Objetivos de la ONU

Desigualdad, energía.... La inversión sostenible ha llegado para quedarse

En 2019 se emitieron 'bonos verdes' por importe de 271.000 millones de dólares, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 49%, y el mercado está a punto de alcanzar el billón de dólares en circulación.

La inversión socialmente responsable busca solucionar problemas globales.
La inversión socialmente responsable busca solucionar problemas globales.
Pixabay

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas reflejan un consenso mundial sobre los problemas ambientales y sociales más urgentes. Una nueva cosecha de inversiones desarrolladas en torno a estas metas está ayudando a los inversores a dirigir el capital hacia empresas de crecimiento potencial, al tiempo que aborda los problemas más importantes que enfrenta el planeta.

Los ODS son una lista de 17 objetivos definidos por la ONU con 169 objetivos subyacentes, que abordan los desafíos globales relacionados con la sociedad y el medio ambiente. Entre ellos, se incluyen el hambre cero, las energías limpias y asequibles, el trabajo digno, el crecimiento económico, y la reducción de la desigualdad.

Al identificar estos objetivos, el organismo internacional cuantificó la cantidad de inversión que se necesitaba para cumplir con estos objetivos, destacando el papel del capital privado en este proceso. Reconociendo la importancia de los ODS, y su resonancia para los inversores, se está construyendo una categoría de inversiones alineadas con estos objetivos.

La agitación del mercado de este año ha ilustrado lo que puede suceder cuando los mercados enfrentan repentinamente un riesgo para el que no están preparados. También es un recordatorio de que la incertidumbre es perjudicial tanto para las empresas como para los inversores y que la gestión de riesgos es primordial en la búsqueda de objetivos a largo plazo.

“De hecho, este es uno de los principios clave del concepto de sostenibilidad, que informa sobre muchos aspectos de la vida actual, desde influir en las elecciones de estilo de vida de las personas hasta dar forma a la política corporativa”, comentan los especialistas de Allianz Global Investors, Andreas Fruschki, director de Renta Variable Temática y Alina Donets, gestora de cartera de la misma casa.

El mundo político también se centra en la sostenibilidad, con nuevas políticas y regulaciones dirigidas a cuestiones ambientales y preocupaciones sociales. Y, en el ámbito financiero, los inversores más jóvenes esperan cada vez más que sus inversiones generen un resultado social o ambiental tangible, así como también retornos financieros. “Ahí es donde las nuevas inversiones alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas pueden desempeñar un papel”, comentan estos expertos.

Por tanto, con este horizonte que el mundo se ha trazado, cabe pensar que la sostenibilidad ha llegado, no solo para quedarse, sino para seguir creciendo exponencialmente. “En el largo plazo no tenemos ninguna duda de que los activos amigables con el ASG superarán a los que no lo son”, advierte Graeme Anderson, Chairman y gestor de Twentyfour Asset Managers.

De hecho, tal y como opina Anderson, cualquier gestor, se centre en el ASG o no, debería ser cauteloso ante la posibilidad de que el mercado rechace una empresa por razones que tengan que ver con estos factores, ya que esto podría afectar a su rentabilidad.

El auge de los ETF sostenibles y los bonos verdes

¿Y cómo invertir teniendo en cuenta esta dinámica de futuro? Por ejemplo, si analizamos a fondo el segmento de los ETF con criterios ESG en Europa, veremos que en el último año se ha producido un fuerte crecimiento y en enero de este año ya alcanzaban los 119 productos. Del mismo modo, los activos bajo gestión han aumentado a un ritmo impresionante, llegando incluso a triplicarse en el 2019. Es una muestra de la tendencia creciente de la sostenibilidad que ha creado una nueva gran temática.

La mayoría de estos activos son de renta variable, pero la recaudación de los ETF de renta fija con criterios ESG se ha acelerado rápidamente. “Casi el 80% de las soluciones pasivas con criterios ESG actualmente disponibles son de renta variable (UBS Asset Management, a enero de 2020)”, analiza Nina Petrini, Responsable de Gestión Pasiva y ETF para Iberia de UBS AM.

“No obstante, el número de ETF de renta fija con criterios ESG se ha duplicado en último año, lo que pone de relieve la necesidad de integrar los factores ESG también en la renta fija a medida que los reguladores aumentan su presión sobre otros sectores de la industria”, añade Petrini.

De igual manera, el mercado de bonos verdes, como muchas otras áreas del ESG es relativamente nuevo y está creciendo rápidamente. En 2019 se emitieron instrumentos de este tipo por un importe de unos 271.000 millones de dólares, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 49%, y el mercado está a punto de alcanzar el billón de dólares en circulación.

“Las cuestiones relativas a la utilización de los ingresos y la presentación de informes sobre los resultados están bien documentadas, y la Unión Europea está trabajando en un marco aceptado”, comenta Anderson.

Un aspecto que puede resultar preocupante es que, a pesar del crecimiento de la oferta, la demanda de bonos verdes ha seguido siendo mucho mayor, lo que ha creado la tormenta perfecta para algunos posibles abusos al margen y los riesgos asociados para los inversores. Con todo, las perspectivas a largo plazo siguen sustentando el atractivo.

Construir inversiones centradas en los ODS

El enfoque de inversión teniendo en cuenta los ODS también permite a los inversores aprovechar temas específicos y tangibles, como la financiación de energía sostenible o las soluciones sobre la seguridad alimentaria.

“Dado el enfoque global en los objetivos de la ONU, es probable que las empresas que los apoyan directamente se beneficien de un mayor interés y crecimiento, y pueden representar una fuerte opción de inversión”, aseguran los expertos de Allianz GI.

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