Merkel tomará la batuta negociadora en julio

El pulso de España en la UE termina en tablas: "Es una patada hacia delante"

Holanda bloquea el fondo de 750.000 millones y el Consejo pospone para julio un acuerdo sobre el mismo. “No podemos subestimar las diferencias”, reconoce su presidente, Charles Michel.

Efe
El pulso de España en la UE termina en tablas: "Es una patada hacia delante"
Ángel Martínez | EFE

El pulso en Bruselas ha terminado en tablas. O en una mera "patada hacia delante", en palabras de fuentes diplomáticas españolas. La trascendental cumbre europea de este viernes entre los líderes de la UE para debatir la arquitectura y el reparto del Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros diseñado por la Comisión Europea para combatir la crisis de la Gran Reclusión terminó sin acuerdo. Y no habrá pacto, por lo menos, hasta julio.

A partir del próximo mes, Alemania tomará las riendas de la presidencia rotatoria de la UE y la canciller Angela Merkel con su equipo serán los encargados de diseñar las agendas de las reuniones de los diferentes ministros europeos. También ejercerán de árbitro en las reuniones entre los jefes de Estado y de Gobierno para acordar el Fondo, cuya partida para España asciende a 140.000 millones de euros entre subvenciones y préstamos.

"El problema sigue siendo Holanda, siempre lo es", reconoce a La Información una fuente del Gobierno español sobre las negociaciones que encabezará Merkel en un futuro cercano. Fue Holanda, líder del grupo integrado por los países ‘austeros’, quien frenó en abril los ‘coronabonos’ exigidos por España y respaldados por Francia e Italia, argumentando, a través de su ministro de Finanzas, que las trágicas cifras de muertos por coronavirus en los países del sur evidenciaban su mal gobierno. Pretendía con ello impedir una mutualización europea de riesgos. También fue Holanda quien impuso condiciones en el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) para acceder a miles de millones comunitarios con los que financiar el gasto sanitario.

La tensión no llegó a esos extremos en la cumbre de este viernes, pero las posturas siguen enconadas. "No subestimemos las diferencias porque existen en cuestiones importantes y hay que seguir negociando", reconoció tras la teleconferencia el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Cada país mostró su postura sobre el Fondo de 750.000 millones, de los que dos terceras partes se distribuirían mediante transferencias a fondo perdido entre "las regiones y sectores más afectados" y el resto con préstamos que los Estados tendrían que devolver, financiados por deuda emitida por la Comisión Europea gracias a un aumento del margen de recursos de los próximos presupuestos plurianuales de la UE. El fondo ‘Next Generation EU’ funcionaría en paralelo a estos presupuestos, de hasta 1,1 billones de euros, canalizando sus recursos a programas ya existentes como los de I+D, los de transición ecológica, los fondos de cohesión o la política agraria común.

La Comisión basó su propuesta en la iniciativa franco-alemana y desde entonces, reconoce la fuente del Gobierno español, la postura de los holandeses ha cambiado. "Ya van dos Consejos en los que con Holanda no hay tanta tensión", explica. La Haya sigue rechazando subsidios al sur europeo, pero sin la agresividad y vehemencia anterior.

Lagarde aprieta antes del 'round' negociador de julio

Quien sí presionó a todos los gobiernos europeos independientemente de su color político o situación geográfica fue la presidenta del BCE, Christine Lagarde, también 'presente' en la videoconferencia de este viernes, especialmente por el impacto laboral de esta crisis.

La francesa advirtió a los 27, a la Comisión y al Consejo que "el peor impacto sobre los mercados laborales está por llegar", reclamando ambición, rapidez en la entrega de los fondos a cada sector económico, región o país y exigiendo flexibilidad en las posturas nacionales. Las previsiones del BCE hablan de una contracción del 8,7% en la economía de la eurozona este año, con un pico precisamente durante este segundo trimestre. Pero si en otoño hubiese un nuevo brote del virus, el desplome del PIB llegaría hasta el 12,6%.

Según Lagarde, "la acción decidida y efectiva de los Gobiernos nacionales y de los actores europeos ha ayudado a ganar algo de tiempo", propiciando el rebote de la actividad que se espera a finales de año en paralelo con las menores restricciones a la actividad económica. Sin embargo, la francesa no quiere que los líderes caigan en la complacencia, parapetados en su programa de compra de activos por la pandemia (PEPP), recientemente ampliado en 600.000 millones hasta los 1,35 billones. "Un fracaso [de las negociaciones] podría llevar a un cambio en el sentimiento" de los mercados, señaló Lagarde durante su intervención.

Aunque cada país utilizó la cita de este viernes para reiterar sus posiciones ante el resto de socios, "ha sido un encuentro más de trámite, sin que se moviesen las posturas", confirman a este diario las fuentes oficiales. Las negociaciones están todavía muy abiertas y el resultado final del paquete completo con el que sortear la crisis es una incógnita.

No existe una seguridad absoluta de que el tamaño del Fondo termine en los 750.000 millones propuestos por la Comisión, ya que está cuestionado por el grupo de los 'frugales' que lidera Holanda e integran Austria, Dinamarca y Suecia. Tampoco se sabe cuál será la proporción entre transferencias y préstamos o los criterios para recibir esos fondos comunitarios. España apuesta tomar datos macro y previsiones que reflejen lo mejor posible el impacto de la crisis del coronavirus.

La presidenta de la Comisión, von der Leyen, señala que "el efecto dañino de la crisis fue de hecho más relevante en los Estados miembros que no eran lo suficientemente resistentes", como pudieron ser España o Italia, y confirma los niveles de desempleo durante los últimos años como el criterio principal para distribuir fondos europeos que buscarán relanzar la inversión y hacer más competitivas las economías del continente.

A partir de la próxima semana empieza "una nueva fase" de las discusiones, en palabras de Charles Michel: "Ahora negociaremos y doy la bienvenida a la voluntad para hacerlo". Bruselas ya trabaja para celebrar a mediados de julio una Cumbre cara a cara entre los 27 líderes europeos y los jefes de la UE. Suena con fuerza la fecha del día 9 porque como celebra una fuente consultada, "estamos en los minutos de la basura hasta que Merkel coja la batuta".

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