Múltiples focos de riesgo

Curvas en la banca de EEUU: Moody's pone un rejón al sector con una bajada de rating

La tasadora de riesgo alerta sobre las pérdidas no realizadas de su cartera de deuda y el deterioro del mercado de crédito por el endurecimiento de la Fed con recortes de calificación a diez bancos y advertencias a otros seis.

Oficina de la agencia Moody's en Nueva York.
Oficina de la agencia Moody's en Nueva York.
Moody's vía La Información

El incendio en bolsa de los bancos tras el impuesto del Gobierno italiano a las entidades en su país se ha propagado a las cotizaciones en las bolsas de otros países, pero ahora amenaza con cruzar el Atlántico con otro foco de combustión. Esta vez ha sido la agencia de calificación de riesgo crediticio Moody's quien acapara la atención después de la rebaja de rating a diez bancos de EEUU, el cambio de perspectiva  'estable' a 'negativa' -antesala de un futuro recorte- a seis entidades de gran tamaño y la puesta en revisión de las notas de otros 11 grupos bancarios. 

En concreto, Moody's redujo las calificaciones en un escalón a 10 bancos medianos y pequeños de EEUU como son Prosperity, Pinnacle, Webster, BOK Financial, Amarillo Bank, Commerce y Old National, aunque el más destacado es el M&T Bank, una entidad que valía. en bolsa más de 23.000 millones de dólares el lunes. Las acciones de todos ellos registran descensos en la preapertura de Wall Street.

En una acción paralela, la agencia puso en revisión para posibles rebajas a seis gigantes bancarios, incluidos el Bank of New York Mellon, US Bancorp, State Street y el Truist Financial, todas ellas consideradas entidades sistémicas para el sector en EEUU. La agencia también cambió su perspectiva de 'estable' a 'negativa' para once prestamistas de relevancia, entre ellos Capital One, Citizens Financial (que compró parte del Silicon Valley Bank) y Fifth Third Bancorp.

"Los resultados del segundo trimestre de muchos bancos han mostrado crecientes presiones sobre la rentabilidad que reducirán su capacidad para generar capital orgánico. Esto ocurre mientras una recesión leve en Estados Unidos está en el horizonte para principios de 2024 y la calidad de los activos parece destinada a disminuir, con riesgos particulares en las carteras de inmuebles comerciales (CRE) de algunos bancos", dijo Moody's en una declaración.

Moody's dijo que las exposiciones elevadas a inmuebles comerciales o CRE (Commercial Real State) son un riesgo clave debido a las altas tasas de interés, los descensos en la demanda de oficinas como resultado del trabajo en remoto y una reducción en la disponibilidad de crédito. La caída del Silicon Valley Bank y del Signature Bank en marzo provocó una crisis de confianza en el sector bancario estadounidense, lo que llevó a un pánico bancario en los depósitos en una serie de bancos regionales a pesar de las medidas de emergencia de la Fed y el Tesoro.

Por otro lado, Moody's advierte que los bancos con pérdidas no realizadas significativas en valores y deuda no se reflejan en sus ratios de capital regulatorio y son "vulnerables" a una pérdida de confianza en el entorno actual de tipos altos. El informe de la agencia se conoce en medio de condiciones monetarias más restrictivas después del ritmo más rápido de aumentos de tipos de interés por parte de la Reserva Federal en décadas, lo que ralentiza la demanda y el endeudamiento.

Las tasas más altas también han aumentado la probabilidad de una recesión y han ejercido presión sobre sectores como el mercado inmobiliario para que se adapten a las realidades posteriores a la pandemia. Los datos de la encuesta de la Reserva Federal publicados la semana pasada mostraron que los bancos estadounidenses tienen estándares de crédito más estrictos y una demanda de préstamos más débil tanto de las empresas como de los consumidores durante el segundo trimestre.

La agencia de calificación Fitch rebajó la semana pasada el rating soberano de Estados Unidos en un escalón desde 'AAA' hasta 'AA+' debido al deterioro fiscal de las cuentas públicas en los próximos tres años, la pérdida de confianza en la gestión fiscal de Washington tras las repetidas negociaciones al límite sobre el techo de la deuda y el impacto de una posible recesión por los tipos de interés más altos.

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