El político que se escondía tras el Camaleón de 'Mask Singer' y el aprendizaje que deja al talent show

Un político disfrazado de Camaleón puede tener muchas lecturas. Hasta puede generar determinadas mofas. Pero él se ha atrevido. Y, atención, spoiler: su nombre es Tony Cantó. En efecto, el actor que se metió a la política ha sido uno de los participantes estrella del programa revelación de la temporada, 'Mask Singer'. De hecho, ha sido uno de los personajes que más ha despistado durante las diferentes entregas y, probablemente, podría haber sido el gran golpe de efecto en la gala final.

El problema es que las pistas del formato de adivinar quién se esconde detrás del disfraz parece que no querían guardar ningún secreto. La pasada semana se decidió enseñar una foto de cada "carrete" de los concursantes que aún estaban por descubrir y en la era digital que vivimos fue fácil localizar estas instantáneas. Resultado: se encontró la foto con Chiquito de la Calzada con la que posaba el Camaleón. Y sí, era Toni Cantó el que estaba debajo. Desde luego que el formato logra su objetivo que no es otro que poner a investigar al personal a través de Wikipedias, Googles y redes sociales, lo que las tengan y las usen...

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Y prácticamente sucedió lo mismo con el resto de los candidatos. Se fueron adivinando todos antes del momento de impacto que desvela su identidad en directo. Como consecuencia, el formato ha ido perdiendo parte de la expectación que podía haber alcanzado en la final de su primera edición, gala en la que se destapan todas las máscaras finalistas. En televisión es importante que el espectador pueda intentar acertar y que atine para que no se desmotive. Pero, a la vez, también es vital alcanzar el equilibrio para no dejar de retar su capacidad de sorpresa hasta el último momento. Y ya es apoteósico si se consigue desmontar los prejuicios en directo. Es lo que pasó al jurado y la propia audiencia con Susan Boyle.

Ahí es donde 'Mask Singer' debe dar un paso más allá en su nueva temporada. La genial premisa del show ha recuperado la ilusión de que el espectador no sepa a qué se enfrenta y que encima pueda jugar a ver si averigua quién está detrás de los cantantes enmascarados. 

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De cara a la segunda etapa, cuando tanto concursantes como audiencia conocen a lo que se enfrentan, el programa debe intentar equilibrar personajes más fáciles con otros más sorpresivos en los que las pistas no los pueden desvelar a la primera (o segunda) de cambio. O el interés por el espectáculo perderá fuelle. La fuerza del formato se dispara si el talent consigue fichar a alguna personalidad en activo que nadie se imagina que cuenta con una voz prodigiosa.

En este sentido, si el presupuesto lo permite, será importante cuidar con mayor ímpetu la calidad de los muñecos que tapan a los populares -con la pretensión de que sean un icono social en sí mismos- e incidir más en la dirección artística de las actuaciones musicales para que exista una evolución en la destreza de los participantes en el escenario, a pesar del playback. Es la manera de que un buen formato no se desinfle y no parezca que pierde ritmo tras el efecto novedad porque el espectador interioriza que ya lo sabe todo. Incluso quién puede atreverse a concursar. Porque 'Mask Singer' cuenta con una dinámica vibrante que en España aún puede crecer hasta hacerse mucho más grande. Y ahí está su gran oportunidad para seguir arrasando en 2021 desde una cadena como Antena 3 que se ha alzado en referente social en concursos de formato gigante.

Atresmedia