El ataque sorpresa del grupo terrorista Hamás a Israel, la volatilidad en la que está inmersa el petróleo y el aumento del precio de los bonos ante la caída de las rentabilidades (se mueven de manera inversa) marcan el paso a las Bolsas. Esta conjunción de factores aboca al Ibex 35 a cerrar el cómputo semanal prácticamente en tablas y aferrarse a la barrera de los 9.200 puntos. El impacto, a priori, moderado de la escalada de tensión en Oriente Medio ha abocado a los inversores a buscar refugio en activos tradicionales como el oro, la deuda y el crudo.
Al cierre de los mercados europeos, la onza cotizaba un 5,6% más cara con respecto al pasado viernes, hasta los 1.934 dólares. El petróleo también se suma a este repunte después de unos días de tregua y repunta hasta acercarse a los 90 dólares, en pleno temor a que Irán interrumpa el suministro de crudo mientras crecen los rumores acerca de su participación en los ataques perpetrados por Hamás. Cabe destacar que este jueves Estados Unidos anunció sanciones contra dos entidades que transportaban petróleo ruso por encima del límite del precio permitido por la coalición internacional, que está promovida por los países del G7 y en la que también colaboran Australia y la Unión Europea.
En este contexto, la rentabilidad de la deuda da un respiro. El bono español a diez años cae ligeramente por encima del 3,8%, al igual que el 'bund' alemán (2,7%) y el papel americano se destensa hasta el 4,6%, ante el aumento de la demanda de estos activos, lo que provoca un aumento de su precio y, por consiguiente, hace caer los intereses. En este sentido, uno de los grandes perjudicados es el euro, que cae a 1,0505 dólares, frente a los 1,0553 dólares en las últimas horas de la negociación europea del mercado de divisas de la jornada anterior.
Esta situación desplaza a un segundo plano la publicación de las actas de la Reserva Federal, en las que se abría la puerta a un endurecimiento adicional de los tipos de interés, idea que ha cogido fuerza tras el dato de inflación de septiembre, que ha sido peor de lo esperado tras mantenerse en el 3,7%, el mismo dato que en agosto. De su lado, las actas del Banco Central Europeo (BCE) explican las razones de la división entre los miembros acerca de decretar una pausa por los síntomas de debilitamiento económico o, por el contrario, continuar con el endurecimiento monetario, como finalmente se hizo. Este viernes, la presidenta del organismo en Fráncfort ha abierto la puerta a otro incremento de la tasa de referencia del dinero "siempre que sea necesario".
El selectivo español se coloca en la parte media de la clasificación en el cómputo semanal. Los retrocesos vienen encabezados por París, que cede un 0,8% con la mirada puesta en el sector del lujo, Fráncfort se deja un 0,28%, mientras Milán sube un 1,5% en la semana y Londres un 1,4%. En el caso de España, el índice se ve penalizado por el golpe del 7,6% contabilizado por IAG, que se ve arrastrado por el golpe a las aerolíneas europeas, así como al sector turístico en su conjunto. Meliá sufre una caída del 3,7% y Amadeus recorta un 3,4%. Entre tanto, ArcelorMittal pierde algo menos de un 5%.
El Ibex también se ve perjudicado por el recorte de otros pesos pesados como Inditex (-3%) tras anunciar el cese temporal de los 84 establecimientos franquiciados en Israel, así como por Santander (-2,7%). Por el contrario, contrarrestan el freno Acciona Energía (+5,3%), Iberdrola (+4,1%), Repsol (+4%), que acelera al calor del rebote del crudo, así como Ferrovial (+3,8%).
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