Irán deberá decidir si acepta negociar sobre su programa nuclear para cerrar doce años de conflicto

    • Las grandes potencias pretenden ahora limitar la cantidad y la pureza del uranio que fabrique Irán.
    • El acuerdo que se quiere alcanzar en los próximos días tendría que limitar el número y el tipo de centrifugadoras.

Irán y las grandes potencias concluyen esta semana en Viena una complicada negociación que podría fructificar en un acuerdo histórico sobre el programa nuclear iraní y una normalización de las relaciones con Occidente.

Uranio enriquecido, centrifugadoras, instalaciones militares, sanciones, amenazas, inspecciones, incontables negociaciones. Los doce años que dura ya el conflicto nuclear iraní han dado para mucho, menos para lo esencial: aclarar si Teherán busca o no hacerse con armas atómicas.

Garantizar que no haya intenciones militares es el objetivo de las negociaciones en las que llevan un año enfrascados Irán y las seis grandes potencias, y cuya ronda final y probablemente decisiva arranca mañana martes en Viena.

Bajo la dirección de Catherine Ashton, antigua jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), y del ministro de Exteriores de Irán, Mohammed Yavad Zarif, las partes tienen un semana, hasta la fecha límite del 24 de noviembre, para llegar a un acuerdo.

Estos contactos han sido los primeros que han logrado resultados concretos, como modificar un planeado reactor de agua pesada para que produzca menos plutonio, un material de posible uso militar, o que Teherán acepte un régimen más estricto de inspecciones.

Pero por deshacer queda el nudo gordiano del conflicto: la producción de uranio enriquecido.La clave, el uranio

En función de su concentración, este combustible nuclear puede tanto alimentar una central atómica, el uso que Irán asegura quiere darle, o servir como núcleo de un arma de destrucción masiva, como temen, principalmente, Estados Unidos, la UE e Israel.

Durante años, la comunidad internacional intentó convencer, o forzar, a Irán para que renunciara a enriquecer su propio uranio y lo adquiriera en el exterior, bien en Rusia o en Francia.

Ante la constatación de que la República Islámica no cederá, las grandes potencias pretenden ahora limitar la cantidad y la pureza del uranio que fabrique, para asegurar así que Irán no tenga capacidad de emplearlo con fines militares a corto plazo.

Para ello, el acuerdo que se quiere alcanzar en los próximos días tendría que limitar el número y el tipo de centrifugadoras, las maquinas que transforman el gas de uranio en uranio enriquecido.

El otro asunto que dificulta el acuerdo es a qué ritmo y cuándo deben levantarse las sanciones impuestas a Irán y que ahogan su economía desde hace años.

Sanciones que muchos expertos interpretan como un elemento esencial que ha forzado a Irán a negociar, junto a la llegada a la presidencia en 2013 de Hasán Rohaní, considerado como más moderado que su antecesor.Experimentos desde 2002

Las sospechas de que no todo es, o ha sido, pacífico en el programa nuclear iraní existen desde que en 2002 se descubriera que había estado haciendo experimentos nucleares en secreto.

Desde entonces, los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, han realizado incontables inspecciones para tratar de cubrir las lagunas sobre la verdadera naturaleza del programa nuclear iraní.

La disposición a colaborar de Irán ha sufrido varias fases a lo largo de los años, desde una relativa apertura hasta un cierre en banda total, sobre todo bajo la presidencia del polémico Mahmud Ahmadineyad.

Si bien las relaciones entre Irán y el OIEA han mejorado en el último año con Rohaní, los iraníes siguen bloqueando las investigaciones en ciertos ámbitos.

Por ejemplo, no permiten inspecciones en la base militar de Parchín, donde algunos servicios de inteligencia sospechan que se realizaron experimentos para la construcción de armas nucleares.

Las acusaciones de EE. UU. e Israel, que nunca han descartado un ataque militar para "neutralizar" el programa nuclear iraní, tomaron un nuevo cariz en 2011, cuando el OIEA dio credibilidad a informes recibidos de varios países que indicaban que Teherán estaba trabajando en un programa nuclear militar.

Irán siempre lo ha negado, hasta el punto de que no está dispuesto a aclarar algunas de las dudas del OIEA sobre esas "posible dimensión militar", argumentando que se trata de alegaciones sin fundamento.

Las negociaciones de esta semana son la recta final de un proceso que comenzó en Ginebra en noviembre de 2013.

Entonces, Irán y las potencias reunidas en el Grupo 5+1 (Rusia, China, EE. UU., Francia, Reino Unido -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU-, más Alemania) pactaron una hoja de ruta de seis meses, durante la que Irán se comprometió a no acumular más uranio altamente enriquecido e disolvió gran parte de sus reservas de ese material.

Ese medio año pasó con avances pero sin que se llegara a un acuerdo total, por lo que el pasado julio las partes acordaron extender hasta el próximo 24 de noviembre la fecha límite para llegar a un pacto.

Los negociadores aspiran a cerrar al menos un acuerdo base, que luego deberá ser completado por más negociaciones a nivel técnico, señalaron esta semanas fuentes diplomáticas en Viena.Las principales instalaciones de Irán

ARAK

A 190 kilómetros al suroeste de Teherán se encuentra la planta de producción de agua pesada y el proyectado reactor de investigación de Arak.

La existencia de esta instalación salió a la luz gracias a imágenes de satélite difundidas en 2002 por un centro de investigación de Estados Unidos.

