Tras revisar la previsión de 2023

Japón ultima un paquete de estímulos por 107.000 millones contra la inflación

El plan incluye reducciones en el impuesto sobre la renta y la vivienda de unos 40.000 yenes por persona (unos 250 euros), así como ayudas en metálico de 70.000 yenes (cerca de 438 euros) a los hogares con rentas bajas.

Primer ministro japonés, Fumio Kishida
Primer ministro japonés, Fumio Kishida
DPA vía Europa Press

El Gobierno japonés prepara un nuevo paquete de estímulos económicos valorado en unos 17.000 millones de yenes (107 millones de euros), que incluirá un recorte de impuestos sobre la renta, en sus intentos por paliar la persistente inflación. En la situación actual "es necesario apoyar los ingresos disponibles de la gente como medida temporal", dijo hoy el primer ministro nipón, Fumio Kishida, durante una reunión con miembros de su partido y sus socios de coalición, horas antes de la prevista aprobación del paquete de estímulos. En este contexto, el principal índice de la Bolsa de Tokio, el Nikkei, ha experimentado un repunte del 1,1% este jueves, animado también por la decisión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de mantener los tipos de interés inalterados.

El gobierno tiene previsto preparar un presupuesto suplementario de aproximadamente 13.100 millones de yenes (82 millones de euros) para financiar el nuevo plan. La coyuntura geopolítica actual ha sido el detonante para sacar a Japón del ciclo inflacionario en el que llevaba sumido décadas, lo que ha brindado al país "una oportunidad de pasar a una nueva etapa económica por primera vez en 30 años" que requiere reforzar las medidas económicas, señaló el jefe el Ejecutivo nipón en declaraciones recogidas por la cadena pública NHK.

Según detalles adelantados por la prensa local, las medidas incluirán un recorte temporal del impuesto a la renta fija y del impuesto de residencia por valor de unos 3.000 millones de yenes (19 millones de euros), que comenzará a aplicarse en junio de 2024. Se espera que la reducción del impuesto sobre la renta sea de 30.000 yenes (188 euros) por persona y la del de residencia, de 10.000 yenes (63 euros). Los hogares de bajos impuestos, que ya están exentos de dichos pagos, recibirán una ayuda de 70.000 yenes (440 euros). Como parque del paquete también está previsto que el Gobierno efectúe una extensión hasta abril de 2024 de los subsidios que está facilitando para aliviar el encarecimiento de la gasolina, la electricidad y el gas.

El índice de precios de consumo (IPC) de Japón se moderó un 2,8% interanual en septiembre, un recorte con respecto al 3,1%, pero el pecio de los alimentos han estado aumentado bruscamente, un 8,8% en el noveno mes de 2023 y por encima del 10 % en los precedentes, frente al lento crecimiento salarial en el archipiélago. Los nuevos estímulos llegan además en un momento en el que los índices de aprobación del Gabinete de Kishida están en mínimos desde que asumiera el cargo, en torno al 30 %, y algunos miembros de la oposición han tildado la medida de populista de cara a su reelección en las presidenciales internas de su partido de 2024. 

Esta misma semana, el Consejo de Política del Banco de Japón (BoJ) revisó al alza la inflación esperada para 2023 hasta el 2,8%, frente al 2,5% proyectado el pasado mes de julio. De cara al próximo año, la entidad espera que los precios suban un 2,8%, nueve décimas más de lo anticipado previamente, mientras que para 2025 ha elevado su pronóstico una décima, hasta el 1,7%. La institución ha asegurado que continuará con política monetaria de alivio cuantitativo y cualitativo (QQE) con control de curva de rendimiento con el objetivo de lograr su objetivo de inflación, fijado en el 2%.

En este contexto, el Banco de Japón decidió el pasado martes mantener su postura monetaria ultralaxa, con el tipo de interés de referencia en el -0,1%, aunque anunció un aumento de la flexibilidad en el control de la curva de rendimientos de los bonos. Con la decisión del martes, la institución liderada por Kazuo Ueda volvió a refrendar el mismo tipo de interés que lleva aplicando desde enero de 2016, cuando se adentró en terreno negativo por primera vez en su historia. 

El banco central nipón decidió además seguir comprando la cantidad que sea necesaria de bonos del Gobierno japonés (JGB) sin establecer un límite superior para que los rendimientos de la deuda pública nipona a 10 años se mantengan en torno al cero por ciento. Sin embargo, anunció que aumentará la flexibilidad de su política de control de la curva de rendimientos de la deuda pública, fijando el límite superior del 1% para la rentabilidad del bono de Japón a 10 años como "referencia en sus operaciones de mercado". De este modo, la institución seguirá comprando bonos soberanos de Japón con vencimiento a 10 años a "gran escala" y operaciones de mercado "ágiles" para continuar "pacientemente" con la relajación monetaria.

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