Los 'chalecos amarillos' lanzaron este sábado un ultimátum al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con una nueva manifestación que desde primera hora registró altercados y pretendía mostrar que el movimiento mantiene su fuerza a pesar de las promesas gubernamentales.
"Después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos. Hemos demostrado que sabemos manifestarnos, que no ha funcionado y que no hemos sido escuchados", dijo en las redes sociales uno de sus líderes radicales, Éric Drouet.
Esta décimo octava manifestación estaba considerada crucial porque se cumplían cuatro meses de protestas y tenía lugar un día después del final del Gran Debate Nacional impulsado en enero por Macron para encontrar respuestas con las que atajar la crisis social y política desatada desde mediados de noviembre por los "chalecos amarillos".
Al menos 121 personas han sido detenidas durante los disturbios de este sábado, cifra considerablemente superior a la de jornadas anteriores de protesta y que coincide con un incremento de la violencia con barricadas, saqueos de comercios de lujo y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en el centro de París.
Además, se ha informado de al menos once heridos leves -incluidos dos policías- debido a un incendio en una sucursal bancaria de la avenida Franklin D. Roosevelt parisina. "Dos personas han sido salvadas de las llamas, una mujer y su bebé, que habían quedado atrapados en el segundo piso", ha explicado el departamento de bomberos.
Aumenta el despliegue policial
La Prefectura de Policía de París movilizó para este fin de semana 5.000 efectivos, un número superior a los desplegados en protestas anteriores, consciente de que esta jornada es delicada y va a coincidir con otra gran marcha organizada en contra del cambio climático.
El Arco del Triunfo fue epicentro de los altercados en la capital, que las fuerzas del orden intentaron contener con gases lacrimógenos, y ante los que a mediodía había ya unos treinta detenidos. "No hay duda: instan a la violencia y están ahí para sembrar el caos en París. Profesionales del desorden equipados y con máscaras han infiltrado los cortejos. Mi consigna a la Prefectura: responder con la mayor firmeza a esos ataques inadmisibles", dijo el ministro del Interior, Christophe Castaner.
Aucun doute permis : ils appellent à la violence et sont là pour semer le chaos à Paris.
— Christophe Castaner (@CCastaner) 16 de marzo de 2019
Des professionnels de la casse et du désordre équipés et masqués ont infiltré les cortèges.
Ma consigne au @prefpolice : répondre avec la plus grande fermeté à ces attaques inadmissibles. pic.twitter.com/ihOzZRittU
Los manifestantes tenían como objetivo acercarse al Elíseo, pero los accesos al Palacio presidencial, igual que a otros puntos considerados "sensibles", habían sido bloqueados.
Entre los incidentes registrados cabe destacar el saqueo a manos de individuos encapuchados del histórico restaurante de lujo Le Fouquet y de las tiendas de Hugo Boss, Bulgari y Nespresso en la zona de los Campos Elíseos. Además ha sido incendiado un kiosko de prensa.
El restaurante Le Fouquet ha sido objetivo de un ataque a media mañana con la rotura de los paneles colocados en los escaparates e irrupción en su interior, pero a mediodía ha vuelto a ser atacado e incluso incendiado.
Las movilizaciones comenzaron en noviembre para protestar contra la subida de los impuestos al diésel y en diciembre alcanzaron su punto álgido con las protestas contra la represión de las manifestaciones hasta el punto que Macron anunció un paquete de medias económicas para mejorar las condiciones de vida de la clase media y trabajadora.
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