ANÁLISIS

¿Las celebrities de 'Mask Singer' están dentro de los disfraces? La explicación

Cerdita en 'Mask Singer'
Cerdita en 'Mask Singer'
Borja Terán

'Mask Singer' es el formato revelación de la temporada. Su éxito se debe a la originalidad de poner al espectador a jugar a adivinar qué celebrity canta escondida detrás de las llamativas máscaras. La audiencia masiva pone en marcha su imaginación e intenta descubrir. Una dinámica que, al mismo tiempo, es perfecta para generar cierta susceptibilidad en un minoritario sector de público que especula con que si los participantes están, de verdad, en el interior del muñeco o simplemente acuden a la grabación cuando se destapa su identidad.

Lo conspiranoico siempre vende, probablemente porque la confabulación va unida a ese sentimiento de superioridad de sentir que has caído en algo que los demás no ven. Sucede a diario en las redes sociales, pero también es extrapolable en el ámbito del show de entretenimiento con 'Mask Singer'. Como cantan en riguroso playback y no se les reconoce, ¿por qué no ahorrarse el caché de la presencia del vip semana tras semana y directamente suplantarlo por un bailarín que, encima, se moverá con más desparpajo durante cada actuación? Porque al muñeco hay que moverlo con ese desparpajo suficiente que dote al número de esa expresividad que no tiene la máscara al no articular ni siquiera la boca o los ojos. 

Pero la realidad es que es fundamental que los populares sí estén siempre dentro de su disfraz. De hecho, esa es una de las pistas más honestas con la audiencia: la manera de caminar, de mover los brazos e incluso de articular la caracterización son un elemento decisivo en las múltiples versiones de 'Mask Singer'.

Si el programa hiciera trampa y pusiera a un bailarín profesional dentro del personaje que oculta al famoso, se notaría. Y mucho, pues todos los muñecos se moverían de forma idéntica, con esa solvencia del experto en coreografías. En ese caso, 'Mask Singer' perdería fuerza: sus participantes remitirían más a los intercambiables actores que dan vida al Mickey Mouse que desfila en Disneyland París que a famosos disfrutando de un fugaz anonimato. 

Al final, debajo del disfraz, cada estrella no puede esconder su personalidad propia. Por ejemplo, la actitud escénica del Pavo Real es transparente. Su expresión corporal delata. Lo mismo sucede con la travesura de Gamba, los aires de diva de Catrina o la chulería de Cuervo. La forma de dar vida al disfraz es la mejor pista junto con la voz. 

Aunque sean tiempos en los que las redes sociales siempre son un buen hábitat para conspirar a golpe de tuit y retuit, el triunfo de 'Mask Singer' está justo en lo contrario: en volver a los orígenes de la televisión. Aquella tele que nos quitaba todo lo redicho que llevamos encima para despertarnos esa ingenuidad que nos pilla por sorpresa. Porque nos pone a jugar con la ilusión más naif, la ilusión de la pasión por descubrir. O, al menos, intentarlo.

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