OPINION

El nuevo objetivo del guionista de televisión: sin 'memes', no hay paraíso

Leticia Sabater, peluca
Leticia Sabater, peluca
Leticia Sabater, peluca
Un plató, una peluca: un giro que genera conversación en torno al programa.

Gala de los Oscars. Cuando ya se ha entregado casi la mitad de los premios, con sus respectivos agradecimientos a familiares y amigos, el espectador empieza a desconectar. El show se comienza a hacerse largo. Entonces, por guion, aparece un gag que rompe el ritmo de la ceremonia. Se coloca un giro que despierta a los adormecidos: un selfie masivo de celebrities, una visita por sorpresa al cine de al lado, un pizzero trayendo pizzas... Se trata del golpe de efecto que dinamiza el espectáculo y que explosiona la conversación en las redes sociales.

Al igual que en los Oscars, el guion de los programas de entretenimiento ya no sólo deben dibujar tramas convencionales. Ahora, también el programa sale favorecido si el guionista siembra elementos que generen cierto impacto en las redes sociales, lo que despierta un interés extra por el formato. Más aún si el público puede crear inmediatamente su meme o parodia viral de lo acontecido. Así, son los propios usuarios los que incrementan el diálogo sobre el contenido televisivo desde las redes y, como consecuencia, favorecen la curiosidad de otros usuarios que terminan conectando con la emisión porque quieren ver lo que dicen las redes que está ocurriendo en la tele.

Un talent show, un reality o un concurso de prime time es menos poderoso si, a ojos del espectador, es tan perfecto o previsible, que no da ni opción al meme, a ese chiste -en forma de texto, captura, foto retocada o vídeo manipulado- que surge espontáneo en redes por los propios usuarios.

Siempre lo ha sido, pero ahora es más importante que nunca que surja la sorpresa o el momentazo, que los concursantes lo hagan regular, que alguien se equivoque, que alguien se declare inesperadamente... Porque todo lo inesperado se traducirá enseguida en ruido social, en tuits, en retuits, en noticias que convierten un tuit en noticia...

Antiguamente, los programas de televisión aspiraban a la conversación del día siguiente en la oficina o en la caferería. Ramón García decía antes de las colosales pruebas de ¿Qué apostamos?: "quédense con nosotros, o no tendrán de qué hablar mañana".

En 2018, los programas aspiran al trending topic instantáneo. Y estos momentazos pueden surgir espontáneamente, sí, pero también, para allanar el camino, hay que fomentarlos desde los guiones, los platós, los presentadores, los colaboradores... Todos deben ser proclives al show en cualquier momento. El pasado domingo, sin ir más lejos, en el debate de Supervivientes, Leticia Sabater apareció con una llamativa peluca. La realización mostró como merecía el nuevo estilismo de Sabater y las redes sociales se pusieron a hablar del particular peinado. Ya nada más empezar el programa, se sembró una trama latente, que, ya fuera casual o premeditada, escondía un vuelco de guión. En mitad de la tertulia, un colaborador, Nacho Montes, quitó el pelucón a Sabater, que se enfadó mucho. No obstante, ella ya sabía que tenía que enfadarse mucho, pues es experta en las artimañas de este tipo de formatos y estaba logrando su objetivo: entretener con un gag tradicional. Fortuito o inesperado, este instante ha puesto en el mapa un debate de Supervivientes que regresaba a Telecinco y necesitaba visibilidad.

Lo de arrancar pelucas está muy visto y es demasiado básico, pero ha funcionado dentro del tono de Telecinco. Porque a la televisión de entretenimiento se viene a jugar. Los guionistas lo saben y, ahora, no sólo deben construir el arco de tramas para que fluya, se entienda y enganche un programa en sí mismo, también hay que sembrar el camino para que exploten los memes. Aunque siempre será mejor y más efectivo que lo que ocurra, se haya prefabricado o no, parezca un accidente.

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