Análisis

'La isla de las tentaciones' versus 'Mujer': brecha generacional entre dos prime time

Plano de reacción boquiabierto de 'La isla de las tentaciones'.
Plano de reacción boquiabierto de 'La isla de las tentaciones'.
Borja Terán

'Mujer' es la sorpresiva revelación de la temporada. Una telenovela turca que triunfa en prime time. Llegó a Antena 3 en verano sin fanfarrias, pero aterrizó en la programación cuando la competencia era baja y, ahí, en las noches estivales, fue enganchando paulatinamente a su público potencial con una romanticona historia de superación. Su audiencia crecía y crecía, mientras que la extensa duración de sus episodios favorecía que la cuota de pantalla fuera vigorosa. Sí, porque cada episodio de 'Mujer' dura más de dos horas. Como un reality interminable. Aunque ahora la propia Atresmedia los está recortando para estirar más la vida de este éxito que, además, supone muy bajo coste de inversión para la emisora. No deja de ser un culebrón enlatado que podrían estar emitiendo en un canal temático como Nova y que está sosteniendo con excelente rendimiento tres prime time de la semana de la cadena principal de Atresmedia.  

Mientras tanto, como cada año, Telecinco acude a un 'formato killer'. Un reality rompe-audiencias que sustenta su horario de máxima audiencia y alimenta de personajes al resto de su programación. Este otoño, se ha optado por la segunda temporada de 'La isla de las tentaciones', que fue un fenómeno en su primera edición. Un fenómeno inesperado para la cadena, ya que este formato no deja de ser un docushow barato que no necesita construir una casa-plató llena de cámaras robotizadas y tampoco depende de personajes con elevado caché. Sólo escribe sus tramas con aspirantes que están dispuestos a todo por la fama.

Así, las dos cadenas están peleando en varias noches de la semana por el liderazgo con dos productos que, a priori, son complementarios. Un culebrón frente a un reality documental. Eso sí, los dos se sostienen en la identificación por el desamor que remueve tantas emociones, pero a los dos les diferencia sobre todo un televisivo salto generacional. El grueso del público de 'Mujer' y 'La isla de las tentaciones' es dispar. 

La audiencia de 'Mujer' no está en las redes sociales. Una curiosidad que es sintomática del triunfo de la ficción. Su público mayoritario ve la televisión como siempre, no va a la televisión bajo demanda y espera a la emisión tradicional. Por tanto, el liderazgo de la serie destaca especialmente en mayores de 55 años, aupándose aún más por encima de los 65 años. Es la audiencia que conecta especialmente con estas tramas del dramático culebrón tradicional. De esos que recalcan su sensiblería con constantes músicas de fondo en cada escena.

Por su parte, el punto fuerte de 'La isla de las tentaciones', que también tiene su banda sonora retumbando de fondo para sugestionar la sensibilidad del personal, se sustenta en la edad contraria. Este formato arrasa entre los jóvenes, donde llega a reunir a más de un cuarenta por ciento de cuota de pantalla. Por tanto, el target comercial, ese que mide el interés de los anunciantes, es muy elevado. Con este escenario, 'La isla de las tentaciones' incluso en el caso de no liderar en audiencias es todo un atractivo escaparate publicitario para llegar a los (consumistas) jóvenes.  Negocio redondo para Mediaset, pues no es tan caro de producir como 'Gran Hermano' o una serie de producción propia y es sabroso de comercializar. 

'Mujer' y 'La isla de las tentaciones' son dos programas complementarios. El serial impostado versus el reality sobreactuado que crea un evento viral. Y en los públicos que sostienen a ambos productos también se comprende su éxito: los dos acuden a lo mundano del amor y el desamor. Uno desde la narrativa de la telenovela que sigue conectando con aquel público que creció con 'Cristal' y sigue en la tele clásica, mientras que el otro logrando la complicidad con la generación crecida entre memes y tele-realidad. Una generación que acude a las cadenas de siempre cuando le ofrecen sensación de acontecimiento entusiástico que es mejor vivir, al unísono en colectividad, en la experiencia del trepidante directo. Y, así, poder comentarlo en tiempo real con tus colegas en Twitter. 

El pomposo drama de una mujer dejada frente al despiporre del morbo de la infidelidad.  Dos maneras diferentes de televisión. Pero, en el fondo, mismo culebrón basado en ese escalofrío de sentirte abandonado. Un clásico infalible. 

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