En EEUU y Suiza

SVB, CS, First... La factura de los nuevos rescates a la banca llega a 50.000 millones

La sucesión de intervenciones entre los bancos estadounidenses y suizos desde mediados de marzo se ha articulado en su mayor parte de forma privada pero su coste tendrá efectos secundarios.

Cola de clientes ante el Silicon Valley Bank (SVB) el pasado marzo.
Cola de clientes ante el Silicon Valley Bank (SVB) el pasado marzo.
XINHUA vía Europa Press

El rescate bancario a España en 2012 resuena en la memoria colectiva como una crisis que requirió una movilización de fondos públicos desde Europa con un alto coste (64.000 millones de euros) para salvar a depositantes y ahorradores de las antiguas cajas de ahorro. Once años después, las intervenciones bancarias acontecidas en las últimas seis semanas en EEUU y Suiza se acercan ya a esa cantidad tras superar los 50.000 millones de euros en solo seis semanas. 

Es el dinero que se ha empleado en salvar más de medio billón de euros de dinero en cuenta y depósitos de millones de clientes del Silicon Valley Bank, Signature Bank, Credit Suisse y First Republic Bank. En su mayoría se ha resuelto con fondos privados aunque con el apoyo público de los supervisores, bancos centrales y los Gobiernos de EEUU y Suiza que han puesto todas las facilidades para evitar que la crisis bancaria en sus respectivos sistemas financieros vaya a más.

La resolución y venta 'in extremis' de First Republic Bank (FRB) a JPMorgan entre el domingo 30 de abril y lunes 1 de mayo tendrá un coste estimado inicialmente en 13.000 millones de dólares para el Fondo de Seguro de Depósitos, según la FDIC, la agencia independiente creada por el Congreso de EEUU, que opera bajo su órbita de actuación pero que se financia al 100% con las aportaciones privadas de los bancos y entidades de ahorro adscritas a su autoridad. Ahora bien, un rescate no sale gratis pero, ¿de dónde sale esa estimación de la factura a pagar por la FDIC? 

JPMorgan (JPM) ganó la subasta orquestada por la FDIC y el Tesoro entre varias entidades con información de primera mano de la entidad, ya que desde mediados de marzo gestionaba la línea de asistencia financiera de 70.000 millones de dólares que le había extendido la Fed para estabilizar a la entidad tras las quiebras de Silicon Valley y Signature Bank. El mayor banco de EEUU se quedará de esta manera con 92.000 millones de dólares en depósitos, aunque tendrá que reembolsar 30.000 millones al grupo de bancos que inyectó esa cantidad en depósitos en una operación para reforzar la confianza en la entidad que no surtió efecto. 

JPM se quedará con 173.000 millones en préstamos del FRB y una cartera de activos financieros valorada en unos 30.000 millones. A cambio de todo ese negocio, el nuevo dueño dispondrá de acuerdos de protección de pérdidas que cubran los préstamos hipotecarios residenciales adquiridos y los préstamos minoristas. Para engrasar la operación, la FDIC financiará a JPMorgan con un préstamo de 50.000 millones a 5 años a interés fijo en condiciones ventajosas.

Los 13.000 millones de dólares que costará el First Republic Bank (FRB) se une a los más de 20.000 millones que tendrá el Silicon Valley Bank (SVB) y los 2.500 millones del Signature Bank (SB), siempre según los números estimados por la FDIC. En total, el fondo de garantía de depósitos de EEUU tendrá que hacer frente a 35.000 millones de dólares con las tres operaciones para sufragar las pérdidas que ha provocado las quiebras, subastas y garantías extendidas a los nuevos propietarios, en este orden, JPM (FRB), First Citizens (SVB) y Flagstar Bank (SB).

En las sucesivas notas de resolución, la FDIC ha querido dejar claro que no se han usado fondos públicos del contribuyente para estas operaciones y destaca que es la mejor manera y más barata de afrontar la caída de estos bancos. "A pesar de estos costos considerables, es importante destacar que se permitió que estas dos instituciones quebraran. Los accionistas han perdido su inversión y los acreedores no garantizados han sufrido pérdidas. Además, los consejos y ejecutivos más importantes han sido despedidos. Este enfoque pone la responsabilidad financiera en los propietarios y gestores en lugar de cargarla en los contribuyentes. Aunque es una situación difícil para los depositantes afectados, es un recordatorio de que la inversión y el riesgo van de la mano", explicó en uno de sus informes.

Donde sí se usarán fondos públicos será en el rescate de Credit Suisse. En una compleja operación dirigida por el Gobierno suizo, su banco central SNB y el supervisor bancario Finma, las partes ofrecieron a UBS que se quedase con su rival a cambio de 25.000 millones de francos suizos para sanear la entidad. De ellos, alrededor de 15.000 millones se corresponden con la activación de los bonos contingentes convertibles (CoCos o bonos AT1) que han disparado el capital y la solvencia de Credit Suisse ante la fusión. En segundo lugar, las autoridades suizas se comprometieron a garantizar con aval público hasta 9.000 millones de francos ante potenciales pérdidas que se produzcan en la entidad recién adquirida.

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