ANÁLISIS

Alfonso Arús: así marca el ritmo de la mañana desde La Sexta

'Aruseros' es un éxito incontestable de cuota de pantalla. 

Alfonso Arús
Alfonso Arús
La Sexta

El gran éxito de Alfonso Arús en las mañanas de La Sexta está en que 'Aruseros' no se parece a nadie en esa franja. El programa sólo bebe de los morning shows clásicos de las radios musicales, pero adaptado a las necesidades de la televisión de hoy a esas horas de la matiné.

Para empezar, es un programa que se puede ver o simplemente escuchar. No es necesario tener los ojos concentrados en el televisor, el móvil o la tablet. Aunque si abres los ojos se quedarán atrapados. Y es que 'Aruseros' cuenta con una dinámica visual muy luminosamente viva.

De hecho, por ahí podría ir el adjetivo que defina el buen rendimiento del programa: vivacidad. Es un carrusel que no para de lanzar impactos al público: sonoros, visuales, informativos y, no menos importantes, irónicos. Lo que hace al programa  complementario a sus rivales. 

Arús pone el carácter del espectáculo. Y la sonrisa. Otra de las claves de 'Aruseros', transmite buen rollo. No se toman demasiado en serio a una hora en la que la televisión se toma demasiado en serio. Así se transforman en acompañantes de un espectador que se siente partícipe del show. Incluso manda por las aplicaciones móviles sus pronósticos meteorológicos. Excelente idea: se ve el clima de todas las comunidades gracias a la mirada de sus propios habitantes.

Porque la gran fuerza de 'Aruseros' podría estar en su tono frenético de zapping que va de lo serio a lo curioso. Un viaje a través de microseciones que irrumpen con un título efectista sobreimpresionado en pantalla para llamar la atención hasta del más dormido. Muchas con la habilidad televisiva añadida de contar con un objetivo de participación (por ejemplo, si un invento es "útil" o "inutil") para que el público se quede hasta el final de la sección por muy pequeña que sea. Así el programa anima la mañana y, al estar compuesto por un desfile de píldoras temáticas, ni siquiera es necesario verlo entero, se puede uno irse y volver sin perder el hilo. Y ahí siguen comentando jugadas.a su manera de pandilla de amigos más que de periodistas.  

Sin embargo, la gran fortaleza silenciosa del programa también está en que es el magacine más descentralizado de la televisión. No vive en Madrid.  Desde Barcelona para el mundo, transmite la sensación de estar atento a todas las comunidades autónomas y lo hace con carácter propio. O lo que es lo mismo: la rapidez mental de Alfonso Arús a la que el personal está dispuesto a mandar sus grabaciones con el móvil de su pueblo desde aquel clásico de 'Vídeos de Primera'. 

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