Más allá de las vacunas

El sector sanitario busca su resurgir entre los inversores tras el pinchazo posCovid

El boom alrededor de las vacunas dejó paso a un alejamiento del inversor de un sector que tiene sus propias fortalezas de largo plazo con los dispositivos electrónicos, fármacos, diagnóstico y asistencia sanitaria.

Impresión de cadera en 3D en un quirófano.
Impresión de cadera en 3D en un quirófano.
JUNTA DE ANDALUCÍA

El sector de la salud fue la gran estrella en la era de la pandemia. Sin embargo, como todas las grandes tendencias, tras el auge llegó la gran caída. ¿Sugiere eso que ya no deberá haber oportunidades en dicho ámbito? Más bien parece que los cimientos del futuro parecen intactos, acorde con los datos y las opiniones de algunos expertos.

Mientras que el índice MSCI World cayó un 18,1% en 2022, los valores del sector sanitario sólo retrocedieron un 5,4%. Pero la reputación de la sanidad como refugio defensivo subestima los atractivos de un sector que tiene otros grandes atractivos.

Los grupos farmacéuticos, los fabricantes de dispositivos médicos y los proveedores de asistencia sanitaria se están beneficiando de grandes tendencias que pueden ayudar a impulsar los rendimientos a largo plazo para los inversores que sepan descifrar las complejas fuerzas que dan forma al sector.

La realidad actual es que tres fuerzas están estimulando el cambio en la sanidad actual: la innovación, las estructuras de precios y la política. Sin embargo, estas dinámicas chocan a menudo y complican las perspectivas de inversión en un producto o una empresa. 

¿Pagará más la gente por un tratamiento revolucionario si no está cubierto por un sistema sanitario? ¿Es probable que un gobierno conceda subvenciones significativas para una nueva tecnología de diagnóstico? Cuestiones como éstas varían de un país a otro, en función de las políticas gubernamentales, la economía nacional y las preferencias culturales o de gasto.

“A pesar de estos retos, creemos que hay formas de hacer juicios informados en toda la industria que pueden conducir a los inversores a fuentes sólidas de rentabilidad y rendimiento de la inversión”, asegura Vinay Thapar, analista de la gestora de activos AllianceBernstein. El primer paso parece ser evitar la falacia común de que los ensayos de medicamentos pueden predecirse.

Durante la pandemia, muchas empresas intentaron desarrollar vacunas contra el COVID-19, pero sólo unas pocas lo consiguieron. Ni siquiera los mejores científicos del mundo pueden predecir con fiabilidad los resultados de los ensayos farmacológicos, de modo que la cuestión es por qué deberían apostar los inversores. “En su lugar, hay que hacerse una idea clara de cómo la innovación, la fijación de precios y la dinámica política podrían afectar a la rentabilidad y la tasa de crecimiento de una empresa”, añade Thapar.

La innovación y la alteración de precios

La innovación científica ha sustentado los avances sanitarios durante décadas. Sin embargo, en muchos aspectos, la revolución tecnológica en la sanidad está aún en pañales. Los inversores deben mirar más allá de los equipos de vanguardia o la investigación biotecnológica para comprender cómo la innovación remodelará el sector.

Por ejemplo, aunque el uso de macrodatos e inteligencia artificial es aun relativamente limitado en el desarrollo farmacéutico, con el tiempo se convertirán probablemente en herramientas integrales para mejorar la eficacia de los ensayos de medicamentos.

Los nuevos avances repercutirán en muchos ámbitos. La robótica ya está cambiando los procedimientos quirúrgicos. Los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer y los trastornos cardiovasculares ayudarán a combatir los costes físicos y económicos del cambio demográfico. El desarrollo de soluciones a problemas ancestrales, desde el resfriado común al cáncer, es sólo cuestión de tiempo. Con todo, las innovaciones potentes no siempre tienen sentido desde el punto de vista económico. Entender cómo se determinan los precios de un nuevo producto o servicio es esencial para calibrar el potencial de beneficios de una empresa.

En muchos casos, los inversores deben preguntarse si los precios son realistas. Por ejemplo, el EpiPen de Mylan es un popular producto que puede evitar la muerte en casos de reacciones alérgicas extremas. Su precio se ha multiplicado por más de seis desde mayo de 2007, cuando Mylan compró la unidad de medicamentos genéricos de Merck, que incluía el EpiPen.

¿Es esto sostenible? Para Thapar, aunque los productos de alto precio pueden favorecer los beneficios y márgenes de una empresa, podrían resultar un punto débil si la dinámica del mercado o las decisiones políticas obligan a bajar el precio.

“Se debe desconfiar de las empresas que persiguen el crecimiento de los beneficios a expensas de la rentabilidad… También hay que examinar con lupa las empresas que realizan grandes adquisiciones, sobre todo si están muy endeudadas o concentran sus ventas en un pequeño grupo de productos. En nuestra opinión, las empresas que confían en el éxito de una única prueba farmacológica para impulsar su crecimiento futuro deben tratarse con sumo cuidado”, comenta el experto.

Intuitive Surgical es un ejemplo de empresa que cumple los criterios de inversión para la firma estadounidense. La empresa es líder en robótica médica, con tecnología probada en un sector que tiene grandes barreras de entrada para los competidores.

La adopción mundial de la cirugía robótica está aumentando, con más de 1,5 millones de procedimientos realizados en 2021, un aumento del 50% desde 2018. Y el ROIC de Intuitive Surgical le proporciona los medios financieros para autofinanciar su expansión, así como nuevas oportunidades en áreas como la cirugía de orificio natural, que reduce el riesgo de los procedimientos y no crea cicatrices.

“En cambio, creemos que las empresas farmacéuticas especializadas y los hospitales suelen ser inversiones problemáticas. Para muchas empresas farmacéuticas especializadas, los modelos de precios son insostenibles, ya que las empresas aplican subidas de precios agresivas mientras que se gasta poco en I+D”, analiza Thapar.

En cambio, el capital se destina a adquisiciones, que suelen impulsar el crecimiento de los beneficios ajustados a expensas del ROIC (retorno de capital). Los hospitales también se enfrentan a presiones sobre la rentabilidad, ya que las aseguradoras se centran en crear ecosistemas sanitarios de bajo coste y alta calidad, en parte con la ayuda de los nuevos avances tecnológicos que alejan a los pacientes de los hospitales para muchos tipos de tratamientos.

Invertir eficazmente en valores del sector sanitario requiere una serie de habilidades únicas. No se trata de perspicacia científica. “Aplicando un proceso de inversión disciplinado que integre los diversos factores que afectan a las empresas sanitarias, los inversores pueden acceder a fuentes de fuerte potencial de rentabilidad que pueden vigorizar una cartera de renta variable a largo plazo”, concluye el experto.

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