OPINION

Jorge Javier Vázquez salva el regreso de 'Supervivientes'

Jorge Javier Vazquez Supervivientes 2018
Jorge Javier Vazquez Supervivientes 2018
Jorge Javier Vazquez Supervivientes 2018
Jorge Javier riéndose de todo, de Supervivientes.

Retumba una música épica en los televisores. Se ilumina el plató número seis de Telecinco. Unas luces, que cuelgan del techo, suben y bajan. Se abre un hueco en la gran pantalla que preside el decorado: es la puerta que recibe a Jorge Javier Vázquez, que aparece con la soltura de un buen maestro de ceremonias de cabaret. Ha vuelto Supervivientes.

Y lo cierto es que Supervivientes sigue funcionando gracias a que tiene mucho de cabaret. Cabaret trasnochado, pero cabaret. Un programa que define la importancia del presentador de espectáculo de varietés para hacer entretenida una emisión que puede ser tan larga como monótona.

Porque, como la anterior edición, esta primera gala de Supervivientes se ha torcido previsible. Al espectador ya no le sorprende como antaño la caída de los participantes desde el helicóptero y la velada ha consistido en una sucesión de famosos lanzándose desde el helicóptero. Incluso algunos de ellos parecía que ya se les había visto en ese cometido.

El festín de saltos acuáticos ha arrancado con Raquel Mosquera, repitiendo que no tenía miedo ante su tiro al agua. Mosquera quitando emoción. Mal empezaba el percal.

No obstante, en Supervivientes (y en Telecinco) son astutos en colocar sus ingredientes más fuertes a la hora exacta para aupar la audiencia. Así que no ha sido hasta que ha terminado la indestructible Cuéntame cómo pasó en La 1 cuando han empezado las caídas acuáticas más sensibles para tensionar un poquito a la audiencia fiel de Mediaset. 

En el momento de subir el share, ante la pérdida de competitividad de los rivales, ha tocado el turno de lanzarse a los mares a la gran hermana Sofía Suescun. Lo ha pasado mal, ha titubeado y ha transmitido angustia al espectador. Por uno segundos dudó en saltar, pero saltó. Por fin alguien que no se tiraba del helicóptero como si nada. También ha destacado un desconocido míster que promete dar juego por su sentido del humor. Se llama Logan Sampedro y dedicó el salto acuático "a sus fans que aún no tiene". Eso soltó, tan pancho, mientras terminaba cada frase con un "corto". Todo muy walkie talkie de MacGyver .

Aunque en surrealismo parece difícil superar el instante en el que Francisco cantó 'Valencia' con los cascos del helicóptero puestos. Ya que se va, pues ya que se canta. 

Por suerte, en plató, Jorge Javier Vázquez tenía los ojos bien abiertos y la agudeza bien afilada para levantar un programa que no ha contado con un gran fichaje inesperado que generara una expectación extra en el retorno. A pesar de ello, Vázquez ha logrado hasta crear un running gag -gag recurrente- con el reencuentro en plató de Isa Pantoja (Chabelita) -hija de Isabel Pantoja- y un ex, los dos están allí defendiendo a sus nuevas parejas respectivas y, de paso, alimentando su estatus de celebrities de Telecinco. Perfecto para el cotilleo folclórico. Después de la publicidad volvemos con más matrimoniadas, ha llegado a soltar el presentador con esa irónica química que tiene con el espectador.

En la isla, Lara Álvarez, como si fuera Indiana Jones, descubría una especie de avión estrellado en la famosa Palapa, lugar que cobija las nominaciones del concurso. Parecía que iban a presentar una aventurera trama de guion que remozara el reality, tipo Lost. Pero no, de momento, la historieta del avión con personas pérdidas en la isla se quedó en el aire. Porque la dinámica no ha cambiado nada, hasta dar la sensación de que todo era un bucle. Hasta la prueba final con barro, con espatarramiento de los famosos. El mismo juego de siempre.

No cambies aquello que funciona, defienden los mandamases de la tele. Pero ni los propios concursantes parecen ya sorprenderse con Supervivientes. Y eso es un problema. Corto y cambio.

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