Trump no cree en el cambio climático y apuesta por el sí a las plantas de carbón

  • En España las empresas se están lanzando a cerrar las centrales eléctricas que funcionan dicho combustible fósil, como son Endesa e Iberdrola.
Donald Trump en un acto de la Asociación Nacional del Rifle en Dallas
Donald Trump en un acto de la Asociación Nacional del Rifle en Dallas
EFE

Donald Trump pasa del cambio climático. El presidente de EEUU ha presentado un plan que permitirá a cada estado estadounidense establecer sus propios criterios de emisiones contaminantes para plantas de carbón y relajará las reglas de contaminación para las centrales de energía. Decisión que, obviamente, disparará las emisiones contaminantes. 

Por tanto, el presidente de Estados Unidos está en disposición de reemplazar el plan de restricciones medioambientales lanzado por su antecesor en el cargo, Barack Obama, que abogaba por recortar las emisiones de efecto invernadero de las centrales eléctricas, según destaca Bloomberg. De hecho, la propuesta de Trump contemplaría emitir 12 veces más dióxido de carbono que el anterior plan. Por tanto, difiere de la opinión de expertos y científicos y está en contra de la tendencia de la mayoría de países que aboga por reducir su contaminación.

La 'hoja de ruta' de Trump, sujeta a un período de análisis de dos meses, tendría enormes implicaciones para docenas de centrales obsoletas de carbón en todo el país. De hecho, la medida afectaría a más de 300 plantas en el país, al incentivar que las empresas las mantengan operativas en lugar de reemplazarlas con proyectos de energías mucho más limpias. 

De hecho, esta no es la única medida llevada a cabo por Donald Trump en esta materia. Este verano ya propuso congelar los estándares de eficiencia de los coches que salgan al mercado. La decisión, por tanto, impedía reducir las emisiones de gases efecto invernadero de los automóviles. 

Situación contraria en España

En España la situación es bien distinta a la que se vive en Estados Unidos y la transición energética, al menos de momento, parece real. Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, estima que a partir de 2020 cerrarán al menos siete de las 15 centrales térmicas de carbón que funcionan en el país. Para seguir produciendo con carbón a partir del próximo año, Bruselas exige costosas inversiones en el control de emisiones o limitar la actividad a menos de 1.500 horas al año. Aun así, los cierres de centrales pueden ir más allá de lo que asume el Gobierno. 

Las compañías se están lanzando a cerrar las centrales eléctricas que funcionan con carbón. Por ejemplo, Endesa ha reactivado sus planes para cerrar, en 2020 a más tardar, sus plantas de Andorra (Teruel) y Compostilla (León) mientras que Iberdrola anunciaba el próximo cierre de las centrales de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) que suman una potencia conjunta de 874 megavatios. 

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