Las fuerzas de seguridad de Turquía han matado a 417 milicianos kurdos desde agosto

Reuters/EP

El ataque del domingo ha sido uno de los atentados más graves registrados en las últimas fechas en la región, situada cerca de la frontera con Irak e Irán y en la que se concentran los enfrentamientos del Ejército turco con los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

En un comunicado, las Fuerzas Armadas turcas han dicho que la capacidad de atentar del PKK ha quedado limitada y que sus preparativos para perpetrar ataques este invierno se han visto paralizados, lo que ha llevado a los milicianos a centrarse en ataques con bombas artesanales y con suicidas dirigidos contra objetivos civiles.

Desde el 29 de agosto, las fuerzas de seguridad turcas han matado a 417 milicianos del PKK, han provocado heridas a otros 61, han logrado que otros 41 se rindan y han capturado a 18, en el marco de una campaña que las Fuerzas Armadas turcas han descrito como "la más efectiva e integral de los últimos años".

En el marco de esta campaña han muerto 88 miembros de las fuerzas de seguridad turcas y han resultado heridos 152. "Las operaciones continuarán con la misma determinación hasta que el último terrorista sea neutralizado", han añadido.

El atentado del domingo llegó después de un ataque del PKK que dejó a diez personas heridas el jueves cerca de una comisaría de Estambul. Por otro lado, el sábado dos supuestos milicianos del PKK que estaban preparando un coche bomba murieron por la deflagración de los explosivos que estaban manipulando cerca de Ankara durante un enfrentamiento con la Policía.

También el sábado, ocho milicianos del PKK y cuatro civiles murieron durante un enfrentamiento de terroristas y policías en la localidad de Yuksekova, en la provincia de Hakkari, cerca de la frontera con Irán.

El PKK, que lleva luchando contra el Gobierno turco desde 1984, está catalogado como organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. El conflicto entre el PKK y las fuerzas de seguridad turcas ha acabado con la vida de más de 40.000 personas.

En julio de 2015 terminó el alto el fuego acordado entre el Gobierno turco y el PKK y, desde entonces, la violencia ha aumentado a niveles tan altos como los peores años del conflicto, en la década de los noventa.

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