Más de 320 millones de toneladas métricas de plástico se producen cada año en el mundo siendo acumuladas la mayoría de ellas en los océanos. Uno de los lugares en los que la situación es más crítica es el océano Pacífico, donde existe una isla de basura tres veces más grande que Francia que acumula 1,8 billones de plásticos. Una cifra escandalosa que según diversos estudios se tardaría 79.000 años en limpiar, pero que gracias a un invento de un joven holandés de 24 años se espera eliminar en un plazo de 10 años.
Se trata de Boyan Slat, un emprendedor que se decidió a remover el plástico de los océanos tras bucear en Grecia y encontrarse los fondos marinos llenos de residuos de este tipo. Comenzó la carrera de ingeniera aeroespacial, pero a los seis meses lo dejó para centrarse en su proyecto 'The Ocean Cleanup'.
En 2012, Slat participó en una de las charlas ‘TED' para explicar su plan. Su dispositivo utilizaría las corrientes marinas para recoger de forma pasiva el plástico en lugar de recoger la basura de las aguas a mano. Diseñó una barrera gigante con forma de tubería de 6 kilómetros de longitud capaz de succionar el plástico del océano y evitar el paso de más residuos.
Slat creó 'The Ocean Cleanup' con solo 340 dólares ahorrados. 100 científicos e ingenieros pasaron un año haciendo un estudio de 528 páginas y aseguraron que podría tener éxito. En 2014, la startup recaudó 2 millones de dólares en una campaña de crowdfunding y comenzó su despegue.
En 2016, se probó el primer prototipo en las costas de Holanda, y un año más tarde recaudó 21,7 millones de dólares de sus pruebas en el Pacífico para, finalmente, en septiembre de 2018 instalarse para combatir la isla de basura de este océano. Hasta la fecha había recogido 50 toneladas de plástico pero la recolección se ha pausado ante los primeros problemas del dispositivo.
"Un mal funcionamiento estructural"
El proceso estaba en orden hasta que recientemente la tubería gigante llamada 'Wilson' comenzó a soltar el plástico previamente recolectado, devolviéndolo al océano. El equipo de técnicos ha intentado resolver el problema durante ocho semanas pero no ha sido posible, provocando el traslado de la estructura a la bahía de San Francisco.
"Debido a un mal funcionamiento estructural del sistema de limpieza hemos tomado la decisión de volver al puerto antes de lo planeado. Llevaremos a 'Wilson' a San Francisco tan pronto como las condiciones meteorológicas nos lo permitan", explica Boyan Slat en un comunicado.
Un frenazo al sistema conocido como 001 en cuya elaboración se invirtieron 23 millones de dólares (Slat asegura que los siguientes costarán solo seis millones) y del que varios científicos dudaron desde un principio: desde el nacimiento de la idea alertaron de que podría dañar la vida marina y que se podría romper por las duras condiciones del océano.
Estas críticas no frenaron a Slat y su equipo que esperan triunfar con el innovador dispositivo. En los próximos días emitirán nuevos comunicados con el resultado del arreglo de 'Wilson'.
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