Por debajo de 4,2%

El Euríbor flojea en el ecuador de octubre a la espera de una pausa de tipos del BCE

La evolución del índice interbancario mantiene su tendencia lateral después de bajar a mitad de semana a niveles de mediados de septiembre con la expectativa de que el banco central interrumpa el endurecimiento monerario.

Sede BCE
El Euríbor flojea en el ecuador de octubre a la espera de una pausa de tipos del BCE. 
AP/LAPRESSE

La referencia de las hipotecas a tipo variable sigue dibujando una tendencia lateral este mes de octubre. Tras inclinarse ligeramente a la baja cuando apenas restan dos semanas para que el Banco Central Europeo (BCE) dicte sentencia sobre el rumbo de la política monetaria de la zona euro después de elevar los tipos al 4,5%, máximos desde 2001, el Euríbor a doce meses se mantiene ligeramente por debajo del 4,2%. 

Desde que el pasado miércoles se deslizará hasta el 4,14% en tasa diaria, su nivel más bajo en más de cuatro semanas, ha experimentado un ligero repunte hasta el 4,17% al calor de las actas del BCE, en la que argumentan la razón por la que desterraron la pausa de tipos en la reunión de septiembre, pero sin cerrar la puerta a que se decrete en el próximo encuentro. 

Por primera vez desde que comenzó octubre se comienza a enfriar el promedio mensual, que actualmente está situado en torno al 4,184% de forma provisional. Se trataría de un nuevo máximo desde noviembre de 2008 si bien apenas supone una subida mensual de 0,03 puntos porcentuales desde el 4,149% de septiembre

En términos interanuales, el Euríbor a 1 año se encuentra 155 puntos básicos por encima del nivel de 2022 por estas fechas, el menor aumento desde agosto de 2022. Conforme pasan los meses, y pese a que las revisiones mensuales de las hipotecas siguen impactando en aquellos que tienen préstamos a tipo variable, los diferenciales comienzan a ser cada vez menores.

No obstante, salvo giro drástico de la política del BCE, los expertos no esperan estabilidad o decrecimientos en el Euríbor hasta bien entrado el segundo trimestre de 2024. Los operadores del mercado interbancario comienzan a descontar que el año que viene puede producirse algún recorte de los tipos oficiales de interés. De hecho, la referencia de las hipotecas se mueve ya más de 0,3 puntos porcentuales por debajo de la tasa de financiación principal del BCE que está en el 4,5%. Es el mayor diferencial desde el inicio de 2022, antes de la guerra de Rusia en Ucrania.

Financiación más dura más allá de los tipos

Las probabilidades de que el BCE mantenga los tipos de interés en ese nivel el próximo 26 de octubre son crecientes. Pese a la resistencia de la inflación a bajar en algunas zonas del euro, el riesgo de sobrepasarse con el endurecimiento monetario puede meter en problemas peores a la economía europea. Responsables políticos como la vicepresidenta del Gobierno español, Nadia Calviño, no han dudado en respaldar esa posición de pausa si se produce, aunque en su caso viene reclamando desde antes del verano que el banco central frene el alza de tipos.

"Creo que es bastante acertado porque hay países como España que tienen un fuerte crecimiento y baja inflación, mientras otros países están muy cerca de una recesión y tienen una inflación más alta", aseguró el miércoles Calviño en una conversación con el director del Atlantic Council, Josh Lipsk, en Marrakech, donde asiste a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, según informa 'Europa Press'. 

El BCE, por su parte, ha reforzado su discurso en las últimas reuniones sobre la necesidad de que los gobiernos europeos reduzcan sus déficits públicos y mitigen sus niveles de deuda pública en la antesala de un escenario más difícil para financiarse. El banco central tiene la intención de reducir su balance -y, llegado el caso, vender parte de su cartera de deuda soberana- cuando los tipos de interés se estabilicen y la volatilidad en el mercado sea inferior a la actual. 

Desde 2015, el BCE ha sido el sostén de las emisiones de deuda de los países europeos con su programa APP para estimular la inflación y reducir las primas de riesgo entre países. Tras el estallido de la pandemia del Covid-19 en 2020, el organismo que preside Christine Lagarde puso en marcha un fondo para compras masivas de deuda denominado PEPP que llegó a hacerse con 1,85 billones de euros en bonos públicos y, en menor medida, privados. Toda esa deuda sigue en cartera de la institución,  aunque está reduciéndola lentamente al no acudir a refinanciaciones.

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