En la recta final del año

El tirón de las Letras y los fondos objetivo dan la puntilla al liderazgo de los mixtos

La cuota de los fondos de deuda supera a los que unifican bolsa y bonos por dos puntos porcentuales, algo inédito desde marzo de 2015 cuando los inversores buscaban alternativas ante el entorno de tipos cercanos a cero. 

Montaje team fondos mixtos
El tirón de las Letras y los fondos objetivo dan la puntilla al liderazgo de los mixtos. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

A falta de dos meses para terminar el ejercicio, una de las principales conclusiones que se pueden extraer de este 2023 es que los inversores han aprovechado la subida de los tipos de interés, que se está frenando este otoño, para apostar por la renta fija. Después de un 2022 'horribilis' -también para las bolsas-, el aumento escalonado de los intereses de la deuda ha provocado un ‘efecto llamada’. A las colas para abrirse una cuenta en el Banco de España y poder acceder a las subastas de las Letras del Tesoro, se unió el sector bancario, que reticentes, a priori, a remunerar los depósitos, optaron por lanzar una ofensiva enfocada en la comercialización de fondos monetarios, y de rentabilidad objetivo.

Esta tendencia ha dado como resultado un reconfiguración de las preferencias a favor de los fondos de renta fija, que ya superan en cuota a los mixtos por primera vez en ocho años desde el 'sorpasso' este septiembre. En concreto, los productos de renta fija canalizaban hasta el pasado 26 de octubre 111.166 millones, lo que supone el 33,3% del patrimonio total gestionado por los fondos de inversión en España, según los datos facilitados por Vdos. Desde el comienzo del año, el incremento patrimonial se ha producido exclusivamente por las entradas de dinero (25.700 millones), ya que esta categoría registra una rentabilidad negativa del 0,08% durante los últimos diez meses.

De este modo, incrementa su cuota en más de cinco puntos porcentuales entre enero y octubre de 2023 en detrimento de otras categorías de vehículos como los fondos mixtos, que ven reducida su masa patrimonial desde los 113.276 millones al cierre de 2022 a los 104.514 millones el jueves de la semana pasada y pasa así de representar el 36,8% al 31,3%. El cambio de demanda se produce en mitad de un ejercicio poco boyante en términos de rentabilidad para este tipo de vehículos, que invierte tanto en renta fija como variable, con un retorno del 0,25%.

El repunte obedece "a la labor de colocación de fondos de renta fija a vencimiento (rentabilidad objetivo) que está realizando la banca, para evitar que el dinero salga de los depósitos y las cuentas bancarias hacia las Letras", explica el fundador y CEO de la firma de asesoramiento independiente, Nextep Finance, Víctor Alvargonzález. Cabe destacar que la compra de Letras a través de fondos se lleva a cabo mediante los monetarios, que son una categoría diferente de la renta fija, y están enfocados en la corta duración, también han experimentado una gran popularidad en los últimos meses.

En este sentido, los expertos consultados inciden en que este trasvase se ha visto influenciado por la "potente política comercial" de fondos a vencimiento de renta fija por parte de las entidades bancarias. Esta situación se da en un ejercicio que no está siendo todo lo boyante que se esperaba para la renta fija después del golpe del año pasado, en el que se esperaba una caída de la rentabilidad, con la consecuente subida de su precio, especialmente, en las últimas semanas, en el que los tramos largos han llegado a niveles inéditos en una década e, incluso, a niveles previos a la quiebra de Lehman Brothers, como es el caso del bono estadounidense a diez años, que llegó a superar la barrera del 5%, máximos desde 2007.

Pese a ello, hay motivos para el optimismo y expertos como el director de inversiones de ATL Capital, Félix López, consideran que "es el mejor momento para entrar en renta fija, sólo es necesario tener paciencia y aguantar". De su lado, David Ardura, director de inversiones de Finacess Value, destaca que "hay motivos para ser optimista" y cree que al menos los tramos a corto plazo "lo van a seguir haciendo bien", al menos durante la primera parte del año. "El 2024 puede ser un buen ejercicio para la deuda soberana tanto a corto a largo plazo", agrega, para puntualizar que ve más riesgo en bonos corporativos y 'high yield'. "Es cierto que se contempla una bajada de los tipos, pero se va a producir porque la economía ha empeorado". 

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