La subida de tipos de Powell desilusiona a Wall Street que registra mínimos del año

  • El Dow Jones cayó un 1,48%, más de 350 puntos, en un final de sesión en rojo como reacción de los inversores a la nueva subida de tipos de interés.
El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell.
El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell.
FED - Archivo

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, cumplió con el guión previsto, pero difícil. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del banco central decidió subir los tipos de interés en la primera economía del mundo por cuarta vez en lo que va de año en un cuartillo de punto hasta un rango del 2,25-2,50%. La decisión de la Fed no gustó a Wall Street, que cerró con pérdidas. Así, el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendió un 1,48%, más de 350 puntos, en un final de sesión en rojo como reacción de los inversores a la nueva subida de los tipos.

Según datos provisionales al término de la sesión, el Dow Jones retrocedió exactamente 351,54 puntos, hasta los 23.324,10, mientras que el selectivo S&P 500 bajo un 1,54 % y el Nasdaq un 2,17 %

Esta última reunión de 2019 ha servido para que el precio del dinero aumente además por novena vez desde que la Fed empezó a endurecer su política monetaria. El año que viene, eso sí, el organismo levantará el pie del acelerador y solo aplicará dos subidas más, frente a las tres previstas inicialmente.

No era una decisión fácil y con ella la Fed reivindica su independencia tan maltrecha en los últimos días por las críticas del presidente norteamericano, Donald Trump, y por las voces que clamaban desde Wall Street para que la subida no se produjera finalmente. "Nada nos impedirá hacer lo que creemos que es lo correcto", ha señalado Powell a preguntas de los medios sobre esas injerencias políticas del líder estadounidense.

También ha dejado claro que, en su opinión, la política monetaria de EEUU no es "restrictiva" actualmente. Con todo, el mensaje lanzado por el banco central estadounidense ha sido menos blando de lo que preveía el mercado, que ha llegado a especular con una única subida de tipos el año que viene.

Su política será menos agresiva y esto lleva al banco central a anticipar que el escenario central de tipos estará en 2019 en una horquilla entre el 2,5 y el 3%. En su rueda de prensa Powell ha asegurado que el emisor no se ha planteado aplicar una pausa en el ritmo de reducción del balance, que actualmente se sitúa en 600.000 millones de dólares.

Tanto para éste como para el próximo ejercicio, el organismo que preside Jerome Powell reduce sus estimaciones de crecimiento. Prevé que el PIB estadounidense crezca al 3% este año, frente al 3,1% estimado. De cara al próximo ejercicio anticipa un avance del 2,3%, dos décimas inferior a lo calculado inicialmente. Para el 2020 y el 2021 las mantiene en el 2 y en el 1,8%, respectivamente.

Al mismo tiempo, reduce también ligeramente sus previsiones de inflación, que terminará este año en el 1,9% (frente al 2,1% estimado) y el año próximo también en el 1,9%, cuando previamente había calculado un 2%.

Los miedos a nivel global

La fortaleza del dólar, el temor a un frenazo mayor de la economía -con China mostrando síntomas de enfriamiento- y el hecho de que la inflación permanezca moderada en EEUU han dado munición a los críticos con las decisiones del emisor.

Si a lo anterior sumamos las advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la ralentización en el crecimiento mundial, el reciente anuncio de fin de los estímulos en la zona euro por parte del presidente del BCE, Mario Draghi, y el pinchazo del petróleo (cae un 30% en menos de dos meses) se entiende porqué la Fed pliega velas de cara a 2019 respecto al ritmo de subida de tipos proyectada hace solo unos meses.

Las fuentes del mercado consultadas inciden en que unos tipos altos dan a la Reserva Federal un mayor margen de maniobra ante crisis futuras, en las que podría actuar bajando el precio del dinero para abaratar la financiación y estimular el consumo. Al mismo tiempo, un nuevo contexto de política monetaria menos agresiva de cara al año próximo daría estabilidad al cambio euro-dólar y posibilitaría una recuperación de las monedas de los mercados emergentes frente al dólar en 2019.

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