Tras las elecciones presidenciales

El Ibex se enfoca en el efecto Milei para resucitar sus inversiones en Argentina

Las huella económica de las grandes empresas españolas sigue presente en el país sudamericano, pero se ha convertido en una sombra de lo que fue después de años de hiperinflación que han arrasado las inversiones.

El candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, presidente electo de Argentina.
El candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, presidente electo de Argentina.
Télam | Julián Álvarez vía Europa Press

Santander, BBVA, Telefónica, Dia, Prosegur... La presencia de empresas españolas en Argentina había quedado reducida a cenizas en términos monetarios y a su más mínima expresión en los planes estratégicos de las compañías del Ibex 35. La situación de inseguridad jurídica permanente, una sucesión de escándalos de corrupción, la devaluación masiva del peso argentino o la hiperinflación han destrozado la economía, la confianza de los inversores y la actividad de los negocios. Todo eso puede cambiar o, al menos, eso es lo que esperan los argentinos después de votar por un cambio político radical al frente de la Casa Rosada.

El ultraliberal y libertario Javier Milei será el próximo presidente de Argentina a partir del 10 de diciembre, tras derrotar al candidato del partido peronista gobernante y ministro de Economía, Sergio Massa. Los analistas destacan la holgura de la victoria frente a unas encuestas que estaban mucho más ajustadas, pero lo justifican por el hartazgo latente en la población argentina, con cerca del 40% en situación de pobreza, y por el voto joven: casi la mitad por debajo de los 40 años. Los principales temores ahora se centran en las tres semanas de transición de un gobierno a otro y en la reacción del peronismo-kirchnerismo a la derrota.

Agenda reformista y dolarización

"El margen de 12 puntos porcentuales estuvo muy por encima del resultado sugerido por las encuestas. En su discurso, Milei reiteró su compromiso con una fuerte agenda de reformas, principalmente recortes de gasto material, para evitar una crisis económica "terminal", aunque no mencionó la dolarización de la economía ni la eliminación del banco central. También planea detener las relaciones con China y Brasil, los principales socios comerciales de Argentina", explica Eirini Tsekeridou, analista de renta fija del banco suizo Julius Baer.

Para los inversores y empresarios internacionales, la configuración del nuevo gobierno será clave. Milei señaló antes de la cita electoral que ofrecería presencia y ministerios al partido conservador de Patricia Bullrich en un paso hacia la moderación de sus discursos más radicales de la campaña anterior. Asuntos como la dolarización completa de la economía y la eliminación del banco central no parece que vayan a intentar implementarse ni siquiera en los primeros meses del mandato. Incluso, hay quien señala que las propuestas más extravagantes son una quimera.

"No ofreció ninguna perspectiva sobre quiénes formarán parte de su gabinete. La elección del Ministro de Economía será una decisión clave. Milei enfrentará un entorno económico desafiante, ya que la inflación sigue aumentando, las presiones cambiarias están aumentando y la situación fiscal sigue siendo frágil, mientras que no se cumplen los objetivos del programa con el FMI y será necesaria una renegociación. Además, otro desafío principal será la gobernabilidad, y esperamos que modere su retórica para poder negociar con los otros partidos en el Congreso y avanzar con su agenda", añade Tsekeridou, de Julius Baer.

Empresas españolas en el país

Según el último recuento del ICEX, 136 empresas españolas tenían presencia relevante en Argentina. Excluyendo a Arcelor Mittal, que cotiza en el Ibex pero tiene su sede en Países Bajos y su capital es indio, las cuatro compañías a las que más les afecta lo que suceda en ese país son Banco Santander, BBVA, Telefónica y Naturgy, aunque hay otras multinacionales como Mapfre, Dia o Prosegur que cuentan con fuerte presencia. En 2022, estos siete grupos registraron un volumen conjunto de ingresos de unos 7.000 millones de euro en Argentina, con fuertes impactos de pérdidas en la cuenta de resultados por la situación de hiperinflación. Solo BBVA declaró el año pasado una pérdida de 430 millones por ese país.

España era al cierre de 2022 el undécimo país para Argentina tanto en exportaciones como en importaciones, dos rankings copados por China, Brasil y Estado Unidos. En el apartado de inversiones, España tenía gracias a sus multinacionales del Ibex 35 un lugar mucho más relevante. El ICEX, que advierte en su informe de 2022 que los datos oficiales más recientes que elabora el banco central de Argentina son del año 2016, cifraba en 16.993 millones de dólares el volumen de inversiones de EEUU, seguido por España (13.169 millones), Países Bajos (9.140 millones), Brasil (4.536 millones) y Chile (3.863 millones). Según el Registro de Inversiones Extranjeras del Icex, la cifra anterior se situó en los 15.321 millones de euros en 2020, el 3,3% de toda la inversión exterior desde España.

Argentina se ha enfrentado con peor resultado que otros países a la serie de desafíos económicos de los últimos años. En 2018 y 2019, el PIB experimentó caídas del -2,6% y -2,1%, respectivamente, lo que se agravó en 2020 con el impacto devastador del Covid, con una contracción del -9,9%. En el período acumulado de 2018 a 2020, la economía experimentó un desplome superior al -14%. La recuperación del 10,4% en 2021 y del 5,2% en 2022 se ha truncado en este 2023 con una contracción estimada del 3%. Es el legado de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Massa, ministro de Economía en la recta final de la legislatura.

Lo peor es que tanto en recesión como en ese despertar económico, los argentinos han visto como el 'monstruo' de la inflación devoraba su capacidad adquisitiva y hacía impagable el coste de la vida. El IPC creció al 53,8% interanual en 2019, al 36,1% en 2020 y 50,9% en 2021. En 2022, los precios de consumo se incrementaron en un 94,8% y en este 2023 se proyecta por encima del 130%. El efecto acumulativo es inimaginable incluso para los argentinos que conviven con ello. De fondo, la profunda devaluación del peso argentino motivada por un circulo vicioso casi imposible de parar: el uso político del banco central para tapar agujeros, monetizando la deuda y emitiendo más billetes para cubrir los déficits.

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