Alemania investiga a 59 refugiados y aumenta la policía en lugares críticos

  • El pánico ha llegado a Alemania después de que en la última semana dos de los cuatro ataques registrados en la última semana hayan sido vinculados al Estado Islámico. 

    Baviera, donde se produjeron las tragedias de Wurtzburgo y Ansbach, es al mismo tiempo la puerta de entrada de migrantes y una región dirigida por los máximos detractores de la apertura para refugiados. 

Alemania investiga a 59 refugiados y aumenta la policía en lugares críticos
Alemania investiga a 59 refugiados y aumenta la policía en lugares críticos
AFP
P.Z.

El pánico ha llegado a Alemania después de que en la última semana tres de los cuatro ataques registrados en el país hayan sido vinulados al Estado Islámico. El Ministerio del Interior alemán ha informado de que se está investigando a un total de 59 refugiados o solicitantes de asilo por supuestas inclinaciones yihadistas. En muchos de los casos, por indicios apuntados por personas que viven junto a ellos en los albergues. 

El portavoz del ministerio, Tobias Plate, ha señalado que ninguno de los autores de los ataques violentos estaba en entre las personas investigadas y ha pedido de nuevo prudencia, aunque el número de agentes de Policía se ha incrementado en los lugares críticos, como aeropuertos y estaciones de tren. También habrá más brigadas de policía secreta en las calles. 

El Estado Islámico publicó una imagen de Mohammed Daleel, el terrorista que se inmoló en Ansbach y causó doce heridos. #ISIS' Amaq forwarded photo of suicide bomber in #AnsbachAttack in #Germany, Mohammad Daleel pic.twitter.com/cDvswd92a9— SITE Intel Group (@siteintelgroup) 25 de julio de 2016

Más de 500 personas potencialmente peligrosas

Después de explicar que las pistas suelen llegar a las fuerzas de seguridad desde el entorno más cercano a los refugiados, ha destacado que se han recibido informaciones de alrededor de 400 casos de sospechosos. En relación a las 59 investigaciones que se han puesto en marcha, este mismo portavoz ha considerado que es complicado, casi imposible saber en qué momento esas personas podrían haberse radicalizado, si antes o después de entrar en el país. 

Las autoridades alemanas vigilan además a más de 500 personas consideradas potencialmente peligrosas en los círculos extremistas y a otras 360 que ha calificado de "personas relevantes". Desde el Ministerio del Interior alemán se ha pedido esperar al desarrollo de las investigaciones en Ansbach, donde un refugiado sirio se inmolaba al detornar una bomba que hería a doce personas. 

Baviera, donde se produjeron las tragedias de Wurtzburgo y Ansbach, es al mismo tiempo la puerta de entrada de migrantes en Alemania y una región dirigida por los máximos detractores de la apertura para los refugiados, los conservadores del partido CSU, que la semana pasada volvieron a pedir que se fije un tope en Alemania.Los tres ataques vinculados al Estado Islámico 

18 de julio: ataque con hacha en un tren de WurtzburgoUn joven afgano solicitante de asilo de 17 años agredió a varios pasajeros en un tren a golpes de hacha y cuchillo cerca de Wurtzburgo al grito de 'Alá es grande'. Posteriormente, atacó a una mujer que paseaba a su perro por la calle. El balance se saldó con cinco personas heridas y afortunadamente, ningún fallecido. Tras el ataque, el joven afgano fue abatido por la policía alemana.

25 de julio: atentado suicida en un festivalAún no se había asimilado el ataque del día anterior cuando, en la madrugada del domingo al lunes, de nuevo otro refugiado sirio, éste de 27 años, se hizo explotar durante la noche del domingo en el centro de Ansbach (Baviera). El atacante seleccionó como lugar del acto terrorista un festival de música al que asistían 2.500 personas.

22 de julio: tiroteo en MúnichEl segundo ataque se realizó sólo cuatro días después del ataque con un hacha por parte del joven afgano. La diferencia respecto al primer ataque se encuentra en la autoría del ataque. David Ali Sonboly, un germano-iraní de 18 años obsesionado con las matanzas masivas, asesinó a nueve personas (la mayoría de ellos adolescentes) de un centro comercial de Múnich. El atacante sufría trastornos psiquiátricos y había estado preparando el ataque durante un año.

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