Perspectivas de renta fija

La inflación no termina de ceder y la renta fija puede volver a sufrir más en 2024

Después de un 2022 nefasto para los bonos y un 2023 que extendió las pérdidas en las carteras de largo plazo, el fallo en las previsiones de rebajas de tipos vuelven a erosionar los precios de la renta fija.  

Dinero
Un fajo de billetes de 50 euros.
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La inflación lleva casi tres años golpeando los bolsillos de los hogares, elevando el precio de muchos bienes y servicios en más de un 20% de forma acumulativa. La mayoría de las economías han conseguido esquivar la recesión, pero las familias y los consumidores no se sienten tan optimistas. 

María Jesús Fernández, economista de Funcas, señala que los países desarrollados, incluida España, experimentan una fuerte demanda mundial y políticas fiscales que mantienen la inflación, parte de la cual es importada de otros países. Esto, junto con aumentos salariales y esfuerzos por mantener márgenes de beneficio, ralentizará la reducción de la inflación que se normalizará dentro de un año.

Desde el punto de vista financiero, los planes tampoco están saliendo según lo previsto. En principio, la bolsa tendría que tomarse un descanso este año y la renta fija subir como la espuma. Lo contrario de lo que está sucediendo. El retraso en las esperadas rebajas de tipos de interés e, incluso, el riesgo de que se produzcan nuevos aumentos de tasas vuelve a presionar la cotización de los precios de los bonos, que se mueve de forma inversa a la rentabilidad.

Las bolsas van como motos por el combustible de las tecnologías emergentes, mientras que, en el mercado de bonos, la subida de las rentabilidades por una inflación que costará controlar, está abriendo unas cuantas grietas en determinados fondos de renta fija después de un prometedor cierre en 2023. Por todo ello y pese al optimismo generalizado de las grandes firmas de inversión con los fondos de renta fija por la normalización de los tipos, hay cierta desconfianza.

¿Y si 2024 no es el año de la renta fija?

"Pensamos que hay que tener cuidado con la renta fija este año", advierten desde Dunas Capital. El que compró un bono alemán a cinco años el 1 de enero, lleva perdido más de un 2%. “Mal comienzo”, presagian. Los bonos soberanos están cotizando a poco más del 2% en Europa y la inflación todavía está lejos de estabilizarse a esos niveles. O lo que es lo mismo, los tipos reales son prácticamente cero. 

El panorama, además ha cambiado. Ya no es como antes, cuando el BCE compraba hasta el 40% de los bonos. Los precios subieron, pero eso podría terminar pronto. El BCE se retira del mercado y otros factores presionan las rentabilidades: la población envejece, el gasto en defensa aumenta y el comercio internacional se complica. Esto significa, según Dunas, que el dinero prestado a medio y largo plazo será más caro en el futuro.

¿Qué necesita el crédito para tener un buen año? Bajadas de tipos, corrección fiscal y control de la inflación. La realidad es que el panorama actual no es tan favorable para el crédito. La subida de tipos, la incertidumbre geopolítica y la persistencia de la inflación son factores que pesan sobre el mercado. Sin embargo, Sin embargo, si se dan las condiciones mencionadas anteriormente, es posible que el crédito pueda tener un buen año.

La otra buena noticia es que con los tipos de interés en Europa al 4,5% y en Estados Unidos entre el 5% y el 5,25%, los bonos a corto plazo se convierten en una atractiva opción para los inversores que buscan seguridad y rentabilidad. Estos bonos, con plazos de entre seis meses y dos años, ofrecen una rentabilidad anual de entre el 4% y el 4,5%. Por ejemplo, un bono a corto plazo con una rentabilidad del 4,5% y una inversión de 10.000 euros generaría un beneficio anual de 450 euros.

Los salarios y las ayudas fiscales complican los planes del BCE

A pesar de la fuerte caída del precio de la energía, los gobiernos europeos tratan de aliviar la carga económica de sus ciudadanos. Para ello, han implementado diversos tipos de ayudas fiscales que van desde las bonificaciones para la compra de vehículos eléctricos, hasta subvenciones para la mejora de la eficiencia energética en el hogar e incluso reducciones del IVA en el sector energético. Medidas que son inflacionistas, puesto que mantienen elevada la demanda.

Junto con las ayudas fiscales, algunos expertos sitúan la subida de los salarios en el primer lugar de la lista de factores que complican los planes del BCE, ya que aunque las ventas y el empleo dan signos de enfriamiento, los salarios siguen al alza. Según el barómetro salarial elaborado por el BCE, se espera que este año se incrementen entre un 4% en países como España al 8% en Alemania, que está en recesión técnica.

La gran duda en estos momentos es cuándo y cuánto bajarán los tipos de interés los bancos centrales. Frente al consenso del mercado que recoge Bloomberg de una bajada de 100 puntos básicos en Europa hasta finales de diciembre, cada vez más analistas creen que el recorte no será tan agresivo y que será como máximo de 75 puntos desde el 4,5% al 3,75%, e incluso inferior. El BCE se encuentra en una situación difícil: si sube los tipos de interés para controlar la inflación, podría frenar el crecimiento económico. Pero si no lo hace, la inflación podría seguir aumentando y erosionar el poder adquisitivo de los ciudadanos.

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