Brasil se pone al frente de la lucha mundial contra el hambre

"Siendo Brasil un campeón mundial en la lucha contra el hambre, el país posee una experiencia muy valiosa que pueden ser compartida con los gobiernos deseosos de aprender cómo lograr resultados positivos en la lucha contra el hambre, y así poder adaptar ese conocimiento a sus propios países", dice la Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, en un comunicado.

El Centro de Excelencia contra el Hambre con sede en Brasilia se centrará en ayudar a los países a mejorar sus propios programas nacionales de alimentación escolar y combatir la desnutrición, siguiendo el ejemplo del exitoso programa Fome Zero (Hambre Cero) impulsado por Lula da Silva, antecesor e inspirador de Dilma Rousseff. Su plan reducir la pobreza y la inseguridad alimentaria llega a mas de 45 millones de niños al año, según datos oficiales.

Los ejes del programa impulsado ahora por Naciones Unidas implica la cooperación Sur-Sur y la mejora de la alimentación en África, Asia y América Latina. "Brasil se ha tomado muy en serio la lucha contra el hambre y la desnutrición y está ahora entre aquellas naciones que están venciendo al hambre más rápidamente en el mundo", alaba Sheeran.

El Centro de Excelencia ya ha comenzado a trabajar además de con Brasil, con Mozambique, Timor del Este y Haití.

Daniel Balaban, antiguo presidente del Fondo de Desarrollo Nacional de la Educación de Brasil, dirige el proyecto. A la experiencia de Brasil, en el centro de excelencia se suman los programas de merienda escolar del PMA en 60 países proporcionando comidas escolares a cerca de 22 millones de niños cada día.

El Programa Mundial de Alimentos presume de ser "la agencia humanitaria más grande del mundo que lucha contra el hambre". Cada año, en promedio, el PMA alimenta a más de 90 millones de personas en más de 70 países.

Sin embargo, 925 millones de personas que se encuentran en situación de hambre crónica, según datos de 2010 de la FAO, mientras que el mundo produce el doble de alimentos de los que necesitan sus 7.000 millones de habitantes. Ahí está el gran reto de la lucha contra el hambre.