Las tasas de obesidad se han más que duplicado desde 1990 y aumentan casi el doble entre los niños. Esto algo bastante triste, pero una realidad. A medida que aumenta la esperanza de vida, los adultos mayores de 50 años trabajan y viven más tiempo que antes. En conjunto, la longevidad y el peso excesivo podrían suponer una enorme carga financiera para los sistemas sanitarios y obligar a un cambio urgente en la forma en que se asignan los presupuestos sanitarios, pasando a un "modelo de detección precoz y prevención".
Y esto generaría oportunidades de inversión para aquellas empresas mejor posicionadas. La Organización Mundial de la Salud, como contexto, calcula que la obesidad afecta al PIB mundial en un 2,4%. Se prevé que esta cifra aumente hasta el 2,9% en 2035 (cerca del 4% en Estados Unidos), ya que la proporción de adultos con sobrepeso u obesidad pasaría del 42% al 54%. Un verdadero problema.
Además, esta patología está asociada a más de 200 complicaciones de la salud, contribuye a más de la mitad de la prevalencia de diabetes, y a una cuarta parte de la aparición de cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares. Dicho de otro modo, la obesidad es un marcador sustitutivo reconocible de enfermedad crónica, y la concienciación y la educación social animarán a los pacientes a buscar ayuda.
La narrativa en torno este tema ha cambiado claramente. Cada vez existe una mayor concienciación y muchas compañías se han posicionado bastante bien en aras de combatir las enfermedades asociadas. Es por ello por lo que, con esta problemática, Morgan Stanley ha elaborado un informe en el que resalta las compañías que, atacando estas complicaciones, podrían tener potencial de crecimiento durante los próximos años.
“Nuestra hipótesis de base es que el mercado mundial de la obesidad abarcará 105.000 millones de dólares en 2030”, asegura la entidad bancaria norteamericana. “Extrapolando la fuerte dinámica inicial en Estados Unidos y la demanda en Europa, ahora prevemos que el mercado mundial de la obesidad sea 28.000 millones de dólares más grande que lo que estimábamos años atrás”, alerta no sin antes recalcar que 20 millones de pacientes estadounidenses recibirán medicamentos antiobesidad de alta eficacia en 2030.
"Teniendo en cuenta que suponemos que los pacientes sigan el tratamiento durante una media de 8 meses, esto supone un total acumulado de 33 millones de pacientes estadounidenses tratados entre 2021 y 2030, por lo que prevemos un reparto de las ventas en 2030 de 78.000 millones de dólares en Estados Unidos y 27.000 millones fuera de ese país", vaticina.
Los grandes destacados
La adopción de medicamentos contra la obesidad en el país norteamericano en los últimos 12 meses se ha visto obstaculizada por la escasez en la cadena de suministro, con poco más de 600.000 pacientes que recibieron medicamentos de alta eficacia como Wegovy y Zepbound en 2023.
La rápida expansión de los reembolsos para cubrir a 50 millones de estadounidenses (de una prevalencia de obesidad adulta de unos 110 millones) habría apoyado una fuerte demanda de los pacientes, que ha seguido superando la oferta de medicamentos impulsada por la actividad de las redes sociales.
Fuera de Estados Unidos, NovoNordisk ha introducido Wegovy en ocho mercados en régimen de pago directo, con lanzamientos de volumen limitado en las regiones de mayor población y sin limitaciones de suministro en Dinamarca, Noruega e Islandia, donde la aceptación inicial ha sido muy fuerte.
La demanda subyacente sin precedentes de medicamentos para la obesidad ha impulsado una enorme inversión en la cadena de suministro. De ahí, a su apuesta por dos grandes compañías para capitalizar esta tendencia creciente de la obesidad a nivel planetario: “Prevemos que NovoNordisk y Eli Lilly juntas gastarán más de 50.000 millones de dólares en CAPEX entre 2022 y 2028 para apoyar la cadena de suministro detrás de sus franquicias de obesidad basadas en GLP-1”.
Catalent, que presta a Novo Nordisk servicios de llenado y acabado de inyectores automáticos de GLP-1, ha previsto que los ingresos por este producto se sextupliquen entre 2023 y 2026, y que vuelvan a duplicarse entre 2026 y 2030. Mientras, Morgan Stanley estima que Eli Lilly multiplicará por más de cuatro su capacidad mundial de autoinyectores de GLP-1 en 2022-27, al tiempo que reutilizará su capacidad de plumas de insulina y añadirá fuentes alternativas de capacidad de llenado y acabado.
“Esperamos que las enormes inversiones en la cadena de suministro de Novo y Lilly creen barreras de entrada, estableciendo fosos económicos que protejan las franquicias dedicadas a la obesidad cada vez más amplias de ambas empresas frente a nuevos competidores”, describe.
La entidad bancaria norteamericana espera que Novo Nordisk y Eli Lilly mantengan una cuota de mercado conjunta del 84% en el negocio relacionado con la obesidad en 2035. “Esto refleja la solidez y profundidad de sus líneas de producción, así como los fosos económicos que están creando en términos de ingredientes farmacéuticos activos (API), llenado-acabado, desarrollo clínico y reembolso”, destaca. “Obviamente, esto será ampliamente favorable a su cotización en los mercados”, agrega.
Sus previsiones actualizadas sugieren un aumento de cerca del 6% de ingresos de Novo para 2030, mientras que en el caso de Eli Lilly y serían de alrededor del 22%. La mayor subida para la firma danesa reflejaría el enfoque de Morgan Stanley de que la empresa estaría haciendo esfuerzos por mejorar su división. No obstante, finaliza diciendo que ambos negocios tienen la capacidad de seguir generando retornos que favorezcan ampliamente a los inversores.
