensificado, como lo indica un aumento en una variedad de indicadores de inflación subyacente. Se esperaba que la inflación se mantuviera indeseablemente alta durante algún tiempo, debido a las continuas presiones de los precios de la energía y los alimentos y las presiones de los oleoductos en la cadena de precios", alerta el organismo. 

El BCE se muestra preocupado también por el tipo de cambio y sus efectos secundarios. "La depreciación del euro también fue una fuente de mayor inflación. El precio del activo más afectado por la divergencia entre las políticas monetarias en las principales áreas monetarias fue el tipo de cambio del euro. Alrededor de la mitad de la depreciación del 10% del euro frente al dólar estadounidense desde principios de año podría atribuirse a la divergencia en las políticas monetarias", asegura la institución.

Mostrar comentarios