Los turistas, una especie en peligro de extinción

París se asoma al abismo económico: "El toque de queda es una catástrofe"

Angustia contenida en la capital y otras ocho ciudades ante la medida, que amenaza con dar la puntilla a sectores que ya se encuentran de rodillas como la restauración o el mundo del espectáculo.

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Un parisino pasa ante el restaurante 'Bouillon Chartier', el café más antiguo de París.
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Se acabó la fiesta. A partir de este sábado y durante un mes como mínimo un tercio de los franceses deberá permanecer en casa de 21:00 a 6:00 tras el toque de queda decretado por el presidente Emmanuel Macron en París y en ocho grandes ciudades. Unos 20 millones de personas se verán afectadas por la medida más dura hasta la fecha para frenar la expansión de la Covid-19 en Francia, que este viernes registró un nuevo dato preocupante de contagios diarios confirmados: 25.086 casos. Quienes la rompan se expondrán a multas de 130 euros -que pueden llegar hasta 3.750 euros e incluso seis meses de prisión en caso de reincidencia-. Pero los más golpeados serán los sectores que luchan por mantenerse a flote desde la cuarentena, cercados por las sucesivas restricciones y las anulaciones constantes: la restauración, la hostelería, la organización de eventos, el espectáculo, el cine y el ocio en general.

Para las asociaciones profesionales de la restauración el toque de queda no es solo es "económicamente catastrófico. También psicológicamente es muy difícil". Lamentan que se trata de "un cierre camuflado" porque, de facto, "se condena el servicio de la noche". Los restaurantes deberán cerrar por lo menos a las 20:00 si quieren respetar los horarios.

Para tratar de encajar este nuevo golpe, los profesionales se debaten entre dos opciones: comenzar el servicio más temprano apostando por el mediodía o, simplemente, cerrar durante las próximas semanas. Si el verano fue una etapa esperanzadora para los restaurantes, la llegada del otoño, con el aumento de los contagios y el consecuente endurecimiento de los protocolos de seguridad y disminución de aforos, puso de nuevo a los hosteleros en la cuerda floja mientras los acreedores seguían exigiendo el pago de la renta.

Los principales sindicatos defienden que los restaurantes son capaces de respetar protocolos aún más estrictos para recibir a los clientes. Mientras, el primer ministro Jean Castex argumenta que es preferible apretarse el cinturón durante un mes y medio que sufrir las consecuencias de contagios masivos. "La situación se degrada sin lugar a dudas", reconoció Castex.

Para evitar una oleada de bancarrotas y cierres de establecimientos, el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, asegura que el Gobierno "seguirá apoyando a las empresas que enfrentan la crisis". "En las zonas de toque de queda, las empresas de menos de 50 empleados que hayan perdido un 50% de la facturación podrán recibir una ayuda de 1.500 euros provenientes del fondo de solidaridad", ha anunciado. 

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París se asoma al abismo económico por el toque de queda.

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Los turistas, una especie en peligro de extinción 

También se prolongan las exoneraciones de pago de las cargas sociales y se facilita el acceso a préstamos garantizados por el Estado hasta en junio del 2021. Se prorrogan también otras medidas iniciadas durante el confinamiento como el subsidio del desempleo parcial completo, es decir el 100% para el empresario para evitar despidos. Mientras, el Ministerio de Economía estudia ayudas adicionales.

No obstante, frente a la desesperación de los propietarios de bares, teatros, restaurantes u hoteles, el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE) precisa que "los restaurantes, espectáculos, cines y actividades recreativas representan solo un 4% del PIB. El impacto será parcial porque no se trata de cierres totales".

Sin embargo, no se puede descartar el 'efecto del toque de queda' en un sector clave para la economía nacional: el turismo, que actualmente sufre un descenso de un 80% de facturación. Los turistas en la capital ya se han convertido en una especie en peligro de extinción y el toque de queda no va a incentivar su retorno.

El Grupo Nacional de Independientes de la Hostelería y la Restauración (GNI Paris Ile-de-France) estima que un 25% de los restaurantes tradicionales como las 'Brasserie', que dependen de esta clientela, no van a sobrevivir al 2020. Sin comensales y con alquileres astronómicos, sus cajas no aguantan.

El OFCE admite que el efecto psicológico puede tener un alcance más perjudicial que las restricciones en sí: "En vez de seguir adaptándose a los nuevos horarios, los particulares pueden optar por seguir ahorrando y las empresas no querrán ni invertir ni contratar". De hecho, antes del toque de queda decretado por Emmanuel Macron, ya se preveía que un 16% de los empleados de la hostelería y la restauración estarán en actividad parcial hasta el final del año.

Los analistas subrayan que el toque de queda anula desde ya el tímido repunte de la economía esperado para 2021

La súplica de teatros, actores y músicos: "No nos olviden" 

Como los restauradores, el mundo del espectáculo también se organiza para minimizar las pérdidas. Sometidos ya a un protocolo sanitario draconiano, muchas salas modificaron sus horarios y su programación para, por ejemplo, promover una oferta diurna los fines de semana.

La ministra de la cultura Roselyne Bachelot, aboga por que los espectáculos puedan terminar a las 21:00, una solución que apoya la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Con 130 salas, la Ciudad Luz es sin duda la capital del teatro. En una entrevista al diario 'Le Parisien', Bachelot afirma que está promoviendo flexibilizar el toque de queda para teatros y cines. ·Las reglas se deben aplicar a todos, incluso a la Cultura", le responde el primer ministro Jean Castex.

El sector del espectáculo ya ha recibido 5.000 millones de euros en ayudas desde el comienzo de la crisis. El plan para relanzar la economía destinará 2.000 millones al sector cultural. "No nos olviden", suplican al público actores, propietarios de teatros, músicos y bailarines, que recuerdan sus esfuerzos para que el confinamiento fuera más llevadero para los franceses.

El ministro de Finanzas Bruno Le Maire estima que el toque de queda costará 1.000 millones de euros "pero un nuevo confinamiento general hubiera costado 20 veces más". Según el informe que acompaña la ley de finanzas para el 2021, el conjunto de medidas de apoyo a la economía ha costado 470.000 millones de euros a las finanzas públicas. Muchos analistas subrayan que el toque de queda anula desde ya el tímido repunte esperado para la economía francesa en el 2021.

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