Un análisis que permite a los padres saber el sexo de sus futuros hijos simplemente tomando una muestra de sangre de la madre embarazada podría resultar un verdadero desastre para la India.
La amarga realidad es que los hospitales para los pobres pueden tener escasez de medios y estar llenos de ratas, pero cuando se trata de abortar niñas, en la India siempre se consigue la última tecnología.
Un equipo liderado por el doctor Hyun Mee Ryu en el Hospital General Cheil de Seúl (Corea del Sur) ha detectado varios componentes que se pueden extraer de la sangre de una embarazada y que indican el sexo de un feto con cinco o seis semanas, según el Times of India.
El equipo advierte no obstante que la prueba "puede fomentar la selección de género, y por lo tanto debe de analizarse cuidadosamente su uso en situaciones clínicas".
Pero hay pocas probabilidades de que esas restricciones éticas se apliquen en la India.
Los esfuerzos del Gobierno para controlar el uso de máquinas de ultrasonidos para la selección del género han sido un enorme fracaso. Este nuevo análisis de sangre probablemente exigirá un enorme esfuerzo de medios para vigilar su correcto uso.
Pero de hecho ya hay varios laboratorios que envían muestras de sangre al extranjero para hacer otras pruebas, por lo que la selección de sexo con un análisis les abre otra gran oportunidad de negocio.
La tecnología por su parte ya ha ganado una batalla. Hace pocos días, las autoridades indias admitían su incapacidad para bloquear páginas web que anuncian dichos procedimientos.
Los prejuicios y costumbres culturales como la dote (que puede llevar a la ruina a una familia con hijas y enriquecer a una con hijos), han provocado lo que parece un genocidio de género en la India. Y el problema no mejora a medida que el país se hace más rico y (superficialmente) occidentalizado.
El ratio natural es que haya 105 niños nacidos por cada 100 niñas. Esto equilibra la ligera mayor probabilidad de supervivencia de las niñas sobre los niños. Sin embargo, el censo de 2011 indio muestra que ese ratio entre niños de menos de siete años es de 109 frente a 100. Si bien no es una diferencia enorme, en la India eso significa que hay siete millones menos de niñas que de niños.
Al mismo tiempo, quienes probablemente recurran a ese nuevo análisis de sangre son los mismos que están provocando esa tendencia alarmante: los indios que tienen más ingresos y más nivel cultural.
Un reciente estudio publicado por la revista médica británica The Lancet sostiene que los abortos para seleccionar el sexo de un bebé han aumentado notablemente en las últimas dos décadas, y que la mayor parte de la población india viva ahora en estados en donde esa es una práctica común. Aseguran que en las últimas tres décadas se han producido en la India entre 4 y 12 millones de abortos por motivos de selección de género.
El estudio añade que las mujeres de las familias más ricas y educadas son más propensas a tener un aborto selectivo que las de familias pobres, probablemente porque se pueden permitir pagar la tecnología adecuada.
La India ha probado de todo para evitar esta tendencia. Hay ayudas del Gobierno para tener hijas. La dote es ilegal. Utilizar máquinas de ultrasonidos para determinar el género de un feto está penado con la cárcel. Pero nada ha logrado surtir efecto.
Hay quen opina que quizás es hora de plantearse otro tipo de solución, y dejar que a las parejas que ya tienen una hija se les deje seleccionar después si quieren un hijo. A continuación se les practicaría una vasectomía.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios