Mayor fabricante de chips europeo

La mayor OPV del año seduce a inversores VIP en el regreso a bolsa de los chips Arm

El gigante británico de diseño de microprocesadores volverá a cotizar en los mercados en menos de un mes pero lo hará en Nueva York en lugar de en Londres tras la decisión de Softbank de hacer caja con sus acciones.

Rene Haas, consejero delegado de Arm.
Rene Haas, consejero delegado de Arm.
Arm vía L .I.

Softbank sigue rotando su cartera de activos a gran velocidad para enjugar las pérdidas de algunas inversiones con las ganancias esperadas en algunas de sus empresas más relevantes. Una de ellas es Arm, la compañía británica de diseño de microprocesadores, que está ultimando los detalles de su valoración previa a la salida a bolsa con la incorporación de algunos inversores de gran tamaño. Se estima que su salida a bolsa tasará la empresa entre 60.000 y 70.000 millones de dólares.

Después del intento fallido de Nvidia para comprar Arm por 40.000 millones de dólares a principios de 2022 -operación bloqueada por la FTC por problemas de competencia en EEUU-, Softbank activó el plan B de la salida a bolsa para hacer caja y desinvertir en la tecnológica británica que compró en 2016. De este modo, Arm volverá a cotizar en los mercados a partir de septiembre en Wall Street. 

La decisión de dejar a un lado la Bolsa de Londres o cualquier otra alternativa europea como Ámsterdam o Fráncfort pone en evidencia la diferencia de valoración y capacidad inversora de las bolsas estadounidenses frente a las europeas. En las últimas semanas, Softbank ha mantenido conversaciones con empresas de primera línea del mundo tecnológico como Amazon, Alphabet, Samsung o Apple para que entren en la operación y actúen de inversores ancla ante la colocación en bolsa.

También potenciales rivales como Intel o Nvidia han participado en el proceso que podría reforzar aún más la posición de Arm en el mercado de diseño de chips, donde compite con la neerlandesa ASML y empresas chinas. Amazon.com, que usa la arquitectura de Arm para fabricar su propio chip de procesamiento conocido como Graviton de negocio de nube Amazon Web Services, o Apple, que también contrata la licencia de la tecnología de Arm para diseñar los chips utilizados en sus dispositivos, ponen de manifiesto la importancia de una empresa casi des.

Convertir a los clientes en inversores no es una idea nueva en el negocio de los chips. Según informa Reuters, en 2012, TSMC de Taiwán adquirió una participación del 5% en ASML como parte de un paquete para financiar la investigación del fabricante holandés de máquinas de semiconductores. También es común atraer a grandes accionistas antes de una cotización pública. Estos inversores ancla ayudan a respaldar una valoración y respaldan los precios absorbiendo acciones.  Mobileye, la filial de Intel, incorporó a la firma de capital privado General Atlantic como patrocinador antes de su salida a bolsa el año pasado.

El talón de Aquiles del OPV: Vision Fund

Arm ha pasado a ser la segunda mayor posición en cartera de Softbank solo superada por su participación en Vision Fund (VF) y los fondos latinoamericanos de capital riesgo después de las sucesivas desinversiones en el gigante del comercio electrónico Alibaba con la que la firma japonesa de la familia Son construyó su gran imperio global. Precisamente, el fondo VF es copropiedad con estados de Oriente Medio y ahora está negociando la recompra de su participación en Arm este fondo.

Según informa Reuters, si las negociaciones desembocan en un acuerdo, el inversor tecnológico japonés ofrecería una importante ganancia inmediata a los inversores de VF1, incluidos el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita y Mubadala de Abu Dabi. Estos inversores sufrieron pérdidas después de que muchas de las apuestas de Softbank en startups como el proveedor de espacios de trabajo WeWork Inc y la empresa de transporte compartido Didi Global se deterioraran.

La alternativa -dejar que VF1 venda sus acciones de Arm en el mercado de valores con el tiempo tras la salida a bolsa- normalmente llevaría al menos uno o dos años, dado el tamaño de la participación. También sería más arriesgado para los inversores del fondo, ya que es posible que las acciones de Arm cayeran tras la OPV.

VF1 volvió a ser rentable en el último trimestre gracias al entusiasmo de los inversores en torno a la inteligencia artificial, que impulsó el valor de algunas de las startups en las que invirtió. Sin embargo, sus pérdidas anteriores impidieron a SoftBank conseguir inversores externos para Vision Fund 2 (VF2), cuyo capital de 56.000 millones de dólares procedía de la empresa japonesa y sus directivos, incluido el presidente ejecutivo Masayoshi Son.

Una gran ganancia inesperada para los inversores del VF1 podría aumentar las posibilidades de SoftBank de volver a recurrir a ellos en busca de capital en el futuro. La empresa ha estado considerando la posibilidad de recaudar un tercer Vision Fund. Son, que contrató al banco de inversión Raine Group para asesorar a SoftBank en las negociaciones, se ha recusado de las deliberaciones de VF1 sobre el asunto para que el fondo tome una decisión independiente.

No se pudo conocer la valoración exacta de Arm que ambas partes están discutiendo para su transacción, y las fuentes advirtieron de que es posible que no se llegue a ningún acuerdo. Si se llega a un acuerdo, SoftBank vendería menos acciones de Arm en la OPI y probablemente conservaría una participación de entre el 85% y el 90%, según las fuentes, que solicitaron el anonimato porque las negociaciones son confidenciales. SoftBank, VF1 y Arm declinaron hacer comentarios. Raine no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

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