ANÁLISIS TELEVISIVO

Belén Esteban y su papel en el caso de Kiko Rivera contra Isabel Pantoja en Telecinco

Belén Esteban frente a Kiko Rivera
Belén Esteban frente a Kiko Rivera
Telecinco

Desde que apareció por primera vez en televisión, ya hace casi tres décadas, una de las habilidades para el éxito de Belén Esteban siempre ha sido el poder de identificación del espectador con ella.  Su vida, sus circunstancias y sus trapos más sucios han resultado infalibles desde entonces.

Hay una indudable audiencia fiel que se sintió reconocida en el relato de una chica abandonada a su suerte, con una niña en brazos, por un torero que además luego se casó con otra a la que pronto los programas le encasquetaron el rol de villana en esta historia. El culebrón, por tanto, estaba servido para alimentar horas y horas de parrilla. Y así ha sido.

Su evolución personal y física, sus amoríos, sus despechos, sus constantes separaciones, sus adicciones, sus operaciones estéticas y su incontrolable verborrea populista han convertido a Belén en el alma de la telenovela perfecta, capaz de tumbar a cualquier programa de la competencia.

Pero es curioso como en el último filón 'Deluxe', da la sensación que el programa no quiere dar alas al contrapunto que aporta Esteban que, de nuevo, vuelve a ser poderoso para el público. En cambio, se deja a 'La princesa del pueblo' en una segunda línea. Hablamos de su papel en la historia de los especiales con Kiko Rivera, que se ha alzado como entrevistado recurrente para subir la audiencia del canal con el morbo de ver cómo hace "picadillo" en público a su madre.

Belén Esteban es la única que discrepa en el clima de odio predominante en el show que incide en la maldad sin fisuras de la folclórica y, de paso, que logra que el famoso hijo se crea legitimado con el escarnio público que está desarrollando. 

Cuando Esteban muestra su desconcierto ante la situación y se pone en la posición de Isabel Pantoja, entonces, el resto de personajes del programa salta contra ella. Incluso, por supuesto, el propio Kiko Rivera. Que intenta cortar rápidamente a Esteban. Tal vez porque todos intuyen que ahí está la grieta de debilidad del discurso sin piedad contra la tonadillera. Por muy mal que lo haya hecho. 

Así, de nuevo, Belén Esteban consigue desde su naturalidad de barrio que las madres se identifiquen con ella. La audiencia se pregunta cómo un hijo es capaz de intentar destruir a su madre en público de tal manera. ¿Por qué no lo soluciona en su intimidad? ¿Por qué decide realizar un juicio público de rencores? ¿Todo por el ego? ¿Todo por la audiencia? ¿Todo por la pasta? Mientras tanto, Belén Esteban asume ese papel maternal, tan relevante, pero curiosamente el formato lo frena y no lo exprime. Error, pues el culebrón de la realidad de 'Sálvame' sería más completo y menos monolítico. 

Pero, en el caso del 'todos contra Isabel Pantoja' del 'Deluxe', la versión de Kiko Rivera es la que se presenta como la creíble, la única y cuando Esteban muestra su disconformidad da la sensación de que se intenta desacreditar su opinión. Todos contra ella. Como si les preocupara que se fuera al traste el tono de la trama. 

Sorprende que 'Sálvame' no aproveche la empatía social que genera en este caso Belén Esteban. Porque, en realidad, su mirada es con la que cada vez más se está identificando la gente, sobre todo debido a la creciente sobreexposición de Rivera. Chirría el tono de un hijo con una avaricia perfecta para el prime time.  Y, ahí, probablemente está el siguiente giro de esta historia interminable. Porque en Telecinco ya han demostrado en otras vicisitudes que son expertos en ir controlando los pasos a dar para estirar el drama unas cuantas semanas, meses o años más.

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