Las familias palestinas se ven obligadas a dividirse por la supervivencia en la guerra

    • The Washington Post ha publicado la historia de la familia Balata, cuyos once miembros, entre mujeres y niños, perdieron la vida en un mismo ataque durante la ofensiva a la Franja.
    • Un reportaje cuenta la dramática tragedia que viven las familias en Gaza. Los Balata, según cuenta el reportaje, no clamaron por la venganza contra Israel ni estaban ligados con Hamás.
Gaza, de la sonrisa al llanto en solo dos días
Gaza, de la sonrisa al llanto en solo dos días

Once miembros de una misma familia palestina murieron en un mismo ataque este pasado martes, según publica el rotativo norteamericano The Washington Post. De los miembros de la familia ocho eran mujeres, un niño pequeño, un bebé y un hombre. Los Balata, el apellido de la familia, no estaban de acuerdo con la ofensiva que llevaba a cabo Israel, apunta el reportero Sudarsan Raghavan, pero tampoco eran partidarios del brazo armado de Hamás.

El periodista del Post cuenta que, a medida que el conflicto se había ido endureciendo, las vidas de la familia Balata había girado en torno a cómo proteger a su extensa familia, que se remontaba a varias generaciones aun a día de hoy. La familia palestina vivía en el área de Jabalya, una de las zonas más bombardeadas en la guerra de la Franja. Tal y como denuncia el periodista ahora sus vidas quedaron atrapadas entre las ambiciones de Israel y Hamás.

La ONU advierte que, conforme el conflicto se hace más crudo, los núcleos familiares palestinos se ven obligados a separarse, y cada una de los grupos se tienen que refugiar en distintas partes de Gaza. El Post manifiesta que, si una parte de la familia muere, la otra parte vivirá para ayudar a los supervivientes a que la dinastía familiar continúe con vida.

Sin embargo el reportaje relata cómo muchas familias todavía siguen desplazándose juntas,m como símbolo de fuerza y también por su mayor comodidad. Algunos se van a vivir con otros parientes, otros piden asilo en las escuelas de la ONU, pero la guerra, cuenta Sudarsan Raghavan, sigue localizándolos en sus refugios.


Las familias rotas por la guerra

"Desafortunadamente muchas familias han perdido a la mayoría de sus miembros", explicaba al diario, Adnan Abu Hasna, portavoz de la ONU del área de Socorro. Se calcula que hay refugiados 200.000 palestinos en las escuelas que establece la institución como refugio seguro. Él mismo afirmaba que "las familias permanecen juntas como un signo de protección, por razones psicológicas, es un tema cultural" y añade que "si mueren, mueren juntos como una familia". Fue el caso de los Balata, que decidieron permenecer juntos.


La historia de los Balata se remonta a varios días atrás, cuando Naim Balata, un electricista de 45 años, llegó a la casa de su hermano mayor con su mujer, sus seis hijos e hijas y con Yahya, de siete años y Allah, de veinte años. El Ejército israelí les había avisado de que dejaran la zona en la que vivían en el barriode Jabalya, porque se iba a producir un ataque contra miembros de Hamás.

Después de la comida del martes se produjo el ataque, una explosión, que produjo la caída de ladrillos, polvo y los metales de la estructura de la casa de su hermano. Este consiguió huir con su familia fuera del hogar, y a continuación entró a socorrer a sus familiares. Después vino un segundo bombardeo.

Los niños habían sufrido heridas muy graves, entre ellos el bebé de 14 meses, pero una de las ambulancias consiguió trasladarlo al hospital. Los miembros de la familia Balata encontraron los cuerpos de Naim, su mujer y sus seis hijos. Todos ellos estaban en uno de los dormitorios de la casa de su hermano.

Tal como relata el Post, los vecinos y las autoridades oficiales explicaron que la familia no estaba ligada con el grupo terrorista Hamás o cualquier otra facción palestina. El hermano de Naim, Abdul Karim, un conductor para una agencia de noticias palestina, explicaba que la familia no tenía relación alguna con la insurgencia, y desconoce por qué la casa fue atacada.


El reportero del Post indica que no hubo llamamientos a la venganza contra Israel, durante la vigilia, y que tampoco se vieron banderas de Hamás. La familia expresó su repulsa contra la violencia y las matanzas en ambos bandos: "Los niños israelíes son sagrados para ellos, los nuestros lo son para nosotros".




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