Por los altos tipos de interés

La erosión del ahorro en Estados Unidos centra el riesgo para bolsas y economía

La persistencia de los tipos de interés altos sigue minando la capacidad de ahorro de los estadounidenses conforme la inflación se enfría y la desaceleración de la economía toma el relevo.

Columnas de la Cámara de Representantes de EEUU.
Columnas de la Cámara de Representantes de EEUU.
Europa Press

La recesión en 2023 no llegó y uno de los motivos principales tuvo que ver con el aguante por parte de los consumidores. Ahora la duda es cómo se encuentran los balances de los hogares y si, de verdad, podrán resistir el tensionamiento monetario que ya se lleva acumulando en Estados Unidos en los últimos meses.

La teoría es sencilla. Al menos, es lo que siempre dicen los analistas: un periodo (más) largo de tipos altos podría tener consecuencias negativas para el crecimiento empresarial, los beneficios, los gastos de capital y el mercado inmobiliario. Repercusiones que los mercados de capitales no parecen tener en cuenta actualmente en sus modelos de previsión.

¿Está sana la situación? Para algunos expertos, las costuras del sistema financiero no están lo suficientemente bien cosidas como para estar tranquilos. “Creemos que las expectativas se centran demasiado en la posibilidad de sorpresas al alza en un momento en que los riesgos a la baja se multiplican”, asegura Apollo Research en un reciente informe en el que desmenuza la situación del ahorro en EEUU.

Para empezar, la entidad se centra en dos factores principales que impulsan el gasto de los consumidores y que en gran medida no están relacionados con la actual política de la Reserva Federal: a los hogares se les está acabando el exceso de ahorro y se están reanudando los pagos de los préstamos estudiantiles. “La combinación de estas dos dinámicas aumenta las probabilidades de una desaceleración significativa del gasto de los consumidores, un motor clave del crecimiento estadounidense”, expone.

De hecho, el exceso de ahorro podría ser la respuesta a la pregunta que todo el mundo se plantea, desde medios financieros como CNBC a Bloomberg, pasando por los pasillos de la Reserva Federal: ¿Por qué la economía no ha respondido de forma más drástica a las subidas de tipos de la Reserva Federal? Parece que los consumidores se han negado a dejar de gastar, incluso ante la subida del precio del dinero por parte de la Fed y la caída del valor de la vivienda.

“Aunque la rentabilidad de los valores individuales ha variado, los mercados de renta variable han ignorado en gran medida la inminente posibilidad de una desaceleración económica a lo largo de 2023, como así ha sido”, reconocen los analistas de Apollo Research.

¿Y cuál es la clave? La firma de análisis detalle que durante la pandemia, los hogares ahorraron tanto dinero que se siguen consumiendo esos ahorros de una manera que se mantiene la economía a flote. Las ventas al por menor se han mostrado resistentes, y la contratación, aunque en declive, ha resistido bastante bien la subida de los tipos de interés. “Y aunque todavía no se han quedado sin dinero, podemos esperar que esto se convierta en un viento de cola económico mucho menos potente en 2024”, destacan estos analistas al respecto sobre este contexto que se ha producido durante el 2023.

Los ejemplos del pasado

Normalmente, con el inicio de la recesión –como ocurrió en 1970, 1980, 1990, 2001 y 2008–los consumidores gastan dinero que no tienen o, incluso, reducen sus costes. Esto se debe a que, en una recesión típica, la gente empieza a perder su empleo y entra en un periodo de “desahorro”. Con la consiguiente pérdida de ingresos, el capital ahorrado tiende a disminuir, no a aumentar.

Eso no es lo que ha ocurrido esta vez. La razón era obvia, según Apollo Research: “durante la cuarentena, todos estábamos sentados en casa... No comíamos en restaurantes, ni nos alojábamos en hoteles, ni volábamos en avión, ni íbamos a conciertos, eventos deportivos o parques de atracciones; por eso, el exceso de ahorro aumentó de una forma sin precedentes.

No obstante, el aumento de los ahorros no se debió simplemente a la disminución de los gastos. Muchos ciudadanos norteamericanos también recibieron cheques en sus casas como consecuencia de las medidas de estímulo monetario para hacer frente a la pandemia, subsidios de desempleo, créditos fiscales para guarderías y préstamos del Programa de Protección del Salario (PPP).

“La combinación de la disminución del gasto y las importantes transferencias del gobierno significó que el ahorro no alcanzó su punto máximo hasta unos 18 meses después del inicio de la pandemia”, argumenta la casa de análisis.

Desde entonces, a finales de 2021, el consumidor estadounidense ha ido agotando sus ahorros. “Dejando a un lado el momento preciso, está bastante claro que el gasto de los hogares resultará mucho menos un viento de cola para la economía a medida que avancemos hacia 2024 (…) El consumidor estadounidense está empezando a venirse abajo”, alerta la entidad.

Los préstamos estudiantiles

Mientras los ahorros siguen disminuyendo, hay un cambio notable en el lado de los gastos de los consumidores: los préstamos estudiantiles. Alrededor de 44 millones de personas tienen un préstamo estudiantil en Estados Unidos, con un saldo medio de casi 38.000 dólares, lo que suma una cifra total de más de 1,6 billones de dólares.

Aproximadamente la mitad de todos los préstamos estudiantiles vieron suspendidos sus pagos por la Administración Biden durante la cuarentena, pero esa moratoria expiró el 1 de octubre de 2023 y estos se han reanudado. Con unos ingresos medios en Estados Unidos de poco más de 4.000 dólares al mes, y unas cuotas medias de estos créditos de unos 300 dólares al mes, eso se traduce en que unos 20 millones de hogares tendrán que volver a destinar casi el 10% de sus ingresos al pago de esta partida.

La Encuesta de los Hogares realizada por la administración estadounidense del pasado mes de octubre mostró un aumento en la proporción de consumidores que dicen tener dificultades para pagar sus gastos domésticos. Un análisis más detallado de la encuesta muestra que las dificultades para pagar los gastos del hogar se concentraron entre las familias con un título universitario, que ganan entre 50.000 y 150.000 dólares, lo que sugiere que el reinicio de los pagos de los préstamos estudiantiles es la fuente de un mayor estrés financiero para los consumidores. “Esto apunta en la dirección de otro riesgo a la baja para la economía, por lo que 2024 va a ser un año de mucho análisis”, finaliza.

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