Grifols pasa el filtro del mercado. Los resultados trimestrales presentados este martes han gustado a los inversores, respaldando a la compañía con un 'acelerón' inédito en bolsa desde principios de febrero tras subir un 9,3% al cierre de este martes. Esto le ha permitido rebasar holgadamente el nivel de los 10 euros en bolsa, una cota que no superaba desde mediados de marzo, en plena sacudida de los mercados financieros por SVB Financial. Un 'rally' que supone todo un apoyo a la compañía de hemoderivados y a Thomas Glanzmann, que se hace con las riendas del grupo después de que la familia fundadora se haya echado a un lado en la gestión, depositando en este sueco con amplía experiencia en el sector del plasma las responsabilidades de la presidencia ejecutiva y las de consejero delegado.
Los analistas consultados por este medio coinciden en que se trata de unas cuentas "positivas", mejores de lo esperadas por el consenso y que arrojan luz sobre la trayectoria de la firma catalana a corto plazo, que viene de un periodo lleno de tira y afloja. Con el horizonte algo más despejado, Grifols está inmersa en un proceso de reestructuración que le han llevado a cerrar con unas pérdidas de 108 millones, algo a lo que restan importancia y se centran en el aumento de los márgenes, así como en la guía de previsiones, que ha mejorado para este ejercicio y prevén cerrar con un ebitda superior a los 1.700 millones.
Ante estas perspectivas, la banca de inversión se ha lanzado en masa a revisar este valor, que se ha llenado de recomendaciones de compra. Si el lunes el porcentaje de analistas que apostaba por incluirlo en cartera era del 64%, en un sólo día éste se ha elevado en cuatro puntos porcentuales. Morgan Stanley, Jefferies, CaixaBank BPI o Grupo Santander son algunas de las casas de análisis que han puesto a examen a Grifols. Algo más críticos se han mostrado desde Bestinver, que ha optado por el 'mantener'. En un informe publicado la semana pasada, la filial de Acciona advertía de que la integración de Biotest, que tuvo lugar a partir de mayo de 2022, podría "distorsionar" la comparativa anual.
De hecho, esta casa de análisis es junto a Barclays una de las más escépticas, aunque ha mantenido los precios objetivos, que el consenso de 'Bloomberg' lo fija en 16,9 euros, ligeramente inferior a los 17,3 euros que registraba hace un mes, con un potencial del 60%. Con todo ello, continua liderando el podio como el miembro del Ibex 35 que mayor recorrido presenta a doce meses después de las correcciones vividas en los últimos dos meses. Grifols pasó en cuestión de días de colocarse entre las empresas que más subían del selectivo en el cómputo anual a ser el 'farolillo rojo'. Sin embargo, el 'rally' experimentado le ha ayudado a reducir las pérdidas al 3,2%.
Desde el batacazo derivado de la pandemia, cuando se vio obligada a cerrar los centros de transfusión de sangre, los títulos de la firma catalana han sufriendo altibajos, llegando a marcar mínimos de más de cinco años tras instalarse en el nivel de los ocho euros en las últimas semanas. El rebote de este martes ha contribuido a abandonar este soporte. La clave radica ahora en si será capaz de mantenerse por encima de la franja de los diez euros y por cuánto tiempo.
"Lo importante cómo cierre el año", apunta el analista de Renta 4, Álvaro Arístegui. Grifols ahora debe demostrar su capacidad para llevar a cabo la hoja de ruta prevista y si se acercará al objetivo apalancamiento fijado, para el que contemplan una reducción hasta 4 veces el ebitda desde las 7 veces a cierre de marzo, que se traducen en 9.350 millones en el momento actual. A su favor cuentan con la reducción del precio del litro de sangre, la mayor obtención de plasma, que se ha elevado en un 11%, así como la menor compensación a los donantes. Otro viento de cola es su apuesta por Estados Unidos, donde esperan seguir creciendo en productos, así como por otros mercados considerados estratégicos. "Grifols comienza a recoger los frutos de su plan de ahorro de costes", señala Ignacio Cantos, de ATL Capital.
Desde Grifols, Glanzmann ha apostado por centrar su discurso con los analistas en torno a la palabra 'Rebound', que en castellano pueden traducirse como reactivación o recuperación, en un esfuerzo por trasladar al mercado un mensaje de que están encarrilando la situación. Sobre la mesa queda pendiente la esperada operación corporativa de desapalancamiento, es decir, la venta de algún activo para una compañía que durante años ha crecido a base de adquisiciones vía deuda y ahora el aumento de los tipos de interés le ha puesto en una encrucijada financiera.
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