OPINION

La resaca de 'OT 2017' trae a la generación de 'influencers' que revoluciona la red social

Amaia y Alfred, Instagram
Amaia y Alfred, Instagram
Amaia y Alfred, Instagram
Secuencia de la conexión en directo en Instagram entre Amaia y Alfred.

Operación Triunfo 2017 ha terminado su recorrido en televisión, pero el formato sigue vivo y coleando en Internet, medio que ha resultado trascendental durante esta edición. Ahora, ya en sus casas, los concursantes finalistas, especialmente Amaia, Alfred y Aitana, están logrando, de forma inconsciente e intuitiva, trasladar la esencia del programa a sus redes sociales, creando un nuevo escenario, el reality interactivo de "después de OT".

Los seguidores del canal en directo de Youtube creían haberse quedado huérfanos el pasado lunes de una emisión que les permitía ser testigos de primera mano de la vida de los alumnos en la academia. Pero Amaia, Alfred y Aitana han irrumpido en las redes sociales como un terremoto y sin perder un ápice de la autenticidad que les ha hecho célebres. Y, ahora, además de hacer partícipes de su aprendizaje y convivencia a sus fieles seguidores, también interactúan con ellos a través de sus perfiles personales.

Así, por ejemplo, Amaia está realizando largos directos a través de la aplicación de Instagram en los que habla con los usuarios y hasta realiza conexiones en tiempo real con Alfred. Conexiones en las que la ganadora no reprime mostrar "qué ilusión" le hace descubrir que se conecta Alfred en su emisión ni tampoco disimula que se asusta cuando los espectadores le dicen que hay alguien detrás de ella. Es ella misma en todo su esplendor. Y esto hace adictivos sus directos y, encima, ahora sus seguidores pueden hablar con ella, ser saludados e incluso enseñarle a usar Twitter.

Aitana, por su parte, ya suma más de 500.000 seguidores en Instagram y su progresión parece imparable. Su cuenta crece a ritmo de estrella internacional. Y no ha dudado en cambiar su foto de perfil y poner una más personal, en un tono más bromista. De hecho, prácticamente todos los concursantes de OT han sabido cambiar la imagen de su perfil para huir de la artificial foto oficial de estudio del programa y apostar por una más imperfecta pero más de verdad. De nuevo, la verdad, tan importante en este OT. Ellos entienden las redes sociales, que, aunque cuentan con muchas opciones de retoque, funcionan mejor sin ningún filtro. Se nota que son nativos digitales, hijos de una sociedad que vive en las redes sociales desde hace una década. Y las manejan con intuición y frescura, aunque alguno, como Amaia, no sea muy fan de la tecnología.

Con su incorporación a la vida real, los finalistas de OT han conseguido traspasar los miles de usuarios de audiencia fiel del canal de Youtube a sus directos de Instagram, donde la gente ahora se siente más partícipe que nunca de su existencia, porque los concursantes hablan desde habitaciones con gotelé, como las de todos, y comparten dudas terrenales, como las de todos. Amaia, en silencio, con poca luz, diciendo "creo que viene mi madre" o compartiendo emisión con Alfred y preguntándole que si se llaman después. Los usuarios ahora son más cómplices que nunca. Y graban esos directos, que duran colgados sólo 24 horas en Instagram, para subirlos a Youtube y que queden ahí en la posteridad.

'OT' sigue siendo 'trending topic' diario después de su final

En poco más de tres meses, la generación de OT 2017 se ha ganado un público con una fidelidad tan apabullante que ya se están convirtiendo en los influencers más poderosos de España. Tienen cientos de miles de seguidores, gran parte de ellos jóvenes y adolescentes en busca de referentes, y ahora deben asumir ese poder de forma responsable. Una recomendación suya significará una movilización de un público que no falla. Sea cual sea su futuro en el mundo de la música, han cosechado en tiempo récord un caluroso cariño basado en la empatía y la identificación. Tienen ahora, pues, la oportunidad de ejercer una influencia constructiva, que despierta inquietudes, compañerismo y aprendizaje. Son referentes necesarios en la red, tienen talento y capacidad de esfuerzo y superación, están formados, han demostrado tener buen fondo. En un panorama de influencers con egos comercializados y enorme postureo con poco que aportar más allá de fotos con muchos filtros, ellos pueden ser aire fresco para el futuro, así como portavoces de valiosos e inspiradores mensajes sobre la dura aventura de crecer y encontrar tu sitio en el mundo.

Amaia, Alfred, Aitana y compañía han vuelto a las redes después del programa como uno más, pero ya no son uno más. Si no pierden esa esencia, canten o no, sus seguidores no les fallarán nunca. Porque no serán sólo seguidores, serán amigos virtuales que se sienten partícipes hasta las trancas de su vida y de su éxito.

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