BlackRock ve una contracción

El inmobiliario vuelve a recalentarse en EEUU con la recesión aún en el retrovisor

El repunte de la actividad de construcción por encima de las previsiones se une a la tensión del mercado laboral para seguir presionando la inflación y forzar a los bancos centrales a seguir subiendo los tipos de interés.

Miami, una de las capitales inmobiliarias de EEUU.
Miami, una de las capitales inmobiliarias de EEUU.
Europa Press

Dicen que el mercado inmobiliario puede funcionar como una especie de termómetro de la economía en general. Durante 2022 la compraventa de viviendas en Estados Unidos, así como la concesión de hipotecas, se ha movido en sentido completamente opuesto al de la subida de los tipos de interés. Es decir, el desplome de la actividad ha sido importante. Algo que algunos han querido analizar como el principal síntoma de que, tarde o temprano, llegará una recesión a EEUU.

Sin embargo, el último dato de construcción de nuevas viviendas parece plantear  dudas. En concreto, repuntó por sorpresa en el mes de mayo un 21,7% respecto a abril, ya que el escaso inventario en el mercado de viviendas existentes siguió impulsando el interés por las nuevas.

Tal y como se observa en los datos publicados el martes por la Oficina del Censo, la construcción de nuevas viviendas superó con creces las previsiones, que apuntaban a un descenso del 0,1%. Para ser más exactos, el número de unidades aumentó en mayo a una tasa anual desestacionalizada de 1,631 millones, por encima de las expectativas de 1,40 millones y de la estimación revisada de abril de 1,34 millones.

Así, los permisos de construcción, que reflejan el número de nuevas viviendas a las que se conceden permisos, también aumentaron en mayo, tras caer en marzo y abril: un 5,2%, frente a la tasa revisada de abril del -1,5%.

Una encuesta independiente realizada por la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas reveló que esa falta de stock, responde a estas cifras. No tanto a que al dinamismo se haya recuperado, ni mucho menos.

Siguen las subidas de tipos

La inflación rígida ha seguido obligando a los bancos centrales de los mercados desarrollados a subir los tipos de interés, y a mantener la política monetaria restrictiva durante más tiempo. La Reserva Federal hizo una pausa en la última reunión, pero apuntó a nuevas subidas. ¿Esto abre la puerta a que se desarrolle una recesión económica, a pesar de que aún el mercado laboral sigue aguantando y a los últimos datos inmobiliarios?

La escasez de mano de obra está impulsando el crecimiento salarial, manteniendo elevada la inflación subyacente. Esto ha llevado a la Fed a redoblar sus esfuerzos por combatir la inflación “cueste lo que cueste”. Esto sucede mientras los bancos centrales de Australia y Canadá reanudan las subidas tras intentos de pausa, y mientras el BCE vuelve a subirlos, al igual que el Banco de Inglaterra.

Con este contexto, BlackRock empieza a ver síntoma de enfriamiento económico, que se trasladará en la economía real. Nada que ver con el espejismo que se observa con los últimos datos de construcción de nuevas viviendas. Quizá el impacto ya haya llegado, aunque, como sucede con los tsunamis, la ola llegue mucho más tarde del momento del accidente.

“Creemos que la Fed y el BCE parecen estar infravalorando el daño existente por las subidas de tipos”, apunta. La Fed revisó al alza su previsión de crecimiento basándose en un desempleo históricamente bajo. En opinión de la mayor gestora de fondos del mundo, la institución monetaria puede estar confiando en una relación entre empleo y crecimiento que se ha roto.

“La escasez de mano de obra ha hecho que las empresas sean reacias a despedir trabajadores, incluso cuando la demanda se ralentiza y el crecimiento se estanca (…) Eso ha hecho que el crecimiento del empleo parezca resistente en los últimos meses, en comparación con los datos más débiles sobre el empleo en recesiones pasadas, incluso cuando algunos datos sugieren que la recesión puede haber llegado ya”, alertan estos expertos.

La media de la renta interior bruta y el PIB de Estados Unidos se ha contraído durante dos trimestres consecutivos. Desde BlackRock consideran que la mejora de las previsiones de crecimiento de la Reserva Federal ignora la fuerte disyuntiva a la que se enfrenta: aplastar el crecimiento o vivir con la inflación. 

“También creemos que pone de manifiesto una importante incoherencia: tipos aún más altos para combatir una inflación aún elevada, pero con unas perspectivas de crecimiento mejores de lo previsto”, dicen desde la gestora, sin encontrar mucho sentido a esos pronósticos.

Tanto es así, que no consideran que  Powell y el organismo que preside pueda esperar a reducir la inflación tan rápidamente y mantener una visión tan optimista del crecimiento. “Los datos del IPC últimos confirman que la inflación subyacente aún no se está enfriando lo suficiente como para que la inflación vuelva al 2%”, concluyen.

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