El complejo comenzó a edificarse hace más de dos décadas, y en 2006 empezó a funcionar la planta de producción de agua pesada. En fase de construcción está todavía un reactor que se alimentaría con el agua pesada generada en la instalación aledaña.

La comunidad internacional teme que el plutonio que pueda generar ese reactor, hasta diez kilos anuales, pueda ser empleado para armas nucleares. Irán ha reiterado que Arak sólo producirá isótopos para fines médicos y agrícolas.

Esta planta ha sido una gran fuente de discrepancias en las negociaciones. Para disipar temores, los ingenieros iraníes comenzaron en agosto pasado a rediseñar el reactor para reducir la producción de plutonio.

NATANZ

A unos 250 kilómetros al sur de Teherán, esta instalación subterránea alberga miles de centrifugadoras nucleares, necesarias para purificar el uranio y convertirlo en combustible nuclear.

El complejo está muy por debajo de una plena capacidad industrial.

Muy cerca y cimentado como un búnker, con el fin de proteger la maquinaria de un posible ataque, se encuentra también un centro de investigación.

En ese segundo centro los técnicos iraníes desarrollan nuevos modelos de centrifugadoras, más rápidas y estables que los primeros modelos, basados en tecnología de los años 70.

Las autoridades iraníes indicaron en el pasado que pretenden operar más de 50.000 centrifugadoras en esta planta para lograr un nivel industrial de enriquecimiento nuclear. Actualmente, tiene unas 19.000 centrifugadoras instaladas.

FORDO

Cerca de la ciudad santa musulmana de Qom, situada a unos 160 kilómetros al sur de Teherán, se encuentra este complejo nuclear subterráneo, cuya construcción salió a la luz en 2009 por una denuncia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

La Casa Blanca lo puso como ejemplo de la falta de transparencia de Irán sobre sus ambiciones nucleares.

Fordo es un centro de enriquecimiento mucho más pequeño que Natanz, con unas pocas miles de centrifugadoras de gas.

Desde el pasado enero Irán ha dejado de procesar uranio enriquecido por encima de una pureza del 5 % en Natanz y Fordo y ha parado parte de la maquinaria usada para producir ese combustible.

Esa limitación de sus trabajos de enriquecimiento de uranio es parte de las medidas de confianza acordadas con las potencias mientras se negocia un acuerdo definitivo.

Las potencias ya no esperan que Irán detenga su programa de enriquecimiento de uranio, un material de doble uso, civil y militar, pero quieren que sea limitado.

Este es uno de los puntos de fricción más importantes para lograr un acuerdo en Viena.

Irán ha asegurado que sólo pretende enriquecer uranio para fines pacíficos, y ha descartado cerrar sus instalaciones en Natanz y Fordo.

ISFAJAN

A unos 400 kilómetros al sur de Teherán esta histórica ciudad alberga esta planta de procesamiento del mineral de uranio.

En esta instalación se transforma el concentrado de uranio en óxido y en hexafluoruro, la forma gaseosa en que este material radiactivo se introduce en las centrifugadoras para transformarlo en combustible nuclear.

Además de este centro de procesamiento de uranio, el complejo tiene otras instalaciones en las que trabajan alrededor de 3.000 personas, en su mayoría científicos, involucrados en la investigación y el desarrollo de tecnología nuclear.

En el complejo existen tres pequeños reactores de investigación de tecnología china.

Es el centro de investigación nuclear más grande de Irán.

BUSHER

En la sureña costa del Golfo Pérsico se encuentra la única central atómica en activo de Oriente Medio.

En 1974 se inició la construcción de dos reactores nucleares con tecnología alemana y ayuda técnica francesa. El complejo fue parcialmente construido antes de la Revolución Islámica de 1979, cuando los socios occidentales se retiraron y el proyecto se congeló.

En 1995 Irán y Rusia firmaron un acuerdo para poner en marcha un reactor de 1.000 megavatios, que comenzó a aportar energía a la red eléctrica iraní en septiembre de 2011.

Irán y Rusia han acordado ampliar la planta hasta un total de cuatroreactores, así como construir otros cuatro reactores en otra parte de la República Islámica aún por determinar.

MINAS de URANIO

Irán cuenta con dos minas de uranio: la de Gchine, en el sur, y la Saghand, cerca de la ciudad de Ardakan, así como el complejo de Shahid Rezayineyad, en el que se produce concentrado de uranio.

Todas las instalaciones mencionadas están bajo supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dentro de los compromisos de Irán como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Sin embargo, existe también una base militar a la que los inspectores de la ONU quieren acceder por tener sospechas que allí se han realizado experimentos con fines nucleares.

PARCHÍN

Una base militar situada a 20 kilómetros al sureste de Teherán.

El OIEA ha asegurado que tiene información "creíble" sobre pruebas realizadas allí en el pasado con explosivos de gran potencia, necesarios para desencadenar una reacción en cadena en una detonación nuclear.

Al no ser una instalación atómica, el OIEA no tiene paso franco al lugar, y las negociaciones para acceder a la base militar no han fructificado.

Irán ha asegurado que esos experimentos tenían que ver con la industria petrolífera.

Imágenes vía satélite han mostrado en los últimos años que Irán ha llevado a cabo amplios trabajos de limpieza con maquinaria pesada, lo que ha levantado las críticas del OIEA.

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