La mayor crisis de la historia

El petróleo se convierte en el 'canario' en la mina de la Gran Reclusión económica

  • La decisión de la Bolsa de Chicago de permitir la cotización en negativo del petróleo esconde una mercado de crudo desbordado por la producción.
El petróleo ha perforado el nivel de cero esta semana.
El petróleo ha perforado el nivel de cero esta semana.
Pixabay

Si hay una señal de la gravedad de la crisis económica en curso desde febrero, ese el barril de crudo, que 'murió' el lunes con precios negativos de -37 dólares y 'resucitó' a partir del martes martes a fuerza de intervenciones en mercado y retórica militar de EEUU contra Irán. Sin embargo, la enfermedad que aqueja al ‘oro negro’ todavía está sin curar. Es la sobreproducción que ya sufría el mercado del crudo, pero que ha terminado de ahogar la demanda en un escenario inédito y extremo: el Gran Confinamiento económica. Pero el colapso total del petróleo ha sembrado el temor al colapso de todo el sistema económico, ya que es el termómetro de actividad industrial. El ‘canario’ en la mina.

Con las economías en hibernación y los consumidores recluidos, la ausencia de demanda ha generado un sobreabastecimiento de petróleo que ha obligado tanto a los habituales compradores de crudo públicos como privados a llenar sus reservas aprovechando los bajos precios. Entre lunes y martes, fecha del vencimiento del contrato de petróleo West Texas con entrega física en mayo, entró a cotizar en terreno negativo por primera vez en la historia, después del visto bueno de la Bolsa de Chicago (CME). Inaudito y del todo insostenible.

GRáfico histórico del petróleo en 150 años.

¿Cómo es posible que se permitiese que un activo cruzase la frontera del bajo cero? Estaba justificada ante la presión de los operadores al mercado para evitar quedarse con el petróleo. De lo contrario, muchos inversores hubieran quebrado y estaban dispuestos a pagar por evitarlo, es decir, a colocar el precio del barril en negativo. Hedge funds y otro tipo de operadores que habitualmente encuentran contrapartida en petroleras, aerolíneas e industrias, de repente, no tenía a nadie al otro lado. De haber llegado a cero la negociación, estos inversores debían haberse quedado con el petróleo de manera física y entregar garantías para su recogida, bien para su uso o almacenamiento fuera de los puntos de entrega. El problema es que la capacidad para guardar el crudo en instalaciones terrestres o barcos en el mar se desbordó por completo.

“Los mercados petroleros se han mantenido enfocados e los extremos actuales en el desajuste de oferta y demanda, que crearon oscilaciones de precios sin precedentes. (...) El mundo se está quedando sin superlativos una vez más. De acuerdo, esto fue un problema técnico. Sin embargo, los mercados al contado siguieron con otra caída del 25% durante la semana”, escribe Christian Gattiker, director de análisis de Julius Baer. La situación fue tan grave durante algunas horas que amenazó con una quiebra masiva de empresas del sector energético y obligó a la Casa Blanca a salir a escena para evitar males mayores.

El presidente de EEUU, Donald Trump, se prestó a rescatar al sector de petróleo y gas, el mismo que desde 2015 a 2019 ha convertido a EEUU en exportador neto de crudo. Detrás de los proyectos del sector hay asociada una deuda financiera con la banca e inversores que supera los 200.000 millones de dólares y esto puede convertirse en un problema de solvencia para los prestamistas y bancos, generando un efecto dominó sobre la deuda. El petróleo, pese a su declive frente a otras energías, sigue siendo un pilar básico tanto para la industria petroquímica como para el transporte aéreo, del automóvil o cualquier sector que exija de fibras plásticas o sus derivados para sus productos. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha admitido que el Gobierno valora la toma de participaciones en empresas energéticas en EEUU para evitar su quiebra.

petróleo negativo

El desequlibrio oferta-demanda

El derrumbe de los precios del petróleo tiene su origen en el incremento de la capacidad de producción de tres grandes potencias: EEUU, Rusia y Arabia Saudí. Agrupan el 54% del bombeo mundial y han desplazado a otros productores como México, Ecuador, Venezuela, Irán o Irak. Pero la guerra de precios que emprendieron a marzo ha puesto en riesgo el negocio de todos ellos. La OPEC+, el cartel que incorpora a Rusia, quiere recortar la producción antes de mayo, fecha en la que iba a entrar en vigor el recorte de casi 10 millones de barriles diarios que se adoptó en Semana Santa. Sin embargo, no parece que vaya a ser suficiente y en el mercado ya se valora la adopción de nuevos recortes.

El problema es que la incapacidad para almacenar el petróleo excedente ha provocado que los productores sin capacidad de almacenaje se encuentren ante una decisión drástica: cerrar los pozos. Sin embargo, técnicamente, esto no es posible de forma inmediata debido a las peculiaridades de este tipo de instalaciones que están, de forma continua, bombeando crudo al exterior. Los expertos calculan que el desequilibrio actual de oferta y demanda asciende a 20 millones de barriles diarios, pero solo se ha reducido esa sobrecapacidad a la mitad. El consumo se ha desplomado a niveles de los años 90, aunque las previsiones apuntan también a una rápida recuperación de precios en cuanto las economías más industrializadas vuelvan, poco a poco, a reactivarse tras el confinamiento por el Covid-19.

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